Riechmann pide “transformaciones revolucionarias” para la transición ecológica

Riechmann, que se define a sí mismo como “pensador ecosocialista” en referencia a la doctrina que integra las ideas del socialismo y las del ecologismo, se ha felicitado por la presencia de Teresa Ribera al frente del Ministerio de Transición Ecológica porque “es una de las mejores personas para desempeñar una función así, igual que lo fue Cristina Narbona”.

Sin embargo, ha insistido en que “todos los intentos políticos para la transición ecológica en España son como ponerle tiritas a un cáncer -el capitalismo- del cual tendríamos que querer curarnos.”

En opinión de este experto, autor de poemarios sobre ecología política y pensamiento ecológico como ‘Futuralgia’ o ‘Entreser’, “no hay manera de pensar una transición a energías 100 % renovables sin socializar, por ejemplo, las empresas eléctricas” pero “estas compañías tienen tanto poder fáctico que, si intentásemos socializarlas, nos llevaría, seguramente, a sacar los tanques a la calle”.

El capitalismo, principal rival

De hecho, el sistema socioeconómico capitalista es, para Riechmann, el principal rival del ecologismo, ya que “su motor es la acumulación continua de capital, lo que lleva a que, para funcionar medio bien, tenga que ser expansivo”.

Por ello “no podemos ecologizar el capitalismo, porque no se puede mantener un sistema socioeconómico que precisa un crecimiento constante dentro de una biosfera finita y un planeta con recursos naturales limitados”, de manera que el desarrollo sostenible constituye “un imposible” en el mundo actual.

Además del consumo constante y excesivo de recursos, las sociedades capitalistas están inmersas en un “cortoplacismo, una aceleración del ritmo de vida que está colapsando los tiempos” y que “nos está llevando a un abismo”, ha advertido Riechmann, pues “no se planean medidas a largo plazo” que aseguren el bienestar de las generaciones venideras.

Otro problema de la actual sociedad es el abuso del concepto de ecologismo, que se ha convertido en una tendencia “que no debe confundirse con un verdadero cambio de actitudes o valores”, ha señalado.

En ese sentido, ha hecho también referencia al término de ‘ecofatiga’ o a su sinónimo -acuñado por el investigador y presidente del WorldWatch Institute, Robert Engelman- ‘sosteniblablá’, que consiste en hablar mucho sobre sostenibilidad, mientras todo marcha en dirección contraria.

El filósofo considera que los seres humanos “estamos sometidos a esta disociación entre palabras y hechos, y por ello no conseguimos tomarnos en serio lo que se nos está diciendo”.

Humanidades Ambientales

Para cambiar esta situación, propone reflexionar sobre disciplinas como las humanidades ambientales, las cuales utilizan las preguntas que plantean la literatura o la música para abrir nuevos caminos de pensamiento que sitúen “al ser humano dentro de la biosfera, y no por encima, e intentar así abrir los ojos a la población”.

Como profesor de Filosofía Moral en la Universidad Autónoma de Madrid, Riechmann se ha sentido satisfecho con la respuesta de sus estudiantes a los problemas ecológicos, ya que observa “una mayor concienciación en cuanto al consumo exagerado de recursos y energía”, pero ha lamentado que “los jóvenes que llegan a las facultades de Filosofía no son muy representativos de la juventud en general”.

Fuente: EFE Verde