Respuestas sobre maíz transgénico en México
De acuerdo a Peter Rosset (Ph D en Biología), hay una serie de problemas metodológicos en un estudio recientemente publicado por la revista National Academy of Sciences, en la que se afirma que no se ha encontrado contaminación genética en las Sierras de Juarez, Oxaca México
Entre estos problemas, Rosset destaca:
1. se exagera el verdadero número de muestras independientes (desde el punto de vista estadístico)
2. usaron un umbral conservador (de baja resolución), que empresas comerciales que evalúan OGM (como Genetic ID) usan porque quiere evitar tener falsos positivos y enfrentar casos de responsabilidad civil
3. se hizo un muestreo de una región geográfica muy pequeña, cuando en otros estudios se encontró contaminación genética en áreas mucho màs grandes
Lo que Quist y Chapela encontraron, así como otros estudios hechos sobre este tema en México, es una contaminación frecuente y dispersa, pero a niveles de detección en los que se usó una resolución alta. En otras palabras, a niveles bajos de contaminación.
Si se usa niveles de resolución bajos y tamaños de la muestra (estadísticamente independientes) pequeños, usados en este nuevo estudio, no hay razón para esperar que estos investigadores detecten los mismos niveles de contaminación que otros estudios, donde se usó altos niveles de resolución. Por lo tanto, los resultados presentados por el estudio publicado en la revista del National Academy of Sciences no contradice estudios anteriores.
Por otro lado, añade Rosset, los estudios son hechos por los mismos investigadores que hicieron un estudio anterior, menos Elena Alvarez de la UNAM (que desapareció misteriosamente). Ella en el año 2002 envió un paper a Nature donde reportaba amplia contaminación. El paper fue rechazado por Nature por dos razones:
1. no constituía una noticia nueva que haya contaminación genética en México
2. la parte estadística no estaba bien elaborada
Ahora ellos aparentemente han hecho un nuevo estudio, en un área mucho más pequeña, con baja resolución y de nuevo con una análisis estadístico pobre; y ha sido publicado en otra revista científica (que tiene un proceso de aceptación más fácil). La publicación ha sido hecha en un tiempo récord (dos meses) con la asistencia de un miembro del Laboratorio Monsanto de la Universidad de Washington en St. Luis.
Es extraño que en este nuevo estudio ellos tomen de nuevo muestras de los mismos lugares donde se hicieron un estudio anterior, pero en un área geográfica más reducida, y es aun más extraño que en la publicación no se incluyan algunos datos de los resultados encontrados en su investigación anterior. Ellos tampoco mencionan que en otros estudios hecho en México (aunque no han pasado procesos de revisión científica, pero que de todos modos puden ser citados) se ha encontrado amplia contaminación en México.
En lugar de intitular su estudio como “Ausencia de transgénicos detectables”, ellos debieron incluir sus resultados anteriores y llamar a su artículo algo así como “Resultados anómalos sobre contaminación genética”, enfocándose en la aparente paradoja que porqué un estudio con una metodología arroja un tipo de resultados mientras que otro estudio en el que se usa otra metodología no encuentra los mismos resultados.
Rosset cree que una respuesta equilibrada sobre este estudio debería ser algo así:”si se prueba que es verdad, entonces esto es un triunfo de los campesinos e indígenas que han sido capaces de hacer su propio proceso de descontaminación del maíz, sin apoyo del Estado. Pero desafortunadamente, hay una serie de aspectos metodológicos con este estudio, por los cuales es muy difícil de decir que no hay niveles detectables de contaminación genética en el maíz mexicano”.
Desafortunadamente, es muy probable que los resultados de este estudio sean usados por Monsanto y otros que mantienen la posición de que no hay nada de que temer en relación a los transgénicos, por ejemplo en la OMC o en el Protocolo de Bioseguridad.
Fuente: Acción Ecológica, Ecuador