Relator saliente de Derechos Humanos y Tóxicos hace un llamado a los Estados productores
La práctica de los Estados ricos de exportar sus productos químicos tóxicos prohibidos en sus propios países, a países que carecen de la capacidad para controlar los riesgos por falta de recursos económicos, "es deplorable y debe terminar", dijo Baskut Tuncak, relator especial saliente de derechos humanos y productos tóxicos.
La declaración contó con el respaldo de 35 colegas relatores de Derechos Humanos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En 2019, al menos treinta estados exportaron a América Latina, África y Asia sustancias peligrosas que habían sido prohibidas en sus países de origen, por razones ambientales y de salud.
"La capacidad de fabricar y exportar sustancias tóxicas, cuyo uso está prohibido a nivel nacional es un elemento importante, que muestra cómo los Estados han institucionalizado las externalidades a través de leyes nacionales discriminatorias y un sistema obsoleto de gobernanza mundial para los productos químicos y los desechos", dijo el relator especial de la ONU sobre tóxicos.
El experto dijo que las naciones más ricas a menudo crean dobles raseros que permiten el comercio y uso de sustancias prohibidas en partes del mundo donde las regulaciones son menos estrictas, externalizando los impactos ambientales y de salud en los más vulnerables.
La naturaleza racializada de estos estándares no puede ignorarse, dijo, ya que los peligros se exteriorizan a las comunidades de ascendencia africana y "otras personas de color", una grave preocupación que también existe internamente en los países exportadores con respecto a la ubicación de industrias contaminantes y el vertido de residuos peligrosos.
"En casi todos los casos no existe una justificación legítima de interés público", dijo Baskut Tuncak. "Estas lagunas son una concesión política a la industria, que permite a sus fabricantes de productos químicos beneficiarse de los trabajadores y las comunidades en el extranjero inevitablemente envenenados, al tiempo que importan productos más baratos a través de las cadenas de suministro mundiales y fomentan patrones de producción y consumo insostenibles".
El relator especial, luego de sus visitas a Alemania, Dinamarca y el Reino Unido, produjo informes donde destacó los peligros de la exportación de productos químicos tóxicos, y ha comunicado preocupaciones similares sobre la situación de Canadá y Suiza.
"La Unión Europea sigue exportando plaguicidas y productos químicos industriales tóxicos, lo que genera violaciones generalizadas de los derechos humanos a la vida, la dignidad y la libertad; tratos crueles, inhumanos y degradantes en países de ingresos bajos y medianos", dijo Tuncak, e hizo similares recomendaciones a Brasil con respecto a las comunidades envenenadas relacionadas con la producción agrícola para la exportación. Ante tales violaciones, algunas personas se han visto obligadas a defender sus comunidades, en un país que se encuentra entre los más mortíferos del mundo para los defensores de los derechos ambientales, por lo que defender sus comunidades es algo de alto riesgo.
El experto felicitó a Francia por la reciente legislación que detiene la exportación de productos químicos prohibidos en el país. "Francia ha adoptado el enfoque correcto para acabar con estos dobles raseros, una práctica que otros miembros de la UE y la OCDE deben emular", dijo Tuncak.
Tuncak también elogió a varios países africanos por los esfuerzos progresivos para prohibir tales importaciones. Según la Convención de Bamako, es un delito exportar sustancias cuyo uso está prohibido en el país de fabricación a cualquiera de los 25 países africanos que son parte de la Convención. En 2015, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU recomendó de manera similar a México, que dejara de importar plaguicidas, debido a los graves impactos en los niños indígenas. Lamentablemente, la recomendación aún no se ha aplicado.
"Los estados que exportan productos químicos prohibidos sin una justificación sólida de interés público están violando sus obligaciones extraterritoriales en virtud del derecho internacional de derechos humanos, incluidas sus obligaciones relativas a un medio ambiente sano y condiciones de trabajo seguras y saludables", dijo el experto, citando la reciente Observación General No. 24 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR).
"No abordar esta explotación de larga data es discriminación, pura y simplemente", señaló el relator Tuncak.
Las recomendaciones del Relator Especial fueron respaldadas por 35 expertos de Derechos Humanos.
Tuncak fue el Relator Especial sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ambientalmente racionales de sustancias y desechos peligrosos hasta julio 2020, y fue reemplazado por el Dr. Marcos A. Orellana.
En su primer informe, frente a la Asamblea General de las Nacioens Unidos, el Relartor recomendó a la comunidad mundial que debe adoptar un instrumento internacional para prevenir y reducir al mínimo la exposición a sustancias tóxicas, el mismo que debe contener:
a) Una definición de sustancia de preocupación mundial sobre la base de la presencia en las cadenas de suministro y de valor
b) La obligación explícita de todos los Estados de contar con sistemas eficaces para prevenir y minimizar la exposición a sustancias tóxicas
c) Un examen periódico universal u otro mecanismo relativo a las iniciativas de los Estados para prevenir y minimizar la exposición a sustancias tóxicas
d) Un mecanismo de eliminación de los productos químicos de preocupación mundial e) La obligación de los Estados de tomar medidas rápidas sobre las bien establecidas amenazas a la vida y a la salud en relación con la infancia y el género
Referencias:
UN Press Release: States must stop exporting unwanted toxic chemicals to poorer countries, says UN expert. Ginebra, 9 de julio de 2020.
https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26063&LangID=E
A/73/56718-194492/27. Informe del Relator Especial sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ecológicamente racionales de las sustancias y los desechos peligrosos
Fuente: Naturaleza con Derechos