REDD y la mercantilización de la naturaleza en el centro del análisis
La mercantilización de los bienes comunes, la ofensiva de la "economía verde" sobre los territorios, el mecanismo de REDD, y las estrategias de corporaciones y el sector financiero en este contexto, fueron los principales temas de discusión el sábado en la “carpa 33” de la Cumbre de los Pueblos, en Rio de Janeiro.
Es que allí se realizó un seminario denominado “Frente a los instrumentos y falsas soluciones del capitalismo verde: resistiendo a los impactos territoriales y las estrategias institucionales de mercantilización de la naturaleza”. Radio Mundo Real entrevistó allí a Maureen Santos, de la organización brasileña FASE, que estuvo entre las convocantes a la actividad. La activista es parte también de la Red Brasileña por la Integración de los Pueblos.
El objetivo del seminario fue “producir una síntesis sobre las falsas soluciones de mercantilización de la naturaleza, a partir de testimonios locales e internacionales, y discutir estrategias y compromisos de lucha”, según expresaba un folleto informativo.
La actividad fue realizada por el brasileño Grupo Carta de Belém, que desde 2009 conforman varias organizaciones y movimientos sociales del país para trabajar contra la mercantilización de la naturaleza. Algunos de los integrantes son NAT - Amigos de la Tierra Brasil, FASE, Jubileo Sur Brasil, La Vía Campesina Brasil y Tierra de Derechos, entre varios otros. También participaron de la coordinación de apoyo a la actividad grupos internacionales, como la Marcha Mundial de las Mujeres, con fuerte presencia en Brasil también, ATTAC France, Ecologistas en Acción, Grupo ETC, Amigos de la Tierra Internacional, Fundación Solón y la Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático.
En la charla con Radio Mundo Real Santos destacó el fuerte proceso de mercantilización de los bienes comunes en su país. Comentó que el nuevo Código Forestal abre brechas para que los bienes comunes sean mercantilizables y dijo que existen proyectos de ley sobre REDD plus y pagos por servicios ambientales que profundizan ese giro.
Varios movimientos y organizaciones sociales brasileñas han estado dedicando esfuerzos a los trabajos de capacitación con comunidades locales, como indígenas y campesinas, sobre esta avanzada del capital y de las lógicas de mercado sobre los territorios y bienes comunes. También se ha tratado de colocar la preocupación sobre estos desarrollos en el Congreso nacional.
Uno de los temas analizados con más énfasis ayer en la actividad fue el de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques en países en desarrollo (REDD), que en Brasil vino a consolidar un proceso ya existente de mercantilización de los bosques. REDD implica sofisticados proyectos en países en desarrollo, que involucran a diversos actores como empresas y bancos por ejemplo, y la estipulación de pagos a comunidades locales para que conserven sus bosques. Numerosos movimientos y organizaciones sociales de todos los continentes advierten que las comunidades muchas veces no son consultadas y que luego sus estilos de vida tradicionales y sus derechos son lesionados. Señalan también que REDD puede dar lugar a mecanismos de mercado que permiten a países desarrollados y grandes corporaciones comprar bonos de carbono para no reducir sus emisiones contaminantes (mecanismos de compensación), y que las mismas empresas que siempre han deforestado se favorecen también con fondos por no deforestar (doble lucro económico), entre otros argumentos.
Santos mostró su preocupación por las divisiones que ha provocado REDD en las comunidades indígenas. Es que algunas lo aceptan y otras lo rechazan. La activista entendió que algunas comunidades indígenas, nunca favorecidas por las políticas públicas y sumidas en la pobreza, se vean tentadas a aceptar fondos para continuar con su (estilo de) vida, porque históricamente han vivido en armonía con la naturaleza. “Tenemos que tener mucho cuidado para no condenar a esas comunidades”, dijo Santos. “Ellas sufren ya por una serie de vulnerabilidades y falta de apoyo. Hay que trabajar más con ellas para que vean que esos contratos que están firmando, no sólo de REDD sino también de pagos por servicios ambientales, pueden tener problemas futuros y sus intereses de tener acceso a políticas públicas no ser resueltos”, consideró.
En el campo de las alternativas reales a las crisis y los mecanismos de mercantilización de los bienes comunes, Santos subrayó los desarrollos de los movimientos campesinos, con su propuesta de soberanía alimentaria y agroecología. El sistema agro alimentario imperante es responsable de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernardero a nivel mundial. Para la representante de FASE las políticas públicas brasileñas deben reconocer mucho más el rol fundamental de los campesinos, que alimentan al mundo de forma sustentable, en lugar de estar apoyando a los agronegocios.
Fuente: Radio Mundo Real