Protesta en Ginebra: No a la UPOV y la privatización de semillas

Para marcar el 60 aniversario de UPOV, activistas de las nueve organizaciones de desarrollo, agricultores y derechos humanos [1] se disfrazaron de cultivos alimentarios frente al edificio de la UPOV en Ginebra y se encadenaron. La campaña intenta simbolizar la situación de campesinas y campesinos que ya no pueden utilizar, intercambiar y reproducir libremente las semillas debido a todas las normativas y leyes de protección de variedades vegetales que conforman el sistema UPOV. La libertad de las semillas es un pilar central de la soberanía alimentaria, del derecho a la alimentación y de la conservación de la agrobiodiversidad.

La UPOV fue establecida por unos cuantos países europeos en 1961 permitiéndole a los fitomejoradores establecer y hacer (de un modo unilateral) cumplir derechos de propiedad intelectual sobre las semillas. Desde entonces, los términos del Convenio UPOV se han endurecido varias veces. El Acta 1991 en vigor (UPOV 91) prohíbe a los agricultores almacenar, propagar, reutilizar, intercambiar o vender semillas que tengan derechos de obtención vegetal.

Esta restricción contradice la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP) así como el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura de Semillas de la FAO (TRFAA), en los que se consagran los derechos de los agricultores.

Sólo disponiendo libremente de las semillas campesinas y campesinos podrán ejercer su labor de cuidado agrícola que permite alimentar a gran parte de la población mundial, y salvaguardar y mantener vivas las semillas que son cruciales para el futuro de la humanidad.

Presión sobre sobre los países del Sur Global

En las últimas décadas, la industria semillera, la Secretaría de la UPOV y, en particular, varios países industrializados continúan presionando para que se adopten las normas de la UPOV y se restrinjan los derechos de los agricultores.

Suiza juega un papel ominoso al querer obligar a los países que integran la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) a unirse a la UPOV o adoptar sus directrices en normativas relacionadas. Paradójicamente, tres de cuatro integrantes de la AELC, Noruega y Liechtenstein y la propia Suiza, están optando por no cumplir los requisitos de la UPOV 91 en sus propias leyes nacionales. Exigir a los países en desarrollo una legislación que ellos mismos consideran inapropiada es hipócrita e injusto.

En lugar de privatizar y monopolizar semillas mediante los derechos de protección de las obtenciones vegetales de la UPOV, las ONG reclaman leyes que fomenten, en lugar de restringir, el libre intercambio y reutilización de semillas. Sólo así se podrá salvaguardar la diversidad de las semillas, su posibilidad de reproducción y su utilización sustentable. Y sólo con una agricultura diversa se pueden superar desafíos como el cambio climático y el derecho a la alimentación.

 Más información:

• Fotos de la Acción en Ginebra
• Coalición Suiza por el Derecho a la Semilla (alemán, francés)
• Llamada global No a la UPOV (inglés, francés, español)

 Personas de contacto:

• Rudi Berli, Uniterre Genf, hc.erretinu@ilreb.r, 078 707 78 83
• Tina Goethe, Derecho a l’alimentación, Brot für alle, hc.ppp-afb@ehteog, 076 516 59 57
• Delphine Neyaga, Comunicación y Campañas, SWISSAID, hc.diassiws@agayen.d, 076 582 76 66

[1] Alliance Sud, Pan para todos, Coordinación Europea de la Via Campesina, Fastenopfer, FIAN, HEKS/EPER, Public Eye, Swissaid, Uniterre y APBREBES

Fuente: Comunicado de Alliance Sud, Pan para todos, Coordinación Europea de la Via Campesina, Fastenopfer, FIAN, HEKS/EPER, Public Eye, Swissaid, Uniterre y APBREBES