Primer alimento transgénico de consumo directo masivo de Argentina

Comemos papas todo el año, a razón de 56 kg por persona. Argentina también es un lugar de enorme diversidad, aunque en el supermercado de las grandes ciudades encontremos sólo dos, a lo sumo tres variedades: en otras provincias la cantidad de colores, formas, texturas, es una fiesta.

De hecho tenemos en nuestro territorio, en el norte, algunos centros de origen (que se extienden por el corredor andino desde acá hasta Colombia).

- ¿Eso corre peligro?

Sí: cada vez que se introduce un transgénico el peligro de contaminación existe, de pérdida de diversidad también. Por eso México sigue una lucha infatigable contra el cultivo de maíz transgénico en su territorio que ha unido a científicos, organizaciones sociales y cocineros.

Siguen las preguntas:

- ¿Vamos a poder distinguir la papa transgénica de la que comimos de un modo seguro hasta ahora?

Difícilmente, a no ser que hagamos algo: nadie habla del derecho a la información o del etiquetado de transgénicos en nuestro país.

- ¿Pasará por pruebas imparciales antes de su liberación al mercado?

No, quienes aprueban y regulan los transgénicos en Argentina son las mismas empresas que los producen y sus científicos -todos con claros conflictos de interés. Este tiempo que se toman es más bien de acuerdos y lobbies.

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Fuente: Green Vivant