Preparémonos para cosechar agua
"Con el próximo gobierno democrático, dirigido por el maestro Pedro Castillo, el uso de esta técnica será impulsada en todo el país. De esa manera, se aprovechará al máximo las aguas de lluvias. Este plan será uno de los ejes de la Reforma Agraria que se está proponiendo para impulsar el desarrollo de la producción agrícola al servicio del pueblo".
El primer objetivo de la cosecha de agua es acumular el agua excedente que cae con las lluvias. Se acumula el agua sin necesidad de construir costosos reservorios. Simplemente se utilizan los reservorios subterráneos naturales que existen ocultos en todos los terrenos.
La técnica es muy simple, y a la vez muy ingeniosa.
Se excavan zanjas muy largas, de extremo a extremo de los terrenos, pueden medir 100 m, 200 m o longitudes mayores, las zanjas son poco profundas (pueden ser de 0,60 m de ancho por 0,80 m de profundidad). Cuando las zanjas ya están abiertas, se llenan de piedras para que las paredes de las zanjas no se derrumben.
En el momento que llueve, el agua excedente ingresa a las zanjas, se desplaza por las zanjas entre las piedras, se acumula en las partes más bajas, y lentamente se va filtrando hacia el interior de los terrenos, aumentando el caudal de las aguas subterráneas.
Esas aguas subterráneas circulan por debajo de los terrenos, y vuelven a salir a la superficie en las partes más bajas, en forma de “puquios”.
Las zanjas son para “sembrar” el agua, y los puquios son para “cosechar” el agua.
Pero la cosecha de agua también cumple otro objetivo muy importante. Cuando llueve en grandes cantidades, el agua excedente de las lluvias corre por la superficie de los terrenos erosionando la capa superior de los terrenos de cultivo, lavando el “humus”, la delgada capa de la tierra negra superficial, que es la más rica en minerales nutrientes de las plantas.
Al construir las zanjas, se interrumpe que las aguas excedentes corran por los taludes erosionando la parte superficial de los terrenos. De esa manera se protege las tierras, este es el segundo objetivo de la cosecha del agua.
Además hay un tercer objetivo. Las zanjas de filtración por lo general se construyen en faenas comunales (no son trabajos individuales), trabajo conjunto que fortalece la unidad de las comunidades ancestrales, base de nuestra formación social y política autóctona. Las faenas comunales son acompañadas por grupos musicales, y todos trabajan alegres, cantando y bailando.
En los últimos años, los investigadores de la Universidad Nacional Agraria, están investigando los antecedentes, reivindicando está tradición ancestral, y desarrollando planes pilotos en varias comunidades altoandinas.
Con el próximo gobierno democrático, dirigido por el maestro Pedro Castillo, el uso de esta técnica será impulsada en todo el país. De esa manera, se aprovechará al máximo las aguas de lluvias. Este plan será uno de los ejes de la Reforma Agraria que se está proponiendo para impulsar el desarrollo de la producción agrícola al servicio del pueblo.
Si bien esta técnica se ha desarrollado en las zonas alto andinas, con algunas variantes también se puede aplicar en las zonas bajas de la costa.
Cada vez que se vuelvan a repetir las lluvias torrenciales ocasionadas por el fenómeno del Niño, en vez de lamentarnos y ponernos a “lloriquear”, deberíamos prepararnos con la debida anticipación para embalsar esas grandes masas de agua excedente, y convertir las lluvias torrenciales en motivos para celebrar la FIESTA DE LA LLUVIA.
¡PALABRA DE MAESTRO!
Fuente: Servindi