Por qué el FSC no debería certificar plantaciones
El Consejo de Manejo Forestal (FSC por su sigla en inglés) realizará su asamblea general del 3 al 7 de noviembre en Cuidad del Cabo, Sudáfrica. Dado que el FSC continúa certificando plantaciones de árboles a gran escala -a pesar de la gran cantidad de evidencias que muestran sus impactos sociales y ambientales- un grupo de organizaciones solicitarán al FSC que no continue certificando monocultivos a gran escala.
Carta abierta a los miembros del FSC
Los abajo firmantes desean instar a los miembros del Forest Stewardship Council (FSC) a resolver con la mayor urgencia el grave problema de la certificación de monocultivos de árboles durante la asamblea general de este organismo que tendrá lugar en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Dado que uno de los puntos a discutir será la Revisión de los Principios y Criterios del FSC, la asamblea tendrá la oportunidad de modificar dichos principios de modo que queden excluidas de la certificación las plantaciones de árboles en régimen de monocultivo.
Los miembros del FSC, y particularmente los de las cámaras ambiental y social, deben tomar conciencia de que la certificación de estas plantaciones no sólo erosiona la credibilidad del FSC sino que, más importante aún, socavan los derechos y la lucha de las poblaciones locales que se oponen a ellas.
Estas poblaciones se esfuerzan por proteger las mismas cosas que las organizaciones ambientalistas y sociales acordaron que debían ser protegidas cuando adhirieron al FSC: los derechos y medios de vida de las comunidades indígenas, tradicionales y campesinas, los bosques, praderas y humedales, el agua, el suelo y la biodiversidad.
Todas las plantaciones de árboles a gran escala tienen un fuerte impacto sobre casi todo, cuando no sobre todo lo anteriormente mencionado. Existe ahora más que suficiente evidencia documentada de dichos impactos en numerosos países, que van de Sudáfrica y Swazilandia a Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay, España, Irlanda y otros.
La conclusión evidente es que las plantaciones industriales de árboles no pueden ser certificadas.
A pesar de ello, una y otra vez los certificadores acreditados por el FSC les han otorgado el sello de dicha institución, sin que importara en absoluto que las comunidades locales se opusieran a ellas ni que ese sello fortaleciera aún más a poderosas corporaciones cuyas actividades destruyen la Naturaleza y los medios de vida de los pueblos.
Cuatro años después de haberse iniciado la revisión de la certificación de plantaciones por parte del FSC, nada ha cambiado. A pesar de la abundante documentación que demuestra los efectos sociales y ambientales negativos de las plantaciones, ya han sido certificadas al menos 8,5 millones de hectáreas, sin contar las muchas plantaciones, de una superficie no especificada, que se esconden en los 37,7 millones de hectáreas de la categoría “plantaciones semi-naturales y mixtas y bosques naturales”.
Ha llegado el momento de que los miembros del FSC y, en particular, los de las cámaras ambiental y social, decidan qué partido van a tomar: permitir que todo siga como hasta ahora o luchar por un cambio; proteger los intereses de las grandes corporaciones papeleras y forestales o los derechos de las comunidades locales y la Naturaleza; seguir aceptando que las plantaciones son “un tipo de bosque” o reconocer que plantaciones y bosques no tienen nada en común; dar apariencia ecológica a un uso de la tierra sumamente perjudicial, u oponerse a la destrucción ambiental y social.
Exhortamos entonces a los miembros del FSC que comparten nuestro deseo de proteger a las poblaciones locales y la Naturaleza contra los daños causados por la expansión de las plantaciones de árboles, a levantar su voz en la próxima asamblea general para contribuir así al logro del cambio necesario.
Fuente: WRM