Política láctea de la Unión Europea: No queremos producir más para ganar menos
Para evitar un desastre social y territorial, es necesario bajar la cuota europea y distribuir mejor la producción, eliminar las ayudas a la exportación, y valorizar los modos de producción mas autónomas.
« No vamos a pagar por vuestra crisis »
Hoy, debido a las decisiones tomadas por la UE desde 2003, el mercado europeo está saturado. Los productores venden su leche por debajo de los costes de producción y los más frágiles van a desaparecer si la UE no reorienta su política. La reinstauración de las ayudas a la exportación refuerza un dumping inadmisible que nunca ha parado1 frente a los terceros países.
Mientras que la cuota europea ya era excedente, la UE no encontró nada mejor que aumentarla, haciendo espejear un mercado mundial floreciente. Hoy la política de desregulación decidida en 2003 y 2008 está contradicha por los hechos. Lo habíamos denunciado y hoy nos negamos a pagar por los errores de los Ministros y de la Comisión Europea.
El Consejo Agrícola UE del 23 de marzo no debe esperar una propuesta de la Comisión Europea para disminuir la cuota láctea europea2 : la Comisaría responsable de la agricultura en efecto aún no salió de una ceguera ideológica que la crisis financiera terminó de desacreditar. La Unión Europea tiene que disminuir su cuota, establecer criterios para una redistribución de la producción y garantizar un precio que remunere el trabajo. Es importante preservar el máximo de productores y de mantener la producción láctea en todas las regiones a vocación forrajera. El Consejo debe anular la supresión de las cuotas lácteas prevista para 2015.
No es una nueva “reestructuración”, como lo propone la Sra. Fischer Boel, que solucionará la crisis. Los 25 últimos años han puesto de manifiesto que la disminución muy importante del número de productores no disminuyó la producción, pero la intensificó y concentró en las regiones a costes de producción más bajos, en detrimento de la cohesión europea y del desarrollo rural.
Es urgente que la UE desaliente una producción láctea demasiada intensiva dependiente de soja importada3 . La crisis climática y energética impone dar la prioridad a los prados, que almacenan el carbono, a una alimentación animal local y a una producción láctea mejor distribuida en el territorio europeo, para estar más cerca de los consumidores.
Se puede evitar el desastre, a condición de cambiar la orientación actual. El marco neoliberal de la PAC está expirado. El marco de la soberanía alimentaria, lejos de ser un repliegue europeo proteccionista, es en primer lugar un cambio de prioridades. Encontremos nuestra libertad de definir la política agrícola y alimentaria europea4 en función primero de las necesidades europeas, sin dumping frente a los terceros países, y contribuimos a solucionar las crisis globales relocalizando, en el caso de la producción láctea, la producción de proteínas vegetales, y más generalmente acercando los productores a los consumidores, hoy víctimas de la política actual.
Notas
1 La prima láctea desacoplada de la producción decidida en 2003 no es, para la producción exportada, más que un blanqueo del dumping.
2 Puede hacer un acuerdo político y exigir una propuesta de la Comisión Europea, con acuerdo formal después por el Consejo.
3 Eso solucionará al mismo tiempo la problemática de la soja OGM importada
4 l' OMC falló
Fuente: Vía Campesina