Petrobrás en Ecuador
Obligaciones extraterritoriales del Estado Brasileño en el Ecuador: una breve mirada a las actividades de la Petrobrás en el Ecuador: "La responsabilidad del Estado Ecuatoriano de proteger a sus ciudadanos está siendo socavada por el gobierno brasilero y por lo tanto se hace necesario enfocarse en las responsabilidades que tiene el Estado Brasileño de garantizar que sus actividades económicas en otros países no violen los Derechos Humanos en el Ecuador, así como en cualquier otro país sudamericano en donde operen sus empresas estatales"
Natalia Landivar Garcia
Economista e investigadora - FIAN Internacional
Enéias Da Rosa
Secretario General - FIAN Brasil
El bloque 18 y el campo Palo Azul se encuentran en las parroquias San José del Coca y 3 de noviembre del cantón La Joya de los Sachas, en la provincia de Orellana y están actualmente siendo operados por la empresa brasilera Petrobrás. Esta estatal tiene en operación en el bloque 18 el campo Pata y en el campo Palo Azul, los pozos Palo Azul 1, Palo Azul 2 y Palo Azul B. La adjudicación del campo Palo Azul fue desde el principio un proceso lleno de irregularidades legales y su operación está actualmente marcada de violaciones a derechos humanos a comunidades de campesinos e indígenas, cuyas fincas colindan o se encuentran dentro de los campos de la petrolera.
El bloque 18 fue licitado en la séptima ronda de licitaciones realizada en 1994. El 19 de diciembre de 1995 se suscribió un contrato entre Petroecuador y la compañía Amoco Ecuador B.V. Los trabajos de prospección sísmica que realizó esta empresa dieron como resultado que el bloque no era rentable por lo que la empresa decidió abandonar el país en 1997. En ese año el consorcio de empresas ecuatorianas Cayman-Petromanabí, obtuvo los derechos que la compañía Amoco tenía sobre el bloque 18, a pesar de que no cumplía con los requisitos legales y económicos necesarios para adquirir dichos derechos. Inmediatamente el consorcio Cayman-Petromanabi realizó las gestiones necesarias para que se le adjudique el campo Palo Azul, un área de Petroecuador ubicada en el límite este del bloque 18 con grandes reservas de petróleo de buena calidad que provienen de yacimientos como Hollín inferior, Hollín superior, arena T, arena U y Basal Tena.
En 1999 la Petrobrás suscribió un convenio para operar y desarrollar el campo Palo Azul bajo explotación unificada o área de explotación común. Este convenio de explotación unificada fue ampliamente criticado por privilegiar los intereses privados por sobre los del Estado. A pesar de que más del 90% de las reservas se encuentran en el área de Petroproducción, con este acuerdo se entregó la mitad de las reservas petroleras de Palo Azul al consorcio Cayman-Petromanabi; a la estatal ecuatoriana apenas le correspondió entre el 45 y 50% de las ganancias generadas en dicho campo.
Estas irregularidades fueron denunciadas por los trabajadores de Petroecuador y la Comisión de Control Cívico de la Corrupción pidió que se anule este convenio. Sin embargo, el Consorcio Cayman-Petromanabí se apresuró a venderle acciones de las reservas del campo Palo Azul a la compañía argentina Pérez Companc. Después de la crisis argentina del año 2002 la Petrobrás adquirió las acciones de Perez Compac. En ese momento, los trabajadores petroleros le informaron sobre las irregularidades que había en la concesión del campo Palo Azul pero la estatal brasilera continuó la operación de este campo, cuya producción es la que hace rentable al bloque 18.
Una mirada al campo Palo Azul
En el bloque 18 existe un oleoducto de 14 Km que recoge el crudo extraído de estos campos y que son llevados a la estación del campo Pucuna de Petroecuador. Además hay 3 Km de líneas de flujo que une el campo Palo Azul 1 y 2; y otro de 8 Km de oleoducto que une Palo Azul con la estación Pata. También existe un oleoducto que une la plataforma Palo Azul 2 con la Estación Eno de Petroecuador. La plataforma Palo Azul B, que tienen un área de 10 Ha, se encuentra dentro del territorio de la cooperativa 25 de diciembre.
Para observar las actividades de la Petrobrás en este sector, se tiene que pasar por un control que no permite la entrada al campo sin permiso de la Petrobrás a pesar de que en el Ecuador no existe por ley el concepto de carretera privada; sólo el de vías públicas. Junto a la plataforma de perforación, la empresa Cayman había comprado un terreno con el fin de depositar los desechos generados por la perforación y mantenimiento de los pozos. Este basurero tóxico se ha ampliado a un área total de 5.000 m2. Los ripios o desechos de perforación de las plataformas provenientes de otro lugar también se depositan aquí. Aquí se percibe un intenso olor a hidrocarburos y la contaminación es visible.
Los hoyos son de 2,50 metros de profundidad que son rellenados con los desechos o lodos de perforación y cubiertos con tierra removida. Para evitar la filtración del hidrocarburo se ha colocado un caucho grande encima del hoyo. Estas medidas de protección ambiental son insuficientes para evitar la contaminación del agua y de la tierra. El lodo de perforación que entierran sale a veces mezclado con agua de perforación lo que hace que esta agua contaminada se infiltre en las capas más inferiores y contamine el agua del subsuelo. Según testimonios, el caucho colocado encima del hoyo no impide que el agua de lluvia penetre en el suelo y se mezcle con los desechos. Los petroleros dicen que el agua con hidrocarburo fluye por un tubo y llega a una cuneta o trampa donde el hidrocarburo se queda atrapado. Pero los trabajadores aseguran que el hidrocarburo se filtra, contaminando los esteros y riachuelos aledaños.
A simple vista se puede ver la contaminación de las aguas de los riachuelos aledaños, los que se ven negros debido al petróleo infiltrado. El agua del riachuelo es utilizada poco para consumo humano porque es agua bastante sucia pero que se puede utilizar como bebedero de animales. Sin embargo, conocimos que las personas de comunidades, como la 3 de noviembre que se encuentran más abajo, se quejan que desde que la Petrobrás se estableció allí, ellas ya no se puede bañar en el riachuelo porque se producen problemas en la piel. El agua de estos riachuelos desemboca en el río Grande por lo que éste termina también contaminado. Un trabajador petrolero nos manifestó a su hermano se le hincharon los ojos y la cara y que el doctor de la compañía le dijo que eso se debía por bañarse en el río. Los moradores han realizado varias denuncias y han llevado por su propia cuenta muestras al laboratorio de Coca. Sin embargo, los análisis que se hacen siempre indican que no hay ningún problema de contaminación.
La finca de la Sra Flor Maria Chillogallo se encuentra aledaña al pozo de perforación de la Petrobrás. Ella vive allí ya hace 19 años y emigró de Cuenca. Cuando ella llegó al oriente todavía no habían entrado las petroleras la tierra era apta para sembrar café. Según su testimonio, las petroleras llegaron allí sin consultar a las personas de la comunidad. Los riachuelos se encuentran ahora contaminados y el ruido que hace la maquinaria de la petrolera es demasiado alto. La producción de café a partir de la presencia de la petrolera ha bajado, ya que las plantas ya no maduran como antes. Ella manifestó que hay un esterito de donde la familia solían beber agua pero que se ha contaminado y ahora tienen que tomar y consumir esta agua sucia. Los pobladores ya han pedido a la compañía de traer agua limpia, pero esta no ha cumplido con esta demanda. A lo largo de este año a un vecino suyo se le han muerto sus animales o estos han abortado.
Una de las prácticas comunes de la Petrobrás a sido según testimonios ha sido vertir tres o cuatro tanqueros de desechos de agua en el río Coca. En agosto de este año el Departamento de Ambiente de la provincia de Orellana denunció que la Petrobrás estaba descargando aguas de formación al río Coca en el sitio La Mina, en la comunidad quichua de Huataraco. En esta comunidad se encuentra el Campo Pata que es parte del bloque 18. El sitio donde la Petrobrás estaba descargando el agua de formación es un lugar de recreación y de captación de agua de la comunidad y se encuentra a 7 km del sistema de captación de agua potable de la ciudad del Coca. La Petrobrás manifestó públicamente que no se trataba de agua de formación sino de agua resultante de las operaciones de producción así como de los taladros de perforación que cumplen con los parámetros ambientales. La Petrobrás tenía un permiso emitido por la municipalidad de La Joya de los Sachas para descargar las aguas residuales en el río Coca por seis meses pero siguió descargando a pesar de que el permiso caducó y no fue renovado. El Departamento del Ambiente aseguró haber encontrado concentraciones de hidrocarburos que superan la norma para el consumo humano del agua. Por esta razón la captación de agua del río Coca se ha suspendido. Hay plataformas que tienen hasta 15 pozos y los pozos de reinyección no alcanzan. La cantidad de agua que perforan de los pozos hace imposible volverlo a reinyectar. El consejo provincial de Orellana está por iniciar una denuncia contra la Petrobrás.
Obligaciones Extraterritoriales del Estado Brasileño
“ Estoy segura de que Petrobrás no hiciera lo mismo que hace aquí en Brasil”
Alicia Cahuyia, Asociación de mujeres Huaorani
El Brasil está considerado como una potencia internacional dentro del punto de vista económico y persigue una estrategia geopolítica para américa del sur en donde quiere afianzar su condición de potencia económica en la región. En este sentido, la actuación de la Petrobrás en el Ecuador puede ser vista como parte de esa estrategia geopolítica. Petrobrás es hoy en día una de las 10 empresas de petróleo más grandes del mundo, con presencia en 20 países, entre ellos Ecuador. Es conocida como una de las empresas que da más apoyo social y cultural en el Brasil. En el Ecuador, desde 1996 hasta diciembre de 2004, la estatal brasileña invirtió 133 millones de dólares y tiene previsto invertir 122 hasta la fase de explotación del bloque 31, en donde la petrolera adquirió una licencia ambiental en agosto de 2004.
Los crímenes ecológicos y sociales que está causando la Petrobrás dentro del bloque 18 y en el campo Palo Azul no avizoran un buen panorama si Petrobrás llegara a realizar actividades petroleras en el corazón del Parque Nacional Yasuní, área protegida y gran parte de territorio indígena Huaorani. Aduciendo las denuncias nacionales e internacionales sobre posibles irregularidades en el proceso de la emisión de la licencia ambiental otorgada a la Petrobrás el 7 julio del 2005 la Ministra del Ambiente del Ecuador, Ana Albán, prohibió el inicio de actividades constructivas en el Parque Nacional Yasuní. A raíz de esto, el gobierno brasileño ha venido ejerciendo presión al estado ecuatoriano haciendo referencia a las relaciones económicas regionales. Esto lo constata, la carta enviada por el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al Presidente de Ecuador, Dr. Alfredo Palacio, el día 26 de julio en donde expresa su preocupación por esta decisión del gobierno ecuatoriano y enfatiza la importancia de la Petrobrás como la empresa petrolera extranjera que tiene los planes de expansión más significativos en el Ecuador y la amenaza que significa esta decisión a la implementación del proyecto en sí. Además, el embajador de Brasil visitó dos veces al Ministerio del Ambiente en los meses posteriores a esta decisión para abogar por la empresa petrolera de su país. Como respuesta a esta decisión Petrobrás introdujo un amparo constitucional en contra del Ministerio del Ambiente, que fue rechazado por un juez que en su providencia señalaba el cumplimiento del plan de manejo ambiental como requisito previo para realizar las actividades en el parque Nacional Yasuni.
Como es visible en este caso, la responsabilidad del Estado Ecuatoriano de proteger a sus ciudadanos está siendo socavada por el gobierno brasilero y por lo tanto se hace necesario enfocarse en las responsabilidades que tiene el Estado Brasileño de garantizar que sus actividades económicas en otros países no violen los Derechos Humanos en el Ecuador, así como en cualquier otro país sudamericano en donde operen sus empresas estatales. Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), los Estados signatarios se comprometen a colaborar, sin limitaciones territoriales ni jurisdiccionales, con miras a garantizar el derecho a la alimentación y al agua. Por lo tanto, el Estado Brasilero no puede bajo legislación internacional poner en peligro o denegar el acceso a los recursos hídricos de las personas en otros países, y tiene que garantizar que las acciones de su compañía estatal petrolera no perjudique el goce del derecho al agua y a la alimentación de los ciudadanos ecuatorianos.
[1] Este artículo fue escrito después de una visita al campo petrolero Palo Azul los días 22 y 23 de octubre de 2005. Por el apoyo brindado agradecemos a Elizabeth Bravo, Oilwatch y Jose Proaño de Acción Ecológica, así como a los compañeros del Comité de Derechos Humanos de la ciudad del Coca y las compañeras de la Asociación de Mujeres Huaoranis.