Petro y Márquez ganan en Colombia: van por la justicia social y ambiental
La fórmula compuesta por el izquierdista Gustavo Petro y la afrocolombiana Francia Márquez se impuso en las elecciones generales de Colombia, el domingo 19 de junio. Las promesas de cambio de la dupla que asumirá el poder el 7 de agosto apuntan a una mayor igualdad e inclusión social, y a una transición ambiental para dejar atrás el modelo extractivista.
Victoria de Petro
En su tercer intento de llegar a la presidencia, Petro se impuso con un 50,44 % de los votos sobre los 47,31 % que recibió Rodolfo Fernández, un empresario conservador de derecha.
El respaldo que recibió el economista de 62 años especializado en medio ambiente —más de 11,2 millones de votos— lo colocan como el candidato que llega con más votos a la presidencia del país.
Elegir un presidente de izquierda, exguerrillero y que sea el más votado históricamente suponen tres hitos para un país que llevaba décadas gobernado por una clase política tradicional y conservadora.
Su llegada al poder se da luego de una larga carrera pública. Fue alcalde de Bogotá y senador, cargos desde los cuales criticó al modelo económico y la forma de ejercer el poder en Colombia.
Llega al cargo junto a Francia Márquez, una líder social feminista y activista medioambiental que será la primera persona afrocolombiana en ocupar la vicepresidencia del país.
Principales promesas
Las tres principales promesas de Petro y Márquez apuntan hacia la paz, una mayor igualdad e inclusión social, y una transición ambiental para dejar atrás el modelo extractivista.
Lo primero, alcanzar la paz, no es cosa menor en un país azotado desde hace décadas por la violencia en desmedro de poblaciones rurales, pueblos indígenas y comunidades afrocolombianas.
Petro busca sanar la fuente de los conflictos históricos: la propiedad de la tierra, para lo cual planea impulsar una reforma agraria que incluya una redistribución de tierras e incentivos para más producción.
Lo segundo, la justicia social, está centrado sobre todo en la reforma del sistema de salud y de pensiones, cuyos lastres se exhibieron potencialmente durante la pandemia.
Y lo tercero, la transición ambiental, es para acabar con el extractivismo, principalmente del petróleo, y potenciar la producción como una política para enfrentar el cambio climático.
Las profundas reformas políticas, económicas y sociales que promete impulsar para lograr estos cambios encontrarán una primera barrera en el Congreso, donde no tiene la mayoría absoluta que necesita.
La forma en cómo maneje esa situación determinará, en gran parte, el futuro de sus promesas. Por lo pronto, Colombia vive una fiesta democrática: todos reconocen a Petro como el ganador y se respiran nuevos aires.
Fuente: Servindi