Perú: ¿Buscando un nuevo Madre de Dios en Amazonas?

Idioma Español
País Perú

Más de 500mil m2 de bosque amazónico indígena se entregaron a empresa privada para que explote metal. Cordillera del cóndor en peligro.

Hace 40 años el gobierno peruano, a través del entonces Banco Minero, promovió beneficios y facilidades para aquellos campesinos andinos que se embarcaran en busca de oro en la selva de Madre de Dios. Detrás, estaba la idea de promover la inversión y aumentar la producción de oro nacional.

Desde entonces han pasado décadas y ahora Madre de Dios es tierra de nadie: mafias, trata de personas, explotación sexual, mercurio en el agua y cientos de miles de hectáreas de bosque devastadas día a día. Detrás, un estado ausente, débil y coludido con la impunidad en la zona. Un estado incapaz de controlar lo que en un inicio promovió.

Varios años después la historia está a punto de repetirse, unos kilómetros más al norte, en el bosque de Amazonas. El gobierno regional de Amazonas junto con el Ministerio de Energía y minas; autorizó de manera irregular la explotación de oro en más de 500mil m2 de bosque amazónico. Otra vez, carreteras, maquinaria, mercurio y oro, sobre bosque primario de gran biodiversidad. A varios kilómetros lejos de las oficinas estatales y en plena selva ¿serán capaces de controlar los efectos de la minería, la depredación del bosque amazónico por la fiebre del oro?

BOSQUE Y RÍOS CONCESIONADOS:

El Estado actualmente viene otorgando concesiones en la selva norte como lo ha hecho en Madre de Dios y en varias otras zonas de la Amazonía. Basta iniciar un trámite de petitorio minero en sus oficinas de Lima, para que el MINEM otorgue miles de hectáreas en concesión para minería metálica. No importa si las áreas concesionadas forman parte de territorio indígena awajún o si se encuentran en una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo.

Como vemos en el mapa* de ODECOFROC (2016) las concesiones para minería se ubican principalmente sobre varios ríos y quebradas de los distritos de Río Santiago, Imaza, Nieva y Cenepa; también sobre la Cordillera del Cóndor. Más allá de algunas áreas protegidas, no existe ningún mecanismo de control para otorgar concesiones mineras en la Amazonía peruana.

ENTREGANDO BOSQUE AMAZÓNICO A EMPRESAS MINERAS:

Pero no solo son concesiones. Además, el estado ha otorgado terrenos amazónicos a inversionistas mineros, para explotar oro. Desde sus oficinas en Lima, el MINEM y la Superintendencia de Bienes Nacionales SBN, entregaron más de 500mil m2 de la Cordillera del Cóndor a la empresa minera Afrodita, para que explote oro, utilizando mercurio, en plena cuenca amazónica.

Esto es un efecto directo de los paquetazos ambientales, las normas que se vienen aprobando desde el 2013 para promover la inversión privada en el país. En este caso, utilizando el DS. 054 2013 PCM, la empresa minera Afrodita solicitó al MINEM más de 500mil m2 de terreno eriazo en servidumbre, para exploración minera. El MINEM y la Superintendencia de Bienes Nacionales certificaron que el terreno era eriazo y que no estaba titulado para ninguna comunidad indígena. Así, en solo 15 días, gracias a ese procedimiento rápido y simplificado, la SBN entregó el terreno amazónico solicitado a la empresa Afrodita. Con ello tramitó los permisos para entrar en el bosque, con sus maquinarias y campamentos.

La Ley 30327 del año 2015 y otras normas emitidas luego, limitaron la entrega de servidumbres sobre terrenos eriazos, excluyendo a las zonas de la selva y a territorios indígenas. No obstante, las autoridades del sector minero y del gobierno regional de Amazonas se rehúsan expresamente a aplicarlas. Mientras tanto, siguen tratando al bosque amazónico e indígena como “terreno eriazo”, para adjudicarlo a empresas mineras de mayor y menor escala, como Afrodita.

El efecto es devastador. Ahora, salvo áreas protegidas, cualquier parte de la Amazonía peruana que no se encuentre titulada, puede ser considerada terreno eriazo y adjudicarse a inversionistas mineros que lo soliciten. Esto es grave además si consideramos que en Perú falta aún titular más de 20 millones de hectáreas propiedad de comunidades nativas y campesinas.

El caso de Afrodita es grave: la empresa minera empezó como un “proyecto de inversión minera a gran escala. No obstante, en el camino, cambió su denominación y se convirtió en pequeño productor de oro. A pesar del evidente cambio de escala y de las finalidades de su proyecto de inversión; el Gobierno Regional de Amazonas y MINEM decidieron brindar a Afrodita las facilidades de la promoción de inversiones, entregándole el terreno solicitado. ¿Qué sucedería si los cientos de pequeños productores mineros de Madre de Dios y los nuevos mineros en la frontera norte solicitan territorio amazónico en servidumbre bajo las mismas premisas?

PROMOVIENDO LA MINERÍA DE ORO EN LA AMAZONÍA, OTRA VEZ:

El Gobierno Regional de Amazonas, bajo la opinión favorable del MINEM, ha autorizado a la empresa minera Afrodita para explotar oro en la Amazonía norte, en diciembre de 2014. Desde entonces, la empresa viene construyendo sus instalaciones en plena Cordillera del Cóndor, lugar que ha sido denominado como hotspot de la diversidad mundial. Con ello, fuentes de agua, fauna y flora serán afectadas; como también lo serán las poblaciones indígenas que dependen exclusivamente de los recursos del bosque.

Para llegar a la zona de explotación de Afrodita, es necesario caminar más de 10 días desde el centro poblado más cercano. Para hacer posible sus operaciones, la empresa minera Afrodita deberá abrir caminos y carreteras de acceso. El efecto inmediato es la deforestación y la entrada de más mineros en busca de oro.

Por estas razones, las comunidades Awajún y Wampis se oponen al proyecto minero. A ello se suma, que la empresa minera Afrodita ha generado conflictos en la zona desde el año 2008 y que estuvo detrás del Baguazo, en el 2009. Además, desde hace más de cinco años, los indígenas vienen denunciado ante el poder judicial, la policía y ministerios la proliferación de mineros ilegales que avanzan en sus territorios, deforestando, utilizando mercurio y causando conflictos en las cuencas de los ríos Santiago y Cenepa y en la Cordillera del Cóndor, sin resultado alguno.

Durante estos años el gobierno central y el gobierno regional han demostrado su incapacidad para ordenar y controlar las actividades mineras en esta parte de la Amazonía peruana. La falta de recursos, la lejanía de las zonas afectadas y la falta de voluntad política son algunas de las causas. Ni el gobierno central ni el gobierno regional tienen las capacidades para fiscalizar la actividad minera de oro en Amazonas, ya sea legal, informal y/o ilegal.

¿Qué destino le depara a la selva norte? 40 años después, Madre de Dios nos da una muestra clara de los resultados.

Fuente e imagenes: Vigilante Amazónico

Temas: Extractivismo, Minería, Tierra, territorio y bienes comunes

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