Paraguay se moviliza contra la impunidad de los agrotóxicos
Tras la muerte de un niño de 11 años. Militantes de diversas organizaciones sociales, rurales y urbanas realizaron una acción de protesta para exigir justicia por el caso de Silvino Talavera. Silvino tenía 11 años cuando fue fumigado por un cóctel de agrotóxicos usados para los monocultivos de soja Roundup Ready en 2003, en el Departamento de Itapúa, Paraguay
El caso de la muerte de Silvino Talavera a causa de la contaminación por agrotóxicos en está en peligro de quedar impune. El caso está estancado en el tribunal bajo un proceso de apelación, que lleva más de un año sin ningún tipo de avance. Militantes de diversas organizaciones sociales, rurales y urbanas realizaron una acción de protesta para exigir justicia por el caso de Silvino Talavera en el Palacio de Justicia de la ciudad paraguaya de Asunción.
La acción utilizó el teatro y la música como vía de expresión. Aproximadamente 10 personas aparecieron en la sala principal del Palacio de Justicia, cubiertas con sábanas blancas en las que se podían leer diferentes mensajes pidiendo justicia para Silvino Talavera y condenando el uso de agrotóxicos, un problema cada vez más grave en este país. También se interpretaron cantos de protesta, destacando la canción de Silvino Talavera, compuesta por el poeta, cantautor y luchador social Alberto Rodas, que también participó en la acción.
Esta acción se enmarca dentro de una campaña llevada a cabo por Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI) y apoyada por diferentes organizaciones sociales tanto paraguayas como internacionales, que muestran su preocupación ante las graves violaciones de Derechos Humanos que sufre la población rural, así como ante las trabas e irregularidades de la justicia paraguaya.
El pasado lunes, diferentes organizaciones de Holanda y Bélgica tuvieron una audiencia con el embajador paraguayo en Bélgica, Raul Vera Bogado. Allí se le entregó una petición con las firmas de diferentes organizaciones internacionales. El diplomático prometió mandar una carta para exigir una sentencia rápida y favorable al Ministro del Exterior y al Presidente de su país.
Así mismo, el 26 de octubre se realizó una acción directa en la Embajada de Paraguay en Argentina. Bajo la consigna "¡Los agrotóxicos matan! Justicia para Silvino Talavera" un grupo de personas de distintas organizaciones urbanas y estudiantiles de la ciudad de Buenos Aires rodearon el edificio y bloquearon las puertas de entrada. Desplegaron una gigantesca bandera paraguaya que rezaba "Nuestra soja mata" sobre la fachada de la Embajada y una bandera lateral exigiendo justicia para Silvino Talavera.
Silvino Talavera, tenía 11 años cuando fue fumigado por un cóctel de agrotóxicos usados para los monocultivos de soja Roundup Ready en 2003, en el Departamento de Itapúa, Paraguay.
La fumigación implicó también la contaminación de víveres que portaba Silvino y consecuentemente causó la intoxicación de 22 miembros de la familia. Además de Silvino, sus hermanas Sofía de 13 años y Patricia de 2 años, debieron ser hospitalizadas en los siguientes días por la extrema exposición a agrotóxicos que habían sufrido. Cuando el estado de salud de los niños se estabilizó, volvieron a casa pero nuevamente la familia se vio expuesta a otras fumigaciones, esta vez de parte del otro vecino sojero.
Silvino no lo resistió y murió a los pocos días. En la sangre de los hermanos se encontró fenol, carbamato y glifosato. Todo el grupo familiar se caracteriza por presentar un cuadro degradativo de su salud a causa del uso indiscriminado de agrotóxicos en la región.
El 11 de Septiembre de este año, también murió Vidal Ocampos de 5 meses, hijo de la Sofia Talavera, hermana de Silvino. El bebe murió a causa de hidrocefalia, una malformación del sistema nervioso central relacionada con la exposición a agrotóxicos. Además, Serapio Villasboa, tío de Silvino, fue secuestrado y asesinado en abril del 2006, con más de 10 puñaladas, crimen que no ha sido aclarado hasta el momento. Asimismo, la familia ha recibido innumerables presiones para desistir del juicio, incluyendo amenazas de muerte.
En el primer juicio en el año 2004 por la muerte de Silvino Talavera, Hermann Schlender y Alfred Laustenlager fueron hallados culpables por homicidio culposo y producción de riesgos comunes, posteriormente el juicio fue anulado a instancias de los condenados. Un segundo juicio en junio de 2005 los condenó nuevamente por estos hechos punibles. Inmediatamente, los condenados volvieron a apelar la sentencia de dos años de cárcel.
El 31 de Octubre, el Tribunal de Apelación de Encarnación se pronunció finalmente acerca del caso de Silvino Talavera, confirmando la sentencia condenatoria para los productores de soja Hermann Schlender y Alfred Laustenlager. Este pronunciamiento tuvo lugar más de 15 meses después de presentada la apelación a la sentencia por parte de los sojeros, esto a pesar de que según el artículo 471 del Código Procesal Penal, el Tribunal tenía 15 días para expedirse.
Pero aún no está todo resuelto y sigue existiendo peligro de que el caso quede en la impunidad por extinción de la acción, de acuerdo a los plazos establecidos en el Código Procesal paraguayo. Es muy probable que los sojeros apelen de nuevo la sentencia ante la última instancia que queda, el Tribunal de Casación.
En este supuesto la responsabilidad ahora recae sobre los representantes del Tribunal de Casación de Asunción, quienes deberán actuar de acuerdo con la ley y con la mayor diligencia, pues estará en sus manos evitar que este caso quede en la impunidad.
En cuanto a las irregularidades que se han dado durante el proceso, una comitiva de organizaciones nacionales e internacionales presentó ante la Secretaría Judicial N° 3 del Poder Judicial un recurso por retardo de justicia.