No reducir emisiones contaminantes tendrá efecto devastador
Dos informes divulgados esta semana revelan la peligrosa brecha que existe entre ciencia y política y concluyen que los eventos meteorológicos extremos se duplicarán para 2020, aumentarán 400 por ciento para 2040 y seguirán empeorando si no hay una reducción significativa de las emisiones de dióxido carbono.
La severa ola de calor que padeció Estados Unidos el año pasado es un ejemplo de esos eventos extremos.
Mientras, un análisis muestra que Canadá no puede cumplir su débil objetivo de reducción de emisiones contaminantes para 2020 y, sin embargo, planea triplicar sus masivas operaciones en las arenas alquitranadas para las próximas décadas.
Canadá no tiene ningún plan creíble para disminuir sus emisiones, y prácticamente no ha hecho nada en relación al clima desde que el primer ministro Stephen Harper llegó al gobierno en 2006, sostienen activistas.
“Al gobierno canadiense le resultará muy difícil lograr sus propios objetivos de reducción de emisiones para 2020 aún sin una expansión en las arenas alquitranadas”, dijo el científico climático Danny Harvey, de la Universidad de Toronto, en una conferencia de prensa realizada el miércoles 14.
Canadá, Estados Unidos y otros países se comprometieron a reducir 17 por ciento el total de sus emisiones de dióxido de carbono en comparación con los registros de 2005 para el año 2020, en el marco del Acuerdo de Copenhague. Los científicos sostienen que esa meta es demasiado débil y que hará que las temperaturas mundiales aumenten por lo menos 3,5 grados, lo que implica un nivel muy peligroso de cambio climático.
Probablemente, esas elevadas temperaturas producirán olas de calor extremo que matarán a personas, animales y cultivos, y para 2100 cubrirán 85 por ciento del área terrestre del planeta en verano, informaron científicos alemanes y españoles el día 14.
“Eso es lo que muestran nuestros cálculos para un escenario de cambio climático” imparable, dijo el coautor del informe, Dim Coumou, del alemán Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en alemán).
Aunque resulte toda una conmoción, ya es demasiado tarde para impedir que se dupliquen las olas de calor para 2020 y que se cuatrupliquen para 2040, concluye el estudio publicado en la revista Environmental Research Letters.
El motivo es que la quema de enormes cantidades de combustibles fósiles en los últimos 50 años sumó 40 por ciento de dióxido de carbono a la atmósfera. Aunque hoy mismo se pusiera punto final a todas las fuentes de emisiones de ese gas de efecto invernadero, las temperaturas continuarían aumentando de los actuales 0,8 grados de recalentamiento planetario a incluso 1,1 y hasta 1,5 grados, debido a un rezago en el sistema climático, según los científicos.
Y esas temperaturas no bajarán por un período muy prolongado.
Es por eso que todos los países acordaron reducir las emisiones de dióxido de carbono en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en 2009 en Copenhague.
Canadá adhirió al compromiso de Estados Unidos de reducir 17 por ciento las emisiones, pero luego hizo poco por bajar las suyas y, en cambio, expandió drásticamente el mayor proyecto energético del mundo: las arenas alquitranadas de Alberta.
Cada año, las arenas queman casi 40.000 millones de metros cúbicos de gas natural, aproximadamente dos tercios de lo que India usa anualmente. Este gas se usa principalmente para calentar agua, con la que se extrae el bitumen alquitranado del suelo y se convierte en crudo pesado.
En 2011 se usaron 370 millones de metros cúbicos de agua dulce. Esto es más que lo que consumen los 2,8 millones de habitantes de la ciudad de Toronto. Las empresas petroleras no pagan nada por el agua aunque esta se vuelva demasiado tóxica para ser devuelta a ríos o acuíferos.
La mayoría de los análisis muestran que el petróleo procedente de las arenas alquitranadas es el más contaminante y el que deja la mayor huella de carbono. Esas emisiones aumentan a medida que el bitumen se vuelve más difícil de extraer, y se prevé que se duplicarán para 2020.
“Los políticos canadienses simplemente no están diciendo la verdad. No se puede seguir expandiendo las arenas alquitranadas y cumplir la meta de reducción” de emisiones contaminantes, dijo Mark Jaccard, economista experto en energía de la Universidad Simon Frasier y designado por el gobierno de Harper para integrar la ahora clausurada Mesa Redonda Nacional sobre el Ambiente y la Economía.
En Canadá no existen regulaciones federales sobre emisiones derivadas del petróleo y del gas. En vez de actuar, el gobierno de Harper lanzó una campaña de relaciones públicas que requirió 16 millones de dólares, en Estados Unidos y Canadá, para promover los beneficios económicos del “desarrollo responsable de recursos” de las arenas alquitranadas. Los activistas consideran que con esto se intentó darle una fachada verde al proyecto.
Luego de 2020 se necesitarán profundos recortes en las emisiones para evitar que la mayor parte del mundo sufra bajo devastadoras olas de calor antes de fin del siglo, plantea el Instituto de Potsdam. Esas reducciones “serán imposibles de lograr si nos encerramos en 40 años de mayores emisiones de las arenas alquitranadas construyendo más oleoductos” como el Keystone XL, dijo Harvey, de la Universidad de Toronto, en una conferencia de prensa realizada el miércoles en esta ciudad.
Estados Unidos va camino a cumplir el compromiso de reducción que asumió en Copenhague. Sin embargo, los abismales antecedentes ambientales de Canadá han llamado la atención del gobierno de Barack Obama.
El presidente estadounidense dijo que solo aprobará el oleoducto Keystone XL si eso “no exacerba significativamente el problema de la contaminación con carbono”. La muy postergada cañería prevé transportar 800.000 barriles de crudo pesado de las arenas alquitranadas de Alberta a refinerías ubicadas sobre la costa del Golfo de México en Estados Unidos.
Keystone XL aumentará las emisiones de Canadá al permitir que las arenas alquitranadas se expandan, dijo Gillian McEachern, de Defensa Ambiental Canadá.
Y no hay ni tecnologías ni políticas que permitan a Canadá reducir esas emisiones antes de 2020, sostuvo.
Otros ductos propuestos que se necesitan para apoyar la expansión de las arenas alquitranadas se han topado con una fuerte oposición en Canadá, y dista de ser un hecho que sus obras vayan a completarse, dijo Jaccard.
“Ahora estamos en un punto en el que la única alternativa aceptable es que el gobierno de Estados Unidos rechace el Keystone XL”, opinó.
Fuente: IPS Noticias