No a la Iniciativa Multinacionales responsables - el compromiso con los derechos humanos continúa
Fastenopfer está decepcionado por el “no” de los cantones a la Iniciativa Multinacionales responsables. El “sí” de la población muestra, sin embargo, que para la población está claro que las empresas suizas también deben asumir la responsabilidad en el extranjero. El Gobierno Federal y las Asociaciones empresariales tendrán que asegurar ahora que este deseo de la población se cumpla. El voto del "sí"; de la mayoría de la población anima a Fastenopfer a continuar su trabajo globalmente en el campo de los derechos humanos en el Sur.
Como co-iniciador de la iniciativa, Fastenopfer está decepcionado por el "no"; de los cantones. Sin embargo, está convencido de que ha valido la pena todo el compromiso con los derechos humanos y la protección del medio ambiente en los últimos años. Esto lo confirma el “sí” de la población.
Pocas veces una campaña política ha movido tanto y ha estimulado tanto el debate. El amplio apoyo de miles de personas voluntarias, en el entorno de la iglesia y en la sociedad civil, muestra lo que es importante para la población: una Suiza económicamente fuerte que también defiende los derechos humanos y la protección del medio ambiente.
La enorme sensibilización que se ha producido en los últimos años en este campo, se debe claramente a la Iniciativa Multinacionales responsables. Hace unos años, pocas personas hablaban de las violaciones de los derechos humanos por parte de las empresas suizas. Hoy en día, ya nadie discute que las empresas también deben cumplir con los derechos humanos y las normas ambientales, incluso en el extranjero.
El trabajo continúa
Durante la campaña electoral, el Gobierno Federal y las Asociaciones empresariales subrayaron repetidamente que comparten plenamente el objetivo de la iniciativa: la protección de los derechos humanos y el medio ambiente. Por ello, Fastenopfer espera que esas declaraciones vayan seguidas de hechos y que éstos tengan un efecto positivo en la situación de las personas que viven en torno a los proyectos de las empresas suizas.
El voto afirmativo de la mayoría de la población es un incentivo para que Fastenopfer continúe su labor en el campo de los derechos humanos, trabajando por los derechos de las personas más pobres, atendiendo las quejas junto con sus organizaciones asociadas y exigiendo justicia, tanto en Suiza como directamente sobre el terreno. Porque cuando las corporaciones violan los derechos humanos o destruyen el medio ambiente, esto debe hacerse público. No debe haber ningún beneficio a expensas de la población más débil de la sociedad.
Suiza vota sobre la responsabilidad de sus empresas en el extranjero
Por Camil Straschnoy
El resultado tiene consecuencias directas para América Latina, donde operan muchas de estas empresas mineras, farmacéuticas, alimenticias y de agroquímicos, entre otros rubros.
Los suizos votan este domingo si las multinacionales con sede en el país tienen la obligación legal de garantizar el respeto de los derechos humanos y del medio ambiente en sus actividades en el extranjero, en un referendo con consecuencias directas para América Latina donde operan muchas de estas empresas mineras, farmacéuticas, alimenticias y de agroquímicos, entre otros rubros.
“Si es aprobada, las compañías suizas en el futuro tienen que asegurarse que en su cadena de producción no haya violaciones de derechos humanos y del medio ambiente. Tienen una obligación de cumplir y reportar cualquier violación”, explicó a Télam Nina Burri, abogada de la ONG “Pan para todos” y parte de la campaña a favor de la iniciativa.
“Además, y creo que es lo más importante para América Latina, si ocurre alguna de estas violaciones, las víctimas pueden iniciar una demanda en Suiza y pedir una compensación”, añadió la letrada especialista en Derechos Humanos.
Muchas de las multinacionales con sede en Suiza son del sector de los commodities, como la minera Glencore, que tiene el paquete accionario mayoritario de las firmas que operan en el yacimiento Bajo de la Alumbrera en la provincia de Catamarca, y también tiene actividades en Bolivia y Perú entre otros países de la región.
En Perú, por ejemplo, controla la minera Volcán, un importante productor global de zinc, plata y plomo, pero también responsable de la emisión de metales pesados que provocó que unos 2.000 niños presenten síntomas crónicos de intoxicación, sufren anemia, discapacidades y parálisis, de acuerdo a lo que denuncia la comunidad de la localidad de Cerro de Pasco.
“Yo misma trabajé en la República Democrática del Congo donde se investigó el efecto de los yacimientos de Glencore que contaminó los ríos, la tierra y el aire con químicos tóxicos que causaron problemas de salud a las comunidades alrededor de las minas”, destacó Burri.
Entre la larga lista de multinacionales alcanzadas por la consulta que se vota este domingo están la alimenticia Nestlé, las farmaceúticas Roche y Novartis, la energética Mercuria o la constructora LafargeHolcim, señalada por la contaminación a través de partículas finas de cemento en Nigeria y, más recientemente, en el río Sena de París.
También incluye a la firma de agroquímicos Syngenta que, de acuerdo a Burri, “exporta pesticidas que son prohibidos en Europa, pero no en otros lugares como India, donde son parcialmente responsables de la muerte de granjeros”.
La iniciativa, que recogió 120.418 firmas para poder ser impuesta a votación gracias al sistema de democracia directa que existe en Suiza, cuenta con el apoyo de una gran coalición de diputados de un amplio espectro político, docentes universitarios, sindicatos, 130 ONGs y organizaciones religiosas, como la Conferencia Episcopal.
Entre los detractores está el Gobierno y la mayoría en el Parlamento suizo que a cambio prometió un contraproyecto que introduzca nuevas leyes para que las empresas refuercen sus controles en el extranjero, aunque sin avalar las acciones legales en caso de una violación.
"Esta propuesta va demasiado lejos, es demasiado radical", dijo la ministra de Justicia, Karin Keller-Sutter, en línea con el pensar del Consejo Federal (Ejecutivo) que afirmó su preocupación a que las firmas suizas tengan que hacerse responsables por sus proveedores independientes.
En el mismo sentido se manifestaron varias organizaciones patronales que defendieron el espíritu de la iniciativa, pero que consideran que no es la solución al problema con reglas estrictas que pueden desalentar la inversión y la creación de empleo.
“Pondría a las empresas suizas ya debilitadas por la pandemia en grandes dificultades. Suiza es un país muy pequeño. No deberíamos ser una placa de Petri donde no hay garantía de que esos experimentos tengan un resultado positivo”, aseguró Erich Herzog, de la federación de empresas Economiesuisse, en declaraciones a la cadena británica BBC.
Burri criticó estos argumentos e indicó que “violar los derechos humanos no debe ser una ventaja económica en el mercado internacional”.
Afirmó que las multinacionales eligen Suiza como país para basar sus sedes por los impuestos, sus leyes, la estabilidad y un personal altamente calificado, por lo que “ninguna gran empresa va a abandonar el país si se aprueba la iniciativa”.
Las encuestas de opinión reflejan un cabeza a cabeza en los resultados de la consulta, como el sondeo realizado hace pocas semanas por el grupo de prensa Tamedia que dio 51% de los votos a favor de adoptarla.
Fuente: Télam
Fuente: Fastenopfer