Nicaragua: la semilla criolla es imprescindible para alcanzar la soberanía alimentaria
La Campaña “Semillas de Identidad”, impulsada por una serie de organizaciones(1) para promover y desarrollar iniciativas, conocimientos y tecnologías de desarrollo local, basados en el manejo de la biodiversidad y el intercambio de conocimientos tradicionales que contrarresten el monopolio, la dependencia y la enajenación de semillas criollas, celebró su 2da. Feria Nacional de semillas y alimentos criollos, en la que participaron unos 260 productores.
El principal objetivo es mostrar y promover en los consumidores y representantes del Estado las variedades de semillas criollas y acriolladas y los alimentos derivados de las mismas, así como la importancia de promover su rescate a través de políticas nacionales y leyes específicas.
Según Lucía Aguirre, representante de SWISSAID, “Esta segunda feria es parte del intenso trabajo que hemos realizado desde que arrancó la Campaña ‘Semillas de Identidad’ en mayo de 2007, con el objetivo de rescatar, multiplicar y devolverle el valor a las semillas criollas y acriolladas, que han sido conservadas por las familias campesinas.
Ya hemos identificado 250 variedades entre maíz y frijoles. Un patrimonio genético sumamente importante para Nicaragua que constituye la base de la alimentación y la seguridad alimentaria del país. Se trata de un inventario vivo que día a día vamos actualizando”, dijo Aguirre.
Aproximadamente 20 mil familias nicaragüenses ya están trabajando en el rescate de las variedades criollas, y en el 80 por ciento del área cultivada con granos básicos se utilizan semillas criollas y acriolladas. En el país ya existen más de 160 “bancos de semillas”, atendiendo a 3 mil familias campesinas y garantizando las semillas para la siembra de los diferentes ciclos agrícolas.
“Hace unos años nadie hablaba de la semilla criolla como instrumento para garantizar la siembra de los productores y la seguridad alimentaria en el país –continuó la representante de SWISSAID–.
Se hizo un fuerte trabajo de sensibilización a nivel de autoridades municipales, nacionales y con ministerios clave como el de Agricultura (MAGFOR) y el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA). Al final logramos poner el tema de la semilla criolla en la agenda nacional”.
Actualmente se están implementando parcelas de multiplicación de semillas y de caracterización agronómica, para poder ofrecer a las instituciones rectoras los datos completos de las diferentes variedades de semillas y usarlas en los programas ministeriales.
La campaña “Semillas de Identidad” también ha promovido ordenanzas por las cuales los municipios se comprometen a promover las semillas criollas y prohibir la introducción de semillas transgénicas en su territorio.
“Con la campaña se sensibiliza sobre los riesgos que conlleva la introducción de semillas transgénicas, haciendo énfasis en la riqueza genética que tiene nuestro país. Nosotros ya tenemos la respuesta a las necesidades de producción y a la seguridad alimentaria, y no necesitamos importar semillas con un alto riesgo ecológico y que atentan contra al economía campesina”, explicó Aguirre.
Los bancos comunitarios de semillas criollas
Otros ejes de la campaña “Semillas de Identidad” son el desarrollo y fortalecimiento de los bancos comunitarios de semillas criollas y la aprobación de dos leyes fundamentales que van a complementar la recién aprobada Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional: la Ley de Bioseguridad y la Ley de Biodiversidad, que actualmente esperan ser introducidas al plenario para su discusión y aprobación.
“Para el rescate de la semilla criolla un tema fundamental es la conformación de bancos de semillas criollas y acriolladas –explicó a Sirel el asesor en semillas y biodiversidad del Programa de Campesino a Campesino (PCaC), Andreu Pol.
Los bancos persiguen el objetivo de que cada comunidad se autoabastezca en semillas, y por eso hemos realizado un Encuentro Nacional, en el que participaron representantes de 155 bancos comunitarios de semillas criollas, productores y técnicos de las organizaciones comprometidas con la agricultura sostenible, con el objetivo de intercambiar experiencias y mejorar el desarrollo de este instrumento”.
Según Pol, lo más interesante fue ver la diversidad de estrategias organizativas existentes.
“Aquí no se trata de imponer un modelo técnico desde arriba, sino de recoger las diversas iniciativas que, por la propia creatividad campesina, se están organizando autónomamente en los diferentes territorios, y desde esta libertad organizativa, en cuanto a los enfoques y objetivos de cada banco, lograr enriquecer las experiencias y garantizar la sustentabilidad”, explicó el asesor del PCaC.
“Hay bancos –continuó Pol– que tienen el único objetivo de abastecer a la comunidad; otros que fomentan el crédito en especies o que prestan el espacio de almacenamiento seguro, para evitar que el productor use las semillas para alimento, y otros que ya abastecen a nivel comercial a otras comunidades o municipios.
Con esta estrategia de diversificación se garantizan a los productores las semillas apropiadas, en el sentido de que ya están adaptadas a las condiciones de cada zona y pueden soportar los diferentes riesgos ambientales. De esta manera se rescata la biodiversidad y se garantiza la seguridad alimentaria a través de la estabilidad y sustentabilidad productiva”, concluyó.
Notas:
1 - SWISSAID, Grupo de Promoción de la Agricultura Ecológica (GPAE), Grupo de Interés por la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (GISSAN), Programa de Campesino a Campesino (PCaC-UNAG), Liga de Defensa de los Consumidores de Nicaragua (LIDECONIC), Alianza de Protección a la Biodiversidad (de la que forma parte la UITA)
Fuente: Rel - UITA