National Geographic, abundantes datos para un mal análisis con pésimas conclusiones
"La revista de noviembre titula en portada "BIO combustibles. Pros y contras de una nueva energía. La crisis del carbono" dedica una veintena de páginas al tema y a su relación con la energía. Maneja abundantes datos, algunos razonables, pero no así la relación que establece entre ellos y, sobre todo, las conclusiones a las que llega pues crea confusión al mezclar cifras y valoraciones contradictorias, cuando no falsas. Al final, de este modo, no se sabe en qué punto está la cuestión planteada sobre el Cambio Climático y las consecuencias que puedan derivarse de la utilización de los agrocombustibles como solución energética y mucho menos cuáles son las causas y de cómo y porqué hemos llegado a esta crisis."
Cambio climático y negocio de agrocombustibles para más hambre, menos alimentos y más neoliberalismo
" Sueños verdes. Obtener combustible de las cosechas puede ser bueno para el planeta... si antes logramos solventar algunos detalles." (N.G.)
Descripción y comentario.
La revista de noviembre titula en portada "BIO combustibles. Pros y contras de una nueva energía. La crisis del carbono" dedica una veintena de páginas al tema y a su relación con la energía. Maneja abundantes datos, algunos razonables, pero no así la relación que establece entre ellos y, sobre todo, las conclusiones a las que llega pues crea confusión al mezclar cifras y valoraciones contradictorias, cuando no falsas. Al final, de este modo, no se sabe en qué punto está la cuestión planteada sobre el Cambio Climático y las consecuencias que puedan derivarse de la utilización de los agrocombustibles como solución energética y mucho menos cuáles son las causas y de cómo y porqué hemos llegado a esta crisis.
En ningún momento se plantea realizar un análisis global de la situación medioambiental de los recursos energéticos y materias primas disponibles como si todo esto no estuviera interrelacionado y, además, como si los recursos fueran ilimitados, porque cuando analiza la producción de etanol o de diésel, por ejemplo, lo hace de forma parcial y sesgada aislándose de la realidad, no sólo de la social, sino de los medios y recursos existentes. No basta con dar unas cifras y calcular unos rendimientos olvidándose de la relación que guarda cada proceso en el marco del medio ambiente y los efectos que puede causar sobre otras variables como los costes -incluyendo los energéticos-, los medioambientales y las prioridades que también han de ser valoradas y consideradas siempre en conjunto.
Una segunda cuestión esencial es que parte de un modelo económico -que se acepta sin más- con unos consumos desorbitados que son el origen y la causa del problema y, como solución, busca cómo mantener el disparate de la escalada de consumo de energía y de materias primas con nuevas tecnologías, inventos, cultivos, etc. cuando el problema es que el ritmo capitalista sencillamente está llegando al límite de los recursos y del deterioro del Ecosistema. Las propuestas sobre la mejora en los rendimientos a penas cubren el incremento de consumo que el capitalismo requiere. Las reservas de los yacimientos disminuye porque el incremento del consumo es mayor que los descubrimientos, mientras, además, los residuos y desechos están degradando el Ecosistema con todo tipo de contaminantes lo que constituye un problema adicional no menos importante, pero que ni menciona.
Natrional Goegraphic denuncia la gravedad del Cambio Climático ocasionado por los gases de efecto invernadero al tiempo que propone nuevas fuentes de energía y da la solución de cómo conseguir reducir la emisión de gases de efecto invernadero pero manteniendo el actual nivel de consumo. Juega a cambiar carbón por gas natural, a quemar carbón de otra manera y a más biocombustibles. Nada habla de otros niveles de contaminación tan importantes o más, como pueden ser los transgénicos, ni del desastre social y humanitario derivado de toda esta política económica; la primera reflexión es que esto no importa, no es relevante.
Dióxido de carbono.
Hace quince propuestas en cuatro grupos, para reducir a la mitad las emisiones de CO2 en 50 años, plazo que indica lo complicado de la situación:
1º. Mejorar la eficacia de las centrales térmicas, calefacción y el rendimiento de los coches y reducir a la mitad los km por vehículo.
2º. En primer lugar propone capturar y enterrar el CO2 de 800 centrales de carbón o de 1.600 de gas, la segunda es obtener "combustible sintético" del carbón (¡para seguir quemando carbón!) que sustituya a "sólo" 30 Millones de barriles al día (más de un tercio del consumo mundial, nada menos) y la tercera, similar a la anterior, es obtener Hidrógeno del carbón para "sólo" 1.000 Millones de coches. Nadie sabe de dónde saldrá tanto carbón ni cómo con más carbón, con más de lo mismo, se puede resolver lo del CO2 porque al final la nueva energía inventada se obtiene quemando carbón, como hasta ahora.
3º. Sustituir 1.400 centrales de carbón por centrales de gas natural, pero sin decir de dónde sacarán tanto gas natural, que también es causa del efecto invernadero en su combustión y por las fugas ocasionadas de su manipulación. También propone la sustitución por centrales nucleares pero sin considerar que sólo hay reservas útiles de Uranio para unas décadas, además de los graves problemas aún sin resolver, como es el almacenamiento de los residuos.
4º. Propone incrementar la producción de energía con placas solares, la eólica y también aumentar 50 veces la producción de etanol como biocombustible añadiendo sin más comentario y sin ningún rubor, que para ello habría que destinar cerca de la sexta parte de los suelos cultivables del mundo, así de fácil (y de tremendo).
El Cambio Climático es la consecuencia del modelo capitalista.
En el conjunto de las estrategias propuestas en ningún momento se interroga por el origen de la actual situación, como si el tema del Cambio Climático fuera un hecho aislado y no la consecuencia de un consumo desmesurado de energía, así como de la ruina y miseria que padece la mayoría de la humanidad sobre la que se asienta y de la que vive el modelo capitalista. Se habla de confinar miles de millones de toneladas de CO2 en las entrañas de la Tierra, pero seguramente se trata de un secreto porque nadie sabe ni cómo ni dónde ni con qué milagro tecnológico se puede hacer.
La cuestión fundamental es que los Gases de Efecto Invernadero y el Cambio Climático no son el problema, sino que solamente son la consecuencia del consumo creciente de energía (y de materias primas) que requiere el modelo capitalista, pero además, olvida cuatro cuestiones fundamentales como son que la energía es un recurso limitado pues los yacimientos se agotan, que la energía renovable también está limitada a la que recibimos del sol, que es mucha, pero no tanta como el modelo económico exige. En tercer lugar que la enorme presión sobre el consumo tiene otros efectos sobre el medio ambiente en el que vivimos, como son los residuos que la Naturaleza no puede absorber y que provoca la degradación del Ecosistema o como puede ser la contaminación del agua y suelo, que en cualquier caso, alteran las condiciones de vida dañando la flora y fauna de la que nos alimentamos. Y, por último, el alto nivel de explotación de los recursos ha provocado y continúa provocando el exterminio de pueblos enteros. Sobre estos cimientos se ha montado, y sigue, el capitalismo. Desde luego está en juego algo más que un problema de Ecología, de Cambio Climático y de Agrocombustibles, es el modelo capitalista lo que se ha de cuestionar.
Es fácil seguir el discurso tendencioso de National Geographic, porque de su planteamiento se deriva que se puede continuar con el mismo modelo capitalista y el mismo nivel de consumo, pero, eso sí, mejorando rendimientos, investigando y aplicando nuevas tecnologías y, por supuesto, contando con las mismas fuentes de materias primas obtenidas y mantenidas con guerras de rapiña y ocupaciones interminables, que es lo que hay y no otra cosa, pero que la revista ni menciona. A lo de "sangre por petróleo" habría que añadir además "hambre por biocombustibles", sin duda, aunque éstos nunca podrán resolver el problema energético.
El mensaje de lo Verde oculta la seguridad alimentaria y el deterioro medioambiental.
Sobre los biocombustibles la revista juega con todo tipo datos y consideraciones pero con un lenguaje del que se deriva un "mensaje" al que hay que prestar una especial y cuidadosa atención. En la portada se anuncia "La crisis del carbono", refiriéndose al dióxido de carbono, cuando no es este el que está en crisis, sino el sistema económico que lo produce como ya se apuntaba más arriba. Pero, el mensaje se agudiza mucho más aún, pues en la portada, en mitad de una gran flor de girasol de amarillo intenso, aparece con grueso titular: "BIO Combustibles", y continúa "Pros y contras de una nueva energía". Ya en el interior a dos páginas en medio de un campo de caña de azúcar sigue: "Sueños verdes. Obtener combustibles de las cosechas puede ser bueno para el planeta... si antes logramos solventar algunos detalles" y continúa "La fiebre de los biocombustibles.... Ahora se está extendiendo a todo el mundo."
El mensaje de lo Verde y de lo Natural enviado ya está dado. De nada sirve que perdido a lo largo del artículo se diga que aunque EEUU destinara toda la producción de maíz y de soja a obtener biocombustible sólo podría sustituir el 12% de la gasolina y el 6% de diésel. Esto está bien, si no fuera porque unas lineas más abajo da la gran "solución": el problema está en hallar el modo de obtener combustible a partir de materia vegetal no comestible, de los tallos de maíz, árboles e incluso algas, y continúa, todo esto con una mejora en los rendimientos podría eliminar la necesidad de gasolina para el año 2050. Más adelante añade que para no dañar la seguridad alimentaria que ahora provoca 25.000 muertes de hambre cada día, en su mayoría niños menores de cincos años, no se utilizarán semillas o granos comestibles para la obtención de los biocombustibles, por lo que propone obtener éstos a partir de cultivos que no sean fuente de alimentación tradicional como son los subproductos vegetales que se desechan, aunque para ello dice que se han de mejorar los procedimientos para obtener un rendimiento óptimo de la biomasa desechada de la que se puede obtener etanol y diésel sin poner en peligro la seguridad alimentaria -como si ahora la hubiera- y, añade, el potencial es enorme si se aprovechara convenientemente la celulosa de las plantas como la del maíz y las gramíneas, pues podrían producir tanto etanol como la caña de azúcar.
Un planteamiento distinto al de National Geographic.
Comete demasiados errores de bulto para ir de uno en uno, por ello, es mejor ir al fondo de la cuestión y aclarar conceptos esenciales que no sólo omite sino de los que saca conclusiones a sus espaldas. Por esta razón son necesarias algunas consideraciones:
1. La superficie cultivable en la Tierra es de 1.530 Millones de hectáreas(Mha), 0,24 ha/habitante. La agricultura, desde mediados del pasado siglo, está basada en el consumo masivo de energía fósil en todos sus procesos como para el arado, siembra, recolección, riego, fertilizantes, pesticidas, transporte, conservación, etc, pues no hay un sólo proceso relacionado con este modelo agrícola donde no sea necesaria la utilización intensiva de energía. Es difícil imaginar de dónde puede salir los Agrocombustibles sin un aporte previo de combustible y sin las subvenciones que actualmente disfrutan.
2. Es irrisorio decir que se va a obtener combustibles a partir de cultivos de vegetales no comestibles. Hay dos limitaciones esenciales que National Geographic elude, la primera es que la superficie cultivable es la que es, limitada, y si se siembra un vegetal es en detrimento de otro y, la segunda, que los productos de cada cosecha son a costa de los nutrientes que la tierra tiene ¿Con qué abonar la cosecha siguiente si arrasamos todo lo obtenido en la anterior? Los tallos y lo que considera que son deshechos (porque no son comestibles) no lo son para la tierra de dónde han salido, lo que implicará reponerlos de nuevo con más abonos, que salen principalmente del petróleo.
3. El modelo agrícola de cultivo intensivo y extensivo conduce a rendimientos decrecientes, por la sencilla razón de que agota los nutrientes y contamina la tierra de cultivo con pesticidas y resto de abonos. Puede decirse que estas tierras tienen memoria y van acumulando los déficits del régimen de la explotación intensiva, mientras nutrientes y pesticidas aportan residuos no deseados; esta presión a la que se someten los campos de cultivo provoca desequilibrios que van en detrimento del rendimiento y del Ecosistema.
4. Los combustibles, materias primas y los productos agrícolas parece que son importados de un Mercado apacible, en calma, cuando precisamente unos y otros provienen -como consecuencia- de una política belicista y de una política económica no menos criminal que obedece las órdenes de un Mercado dominado por transnacionales promotoras de las actuales guerras y ocupación militar que están provocando verdaderos genocidios. Pero, de todo esto ni una sola línea.
5. El actual modelo agrícola es insostenible desde el punto de vista energético, es decir, es necesario aportar más energía a los cultivos que la que éstos nos devuelven. En EEUU cerca de un 20% del petróleo es consumido en los procesos agrícolas, sin contar otros consumos como el trasporte, almacenamiento, elaboración, envasado y otras actividades también relacionados.
La realidad de la agricultura no son los agrocombustibles.
Según datos de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas) en el año 2006 la producción de cereales (maíz, trigo, arroz, etc.) fue de 1.995 Mt (Millones de toneladas), de las que el 48% fueron para la alimentación humana, el 29% para usos industriales y el 23% para alimentación animal. La producción de semillas oleaginosas (soja, colza, girasol, etc.) fue de 390 Mt. Sumando cereales y oleaginosas tenemos un total 2.385 Mt.
Por otro lado, según datos de 2006 de la Agencia Internacional de la Energía, el consumo primario de energía fue de 11.500 Mtpe (Millones toneladas petróleo equivalente), 33% para el petróleo, 21% para el gas natural, 26% para el carbón y a penas el 1% para la solar y eólica. El 19% restante para la hidráulica, nuclear y otras.
En contra de la opinión de los expertos que consideran que el actual modelo agrícola tiene rendimientos negativos (D. Pimentel, Giampietro, A. Pfeiffer, N. Church) supongamos que pudiéramos obtener un rendimiento del 20% de las 2.385 Mt de cereales y oleaginosas, ello supondría tan sólo 477 Mt de etanol o diésel, que respecto al consumo total de energía cubriría tan sólo el 4% de la demanda, pero sin destinar ni un sólo grano ni a la alimentación humana o animal, tampoco a la industria y sin poder sembrar ningún otro producto.
Hagamos un segundo ejercicio esclarecedor. Dice la FAO que la producción media mundial de maíz es de 4,7 t/ha (toneladas por cada hectárea) y la de trigo 2,8 t/ha. Conviene recordar que los rendimientos dependen del riego, abonos y otros cuidados que implican siempre un gasto energético y de recursos. El ejemplo es muy sencillo:
Sembremos de maíz las 1.530 Mha que dice la FAO hay de superficie para cultivo en toda la Tierra y obtendremos una cosecha de 7.191 Mt de maíz (1.530 Mha x 4,7 t/ha) que comparadas con las 11.500 Mtpe sólo representan el 63%. Precisando más aún, de las 11.500 Mtpe podemos sacar el 80% de combustible, es decir, 9.200 Mtpe, mientras que de las 7.191 Mt de maíz, con un rendimiento del 20% en la obtención de etanol sólo obtendríamos 1.438 Mt, que respecto a las 9.200 Mtpe equivaldría a sólo el 15,6% de la energía que ahora consumimos aún a pesar de haber destinado toda la superficie cultivable de la Tierra a producir maíz para obtener sólo bioetanol y sin poder destinar ni una sola hectárea de cultivo para la alimentación. El mismo ejercicio, pero sembrando trigo en vez de maíz, el rendimiento sería sólo del 9,3%.
A las cifras anteriores aún habría que añadir que el rendimiento del bioetanol es más de un 30% menor que el de la gasolina, es decir, pasaríamos del 15,6% del maíz o del 9,3% del trigo al 10,9% y al 6, 5% respectivamente.
Si los cálculos anteriores se hacen con semillas oleaginosas para obtener biodiésel los resultados son peores pues el rendimiento por hectárea de estas semillas es aún menor.
La situación alimentaria, energética y medioambiental.
¿Cómo es posible todo esto? La respuesta es muy sencilla, el 80% de la energía que ahora consumimos proviene de la energía fósil (petróleo, gas y carbón) originada por la fotosíntesis durante millones de años pero que ahora quemaremos en poco más de un siglo. Y, fueron necesarios tantos millones de años para acumular esta energía fósil porque la fotosíntesis a penas aprovecha el 0,4% de la energía solar que recibe, pero ahora, olvidando todo esto y a espaldas de la fotosíntesis pretenden diseñar un nuevo modelo agrícola como fuente de cuantiosos recursos energéticos. No parece que los Agrocombustibles sean la solución.
¿Por qué todo esto? También la respuesta es fácil, porque el modelo capitalista de producción sólo tiene un objetivo "el beneficio" y en esto no tiene límites, es decir, cuanto más y más mejor, es insaciable, y no importan los medios ni las consecuencias, los dividendos son los que cuentan y lo que se exige obstinadamente es una escalada de lo cuantitativo (crecimiento del PIB sin límites) sin ninguna responsabilidad en los efectos y el daño que cause al medio ambiente y al agotamiento de todo tipo de recursos, no sólo energéticos, sino también de materias primas además de destruir el Ecosistema en el que habitamos y del que vivimos. El capitalismo no sólo es incompatible con la democracia, lo es también con el Ecosistema y hasta con el sentido común.
El estado actual de crisis -de situación insostenible- no es discutible, opinable, los rendimientos dados para el maíz y el trigo, a modo de ejemplo, aunque por brevedad y sencillez no sean exactos son, en cambio, más que elocuentes e incuestionables. La versión sesgada que nos proporciona National Geographic se corresponde exactamente con la visión y con los intereses del capitalismo que con tanta estética defiende en tan lujosa edición y con tan poca ética en su contenido.
Miguel Ángel Llana
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Fuente: Rebelión, 19-11-2007