Mujeres que nos alimentan
De la madre Tierra brotan los alimentos. De nuestra madre recibimos los primeros alimentos. Y en el mundo de hoy, donde la pobreza y marginación golpean especialmente a las mujeres, siguen siendo sus manos y corazones los que alimentan al mundo
Buscando los costes más bajos y su mayor habilidad para algunas tareas, el papel de las mujeres de los países empobrecidos está aumentando en la agricultura industrializada de exportación. Aunque ellas no disfrutan de los enormes ingresos que genera tanto trasiego de alimentos. Tomasa, de rostro quemado por el sol peruano, arranca espárragos durante 10 horas al día. Mabel, antes de que la despidieran al saber de su embarazo, empaquetaba salmón chileno. Millones de mujeres como ellas, agrupadas en la internacional Vía Campesina, exigen soberanía alimentaria. Es decir, el derecho de los pueblos y familias rurales a definir su modelo de producción de alimentos. Y ellas han elegido defender una agricultura campesina, ecológica, diversificada y local, que garantice la alimentación sana de sus familias y una justa distribución de las riquezas producidas.
Históricamente las mujeres nos han enseñado el valor del ahorro y el respeto a la naturaleza. Una cosa es administrar los recursos que la tierra brinda cuando la trabajamos y otra muy distinta --explica Natalia, delegada mapuche-- es el afán de poder, lucro económico y consumismo compulsivo que violentan los frutos de nuestra Madre Tierra. Pareceres que viniendo de las "guardianas de la alimentación" deberíamos tener en cuenta.
Gustavo Duch
Director de Veterinarios sin Fronteras
Fuente: El Periódico de Catalunya