Modelo para desarmar. El saqueo de las multinacionales
Las corporaciones multinacionales llegan en busca de tierra y agua. Las forestales se instalan y los productores cercanos comienzan a tener graves problemas: falta de agua y contaminación por agrotóxicos. Este modelo se consolidó durante las dictaduras militares y también en Argentina está penetrando con fuerza. Las condiciones de trabajo en las plantaciones son de semiesclavitud
El problema más grave no son las fábricas de celulosa, sino la consolidación del modelo forestal que las alimenta. María Selva Ortiz de REDES-Amigos de la Tierra, habla de todo esto y nos cuenta cómo están resistiendo en Uruguay el avance del modelo forestal.
¿A qué vienen Botnia, Ence, Stora Enso, al Uruguay? ¿Solo ahí tienen interés, o a la Argentina, Brasil y Uruguay les tocará el mismo "papel"?
MS: Estas multinacionales llegan a nuestros países en busca de dos de nuestros recursos naturales: la tierra y el agua. En nuestros ecosistemas de pradera, con mucha AGUA y tierras fértiles, sus plantaciones de pinos o eucaliptos crecen muy rápido y con los requerimientos de agua resueltos; al mismo tiempo, y en pocos años de que las forestales se instalan, los productores cercanos comienzan a tener graves problemas: falta de agua, contaminación por agrotóxicos, entre otros.
A su vez y producto de una política del Banco Mundial de impulsar la forestación en nuestros países, estas forestadoras se ven beneficiadas por subsidios, exoneraciones impositivas, créditos blandos, productos de las leyes de impulso de la forestación que se han aprobado en nuestros países. Este no es sólo un problema de Uruguay, sino también de Brasil y Chile en donde este modelo se consolidó durante las dictaduras militares, y también en Argentina donde está penetrando con fuerza; actualmente se está aprobando una ley de ampliación de los subsidios y exoneraciones impositivas al sector, al igual que en el resto de los países del Cono Sur de América Latina.
¿Crees qué es un conflicto "bilateral", de desacuerdos entre naciones ó es que hay un modelo de "desarrollo" que hace tiempo se quiere instalar en la región?
MS: Este es un modelo de desarrollo que hace muchos años se ha instalado en los países del tercer mundo y que la izquierda ha denunciado históricamente. Estas multinacionales forestales vienen a Uruguay bajo la lógica de economía de enclave, un representante del Poder Ejecutivo hace algún tiempo nos dijo y declaró a la prensa "yo no quiero que Uruguay se convierta en un enclave celulósico", sin embargo cada vez se está consolidando más esta realidad. Vienen a nuestro país compran tierras muy baratas, tienen pocos trabajadores y muy mal pagos -existen cientos de denuncias de condiciones de trabajo de semiesclavitud en sus plantaciones-, no pagan impuestos y luego instalan sus fábricas en puertos francos y zonas francas, con todas las garantías producto de Acuerdos de Inversión firmados con los gobiernos de origen. No hay ninguna diferencia con las repúblicas bananeras de Centro América que se denunciaban en los años '60 -las multinacionales como la United Fruit-, sino peor porque ya conocemos las consecuencias políticas, sociales, económicas y ambientales de este tipo industrias extractivas.
¿El tema de la forestación, es un tema nuevo en el Uruguay o hace tiempo que vienen batallando contra él?
MS: Nosotros como REDES-AT Uruguay desde principios de los '90 comenzamos, junto con otras organizaciones y facultades de la Universidad de la República, a investigar y denunciar los impactos que podría traer este modelo para Uruguay, un modelo que se había comenzado a impulsar con la Ley Forestal aprobada durante el primer gobierno democrático en 1987. Lamentablemente todos los impactos que pronosticábamos se cumplieron y aún más. Esta campaña ha sido ininterrumpida durante todos estos años. Nosotros siempre decimos que el problema más grave no son las fábricas de celulosa, sino la consolidación del modelo forestal que las alimenta y los peores impactos están en la sustitución de ecosistemas de praderas por monocultivos de árboles con todas las consecuencias vinculadas: la expulsión de productores y trabajadores rurales, el agotamiento de los recursos, la pérdida de soberanía, y lo que es más importante, se está poniendo en riesgo la soberanía y la seguridad alimentaria.
Estamos destinando las mejores tierras del planeta para producir alimentos, para satisfacer las necesidades de papel de la sociedad de consumo de los países desarrollados. Un solo dato basta para ejemplificar lo que señalamos: el consumo de papel de Finlandia es de 400 kilos per cápita por año mientras que el de Uruguay 40 kilos per cápita.
¿Qué caminos parecen posibles para acercar a las comunidades, organizaciones y pueblos a debatir soluciones conjuntas y profundizar el debate sobre los modelos impuestos a nuestras sociedades? ¿Qué rol puede tener una organización como AT en esto?
MS: Este es el desafío más importante que tenemos actualmente como organizaciones, junto a nuestras sociedades: cuál es el modelo productivo que queremos para nuestras sociedades y cuáles los que se están instalando y a qué intereses responden. Al mismo tiempo, qué fuerza tenemos como sociedades para revertir estos procesos.
Hoy por ejemplo en Uruguay se nos está haciendo muy difícil este debate. El conflicto binacional instalado ha creado un bloque de apoyo a las plantas de celulosa por parte de la opinión pública; al revés de lo que se podría haber previsto las empresas como Botnia y Ence fueron quienes en definitiva salieron más fortalecidas con el conflicto a nivel de Uruguay y esto debido al manejo que ha realizado el gobierno y los medios de comunicación.
Lo importante que fue toda la actuación de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú para poner el tema en el debate, hoy a nivel nacional está provocando lo inverso, la población lo siente como una agresión al país, a los habitantes del Uruguay, y eso ha despertado un nacionalismo muy peligroso. El instalar un debate cuestionando el modelo forestal y celulósico en este momento esta siendo muy difícil, cada vez tenemos menos acceso a los medios de comunicación y más dificultad de convocatoria a las actividades para difundir o debatir sobre el tema. Nuestro papel es seguir buscando los espacios para lograr este debate, de cara a la construcción de sociedades sustentables.
Contacto:
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Fuente: Amigos de la Tierra - Argentina