México: piden científicos a gobiernos entrante y saliente detener siembra de transgénicos
Ante la probable aprobación de siembra a gran escala de maíz transgénico en el norte del país, la UCCS presentó una declaración –apoyada por científicos nacionales y extranjeros– para alertar sobre la amenaza que ello representa para la salud humana y la biodiversidad, así como de dependencia tecnológica y económica de los grandes monopolios que comercializan las semillas genéticamente modificadas.
En el documento se exige tanto a la administración por concluir como a la entrante detener el procesamiento de cualquier solicitud de siembra a campo abierto de maíz transgénico, cancelar todos los permisos a nivel experimental o piloto, comenzar una revisión inmediata de los aspectos sociales y ambientales que se verían impactados con base en criterios rigurosos y en la participación pública mediante un proceso consultivo transparente y evaluar las políticas públicas que llevan a la siembra de maíz genéticamente modificado.
En suma, se pide al Estado que asuma una postura precautoria en beneficio de la población mexicana y la seguridad alimentaria mundial.
La declaración se da a conocer en el contexto del recién concluido periodo de consulta pública en torno a las solicitudes de siembra comercial de maíz transgénico en Sinaloa y Tamaulipas promovidas por Monsanto y Pioneer, entre otras empresas.
Dicho proceso de consulta se dio “sin haber hecho públicos para evaluación, tanto científica como de los sectores afectados (campesinos, agricultores, consumidores), los resultados obtenidos a partir de las siembras ‘experimentales’ y ‘piloto’ realizadas previamente, por lo que carecen tanto de fundamento científico como de aval social”.
En conferencia de prensa, expertos advirtieron sobre el riesgo que representa la siembra comercial para las variedades nativas de maíz.
Una vez que se siembre maíz transgénico será imposible evitar el flujo de transgenes hacia las variedades nativas y se acumularán las secuencias patentadas en el maíz mexicano, lo que detonará la pérdida de soberanía tecnológica y la dependencia hacia los monopolios, explicó Antonio Turrent, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).
Aseguró que el país cuenta con el potencial de duplicar la producción actual sin recurrir al uso de transgénicos, pues con un manejo adecuado del agua en el sureste del país y del suelo en la planicie costera del Golfo, la siembra bajo riego de 3 millones de hectáreas en el ciclo otoño-invierno podría producir en total 60 millones de toneladas, casi el doble de lo que consumimos en la actualidad (33 millones).
Sobre los efectos en la salud humana, Alma Piñeyro refirió que hay evidencia científica contundente de que comer maíz transgénico, que es resistente a herbicidas y tiene residuos de éste, puede generar malformaciones de niños en gestación. También hay correlación con el aumento de ciertos cánceres, involucrados con los órganos que filtran las toxinas, como el páncreas, el hígado y el riñón.
El documento ha sido suscrito por 350 firmas de especialistas de 22 países –esperan recabar más– y será presentado a los tres poderes de gobierno.
Fuente: La Jornada