México: mercantilización de la naturaleza

"Con el respaldo del estado de Quintana Roo, la CNANP ha puesto en marcha una serie de políticas que, bajo el discurso de la conservación, restringen a los pobladores locales el aprovechamiento del arrecife mientras que empresas trasnacionales obtienen sin problema más de una concesión."

Puerto Morelos es un pueblo costero localizado en el municipio de Benito Juárez, en Quintana Roo; limita al norte con la ciudad de Cancún y al sur con Playa del Carmen. Su población se conforma por un grupo minoritario de pescadores y en mayor proporción por migrantes de diferentes partes del país y del extranjero, situación que impide una identidad arraigada, y sus recursos naturales –entre los que destacan selva, manglar y un arrecife que forma parte de la segunda barrera coralina más grande del mundo– han quedado a merced de intereses gubernamentales y privados.

La historia de Puerto Morelos da evidencia de tal afirmación. Su economía se ha transformado con base en las tendencias y políticas nacionales e internacionales, sin importar las capacidades ni necesidades de la población. Desde su fundación, a principios del siglo XX, ha transitado por distintas formas de mercantilización de la naturaleza: primero, la extracción de chicle, mediante concesiones en la selva; posteriormente, la pesca comercial, principalmente de langosta y caracol, y hoy día el turismo, con el cual los recursos naturales continúan siendo el atractivo más importante para los grandes capitales.

Hoy la venta de tierra, y sobre todo la explotación turística del arrecife, se han convertido en el punto central para la inserción de este poblado en el mercado internacional.

El 2 de febrero de 1998 se publicó el decreto mediante el cual este recurso se convirtió en Área Natural Protegida (ANP) en la categoría de Parque Nacional, tras las peticiones de los puerto morelenses, pero no incluyó el manglar a pesar de la importante asociación de los ecosistemas. Así, lo que surgió como una movilización comunitaria para proteger el recurso de la invasión de prestadores de servicios turísticos ajenos a la población se institucionalizó a favor de intereses privados.

Con el respaldo y las subvención del estado de Quintana Roo, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CNANP) ha puesto en marcha una serie de políticas que, bajo el discurso de la conservación, restringen a los pobladores locales el aprovechamiento del arrecife por no cumplir con los requerimientos que estipula, mientras que empresas trasnacionales como El Cid, Moon Palace, Secrets Excelents y Paradisus Riviera Cancun obtienen sin problema más de una concesión, y ello, además de causar graves afectaciones sobre el recurso, está debilitando la economía local, misma que se ve incapaz de competir en condiciones tan desiguales.

La mercantilización de la naturaleza continúa, y aún más: dada la ubicación estratégica de este poblado para el comercio, en el gobierno de Félix González Cantó se anunció la creación de un complejo denominado Dragón Mart que albergará empresas chinas enfocadas en la venta de material de construcción, artículos electrónicos y electrodomésticos, al igual que partes automotrices.

Y por haberse excluido al manglar del ANP, se desecarán y rellenarán cerca de 300 hectáreas de éste para construir allí bodegas, y también será necesario dragar arena para permitir la entrada de barcos de gran calado, lo cual afectará tanto el ecosistema natural como a la vida social, debido a que se prevé la llegada de alrededor de dos mil 500 trabajadores chinos que requerirán de todos los servicios públicos.

Este proyecto, cabe decir, afectará a todo el país, por el golpe a las manufactureras nacionales que implicaría la entrada de todo tipo de mercancías de bajo costo.

Protegido por las políticas gubernamentales, el capital turístico ha encontrado en este poblado todas las condiciones para mercantilizar los recursos naturales como una nueva forma de acumulación de capital. Aunado a esto, la división, la exclusión y la compleja configuración social que ha traído consigo el turismo, han acotado las posibilidades para que la población establezca estrategias de resistencia y sea quien decida el rumbo de su desarrollo.

Fuente: La Jornada del Campo

Temas: Privatización de la naturaleza y la vida

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