México: advierten que peligra el maíz nativo ante la posible liberación del transgénico
El maíz mexicano en todas sus variedades está amenazado por la posible liberación del grano transgénico, el cual no sólo contaminaría el insustituible acervo genético del país, sino que tendría consecuencias nefastas en la salud de la población y en la economía agrícola nacional.
Por Patricia Muñoz Ríos
La doctora en genética molecular, investigadora y catedrática Elena Álvarez-Buylla planteó lo anterior durante la presentación del libro El maíz en peligro ante los transgénicos. Un análisis integral sobre el caso de México.
El texto, coordinado por Álvarez-Buylla y Alma Piñeyro, doctora en ciencias biomédicas e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, contiene participaciones sobre el tema del maíz del ex rector José Sarukhán, Ángel Kato, Rafael Ortega Paczka, Eckart Boege, Ana Wegier, José Antonio Serratos y Alejandro Polanco, entre otros especialistas.
En el acto, que se realizó en el Centro Universitario Cultural, Álvarez-Buylla alertó que cuidar la riqueza genética del maíz es asunto de seguridad nacional. Esto porque se podría contaminar la producción nacional con el maíz que exporta Estados Unidos a México.
La investigadora señaló que el maíz transgénico puede tener consecuencias económicas negativas, efectos en la salud y en la diversidad de cultivos. Dijo que aún no están analizadas las consecuencias en salud, ya que los estudios que han financiado las corporaciones indican que este tipo de productos son inocuos, pero el tema no se ha desarrollado con rigor.
Incluso, se podría salir de las manos la proliferación de transgénes de sustancias no comestibles; en contraparte, tampoco están demostrados los supuestos beneficios que propagan quienes defienden este tipo de producción, ya que hasta el momento no se han documentado los supuestos ahorros en la producción del alimento, planteó.
Dijo que es fundamental que en el país se considere que proteger al maíz mexicano es un bien común y que es primordial defender la soberanía alimentaria y la biodiversidad, y que estas condiciones están por encima de los intereses económicos de las empresas.
Fuente: La Jornada