México: ‘Mano negra’ en la Semarnat a favor de los transgénicos
Los funcionarios de la Secretaría que firmaron los permisos de siembra de soya y maíz genéticamente modificados, Alfonso Flores, actual director de la DGIRA, y Mauricio Limón, ex subsecretario de gestión para la protección ambiental, fueron denunciados por Greenpeace ante el Órgano Interno de Control de la Semarnat, por dejar sin efecto las opiniones de los expertos, imputación que no ha sido resuelta a la fecha.
Al titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Elvira Quesada, le urge dejar, literalmente, el campo libre a los transgénicos. Como sus días están contados, antes de dejar su cargo en la dependencia ha esgrimido una estrategia maquiavélica: ha modificado el reglamento interno de la Semarnat con el fin de evitar que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) acate las opiniones técnicas respecto al riesgo que plantean los cultivos genéticamente modificados para la conservación de semillas mexicanas y para el medio ambiente.
Con esa modificación al reglamento que rige a la Semarnat, las recomendaciones en contra de la siembra de semillas transgénicas emitidas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), del Instituto Nacional de Ecología (INE) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) serían simplemente pasadas por alto.
Es decir, Elvira Quesada elimina los candados legales que protegían al maíz mexicano para dar entrada a semillas transgénicas de transnacionales como Monsanto, Pioneer, Syngenta, Dow Agrosciences y Bayer.
La Secretaría de Medio Ambiente consideró eliminar la palabra vinculante, que daba carácter de obligatoriedad al análisis y evaluación de riesgo de los cultivos transgénicos por parte de los expertos de instituciones públicas de nuestro país; en lugar de considerar y respetar sus recomendaciones y, en consecuencia, negar los permisos de siembra.
Lo demás, es lo de menos para Quesada. Es decir: la conservación de la pureza genética del maíz nativo, la soberanía alimentaria del país y el principio precautorio respecto al impacto de los transgénicos en la salud humana y el medio ambiente, una vez que han sido liberados, son argumentos que están fuera de los intereses de una dependencia que debería protegerlos.
Los funcionarios de la Secretaría que firmaron los permisos de siembra de soya y maíz genéticamente modificados, Alfonso Flores, actual director de la DGIRA, y Mauricio Limón, ex subsecretario de gestión para la protección ambiental, fueron denunciados por Greenpeace ante el Órgano Interno de Control de la Semarnat, por dejar sin efecto las opiniones de los expertos, imputación que no ha sido resuelta a la fecha.
La organización ambientalista, a través del sistema INFOMEX, ha documentado las opiniones técnicas del INE, de la Conabio y de la Conanp, emitidas en sentido negativo a las siembras de maíz y soya transgénica y, a pesar de ello, la Secretaría de Medio Ambiente ha dado su aval a través de un dictamen vinculante que ha favorecido la entrega de los permisos a las empresas solicitantes.
Los funcionarios de la Administración de Felipe Calderón han violado y modificado reglamentos y leyes, a modo de allanar el camino de las empresas de transgénicos en nuestro país. En lugar de dar cumplimiento cabal a la legislación ambiental han optado por modificarla y violarla sistemáticamente, lo cual demuestra que estos funcionarios públicos sirven a las transnacionales en menoscabo del medio ambiente, de los campesinos y de los consumidores mexicanos.
Greenpeace demanda la prohibición absoluta de siembras de semillas transgénicas y el impulso a la producción del campo con base en semillas nacionales. No deben pasarse por alto las opiniones técnicas de los organismos nacionales especializados, mucho menos aún, cuando incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Oliver De Schutter, ha alertado sobre las consecuencias negativas e irreversibles para la pureza genética del maíz mexicano al permitir la siembra de maíz transgénico en México.