México: En Campeche dicen ¡NO a los transgénicos!

En el marco del Día Nacional del Maíz, ciudadanos campechanos protestaron contra la pretensión del gobierno federal de autorizar la siembra de organismos genéticamente modificados, en la Alameda “Francisco de Paula Toro”, cercana al mercado “Pedro Sáinz de Baranda”, y demandaron que se frene la devastación de la selva en el municipio de Holpechén.

Los activistas salieron a la calle a protestar este 29 de septiembre, en contra de los transgénicos y manifestaron que es necesario rescatar la semilla criolla, el maíz de nuestros ancestros, pues el Estado fomenta el cultivo de híbrido, que crean una dependencia de los campesinos al consumo, además de que los condena a depender de la venta de la producción, beneficiando a los más poderosos.

En la manifestación, se explicó las diferencias entre los cultivos de maíz, por principio, hay una gran variedad de especies de maíz en la Península de Yucatán, sin embargo, la gran mayoría se ha perdido, ya no se cultiva y es que le han hecho creer al campesino que hay una mejor producción de la semilla híbrida, además de que les dejara más recursos económicos.

“La diferencia no solo radica en las modificaciones genéticas que se le hace a estas semillas, sino en que justamente se crea una dependencia del campesino, puesto que pasados unos meses, después de cosechar el maíz, el grano de los híbridos se pica, se pone negro y no sirve para re cultivar, mientras la semilla criolla dura hasta tres años almacenada, pudiendo ser sembrada en cualquier momento”, se indicó.

El día fue pretexto preciso para protestar en contra de los transgénicos, específicamente pidiendo la salida del país de los productos de Monsanto, empresa con la que hay litigios por diversos cultivos en el país, pero en específico, hay una lucha legal de las organizaciones civiles y ambientales en contra de esta empresa internacional.

Los manifestantes explicaron a peatones y conductores acerca de los experimentos científicos que se han hecho con transgénicos en animales y las consecuencias severas de repercusión a la salud, y del incremento en los índices de cáncer por el consumo de estos alimentos, por lo que también plantearon la necesidad de que los alimentos sean etiquetados, para conocer en qué grado de toxicidad se encuentran y sea el ciudadano el que decida su consumo.

Fuente y fotos: Página @bierta