México: Atentados, muerte y cárcel enfrenta una familia por defender un bosque
Para la familia de Ildefonso Zamora, la defensa del territorio y del bosque en el estado de México ha significado ser víctimas de hostigamientos, amenazas, muerte y prisión, señalan Misael y Rosario Zamora, hijos del líder indígena tlahuica, quien desde noviembre pasado se encuentra recluido por un delito fabricado.
Con un juicio de amparo a su favor, donde un juez federal califica de inverosímiles las acusaciones de robo agravado y ordena su no vinculación con el proceso, el caso de Ildefonso Zamora todavía está en manos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y de sus acusadores, quienes disponen hasta el próximo viernes para apelar de la resolución judicial, situación que prolongaría su prisión arbitraria, al menos, por otros tres meses.
Desde hace casi 20 años, Ildefonso Zamora –declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional (AI)–, ha denunciado las actividades de talamontes, que en su comunidad pretenden arrasar las más de 10 mil hectáreas de bosque que tiene San Juan Atzingo, municipio de Ocuilán.
En todo este tiempo no han cesado las amenazas y agresiones contra él y su familia. La más grave y dolorosa de todas: el asesinato de Aldo, otro de sus hijos, ocurrido el 15 de mayo de 2007, cuando un grupo de cuatro talamontes, con armas de alto poder, emboscaron a varios miembros de su familia sobre la carretera que va de Santa Lucía a San Juan Atzingo.
Aldo, de apenas 21 años en ese entonces, fue asesinado, mientras que Misael fue herido gravemente en el pulmón, pero sobrevivió.
En 2006, en un operativo policiaco pretendieron sembrarle armas a Ildefonso Zamora; en 2009 se registró otro atentado, éste sin consecuencias lamentables; en abril de 2010 hubo un intento de detención por militares, el cual fue frustrado por la participación oportuna de toda la comunidad, y en diciembre de ese mismo año fueron calcinadas dos camionetas utilizadas para acciones de vigilancia.
Además, en abril de 2015, sin orden judicial, su hijo Misael fue detenido arbitrariamente por militares y agentes de la policía estatal, acusado de tala ilícita.
El dirigente indígena y pobladores impidieron la detención. Ahora, ambos están acusados también por resistencia a la autoridad y evasión de reos. Hay órdenes de aprehensión en su contra.
En entrevista en el Centro Pro de Derechos Humanos, instancia que junto con Greenpeace lleva el caso, los hermanos Misael y Rosario Zamora narran la historia de su padre, férreo defensor del bosque, y la forma en que los gobiernos estatales sucesivos de Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y ahora Eruviel Ávila, con su acción u omisión, han alentado la tala clandestina y la criminalización de quienes se oponen.
Nadie podría sacar de ahí, a la vista de todos, esa cantidad de madera que talan ilegalmente, si no es con la complicidad de las autoridades, asegura Misael Zamora.
Para identificar la dimensión de la devastación, señala que en su comunidad pueden ser arrasados diariamente entre 60 y 80 árboles, cuya vida es de entre 40 y 80 años. Hoy ha desaparecido más de 30 por ciento del Gran Bosque del Agua, que equivale a más de la mitad del abasto que consume el estado de Morelos. Esta es una de las 15 regiones críticas identificadas por la tala ilegal en el país.
Con siete meses en reclusión en el penal de Tenancingo, Ildefonso Zamora, quien en el momento de su detención era regidor de Medio Ambiente en Ocuilán, enfrenta problemas de salud, ante diversos padecimientos y falta de atención médica.
Para Daniela Aguirre, abogada del Centro Pro, el proceso judicial en contra de Ildefonso Zamora está plagado de irregularidades. Un ejemplo: la hora y el día en que se le acusa de haber cometido el robo, estaba en Toluca, recogiendo documentos en un Notario Público.
- Foto por Carlos Ramos Mamahua.
Fuente: La Jornada