México: Alertan que transgénicos autorizados son tolerantes a componente de agente naranja
La población mexicana está “frente a una crisis de salud grave, aguda y drástica” por la autorización de la Comisión Federal de Protección y Riesgo Sanitario (Cofepris) a la importación de 135 líneas de transgénicos para consumo humanos – maíz, trigo, soya, canola, algodón – que son tolerantes al glifosato, glufosinato y al herbicida hormonal 2,4D, uno de los componentes del llamado agente naranja utilizado por Estados Unidos entre 1961 y 1971 en la guerra contra Vietnam.
La Alianza por la Salud Alimentaria, Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCSS) y Semillas de Vida agregaron que nueve de cada diez de dichas líneas de transgénicos son tolerantes al herbicida Faena – conocido también por su nombre en inglés Round-up- cuyo componente activo es el glifosato.
Elena Álvarez Buylla, presidenta de la UCSS y experta en genética molecular, expuso que estudios científicos realizados con ratas y cerdos han demostrado que el glifosato desequilibra las hormonas, puede causar daño hepático y renal, causa malformaciones y otros daños. Destacó que los granos y oleaginosas transgénicos importados de Estados Unidos tienen altas concentraciones de dicho producto, el cual penetra en las plantas y no se elimina lavándolas.
Por el alto riesgo que ello implica para la salud de la población, los integrantes de dichas agrupaciones demandaron a la Cofepris prohíba la importación de maíz transgénico – el país importa 10 millones de toneladas de dicho grano-soya, canola, trigo y algodón; se etiqueten todos los alimentos elaborados con oleaginosas y granos transgénicos y tratados con los herbicidas faena y 2,4, y regule el uso de glifosato, glufosinato y evite lleguen a los alimentos.
Adelita San Vicente, de Semillas de Vida, asentó que la población mexicana consume 329 gramos de maíz diariamente, por lo que debe preservarse las semillas criollas e impedir la siembra de maíz transgénico, debido a sus potenciales daños a la salud. “No hay que olvidar la relación estrecha entre la siembra-producción y consumo de los alimentos, por lo que las autoridades deben apegarse al artículo cuarto constitucional que establece el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad”.
Alejandro Calvillo, de la Alianza por la Salud Alimentaria, dijo que desde abril de 2011, el Codex Alimentarius, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aprobó la posibilidad de que los países que lo deseen puedan etiquetar los alimentos que contengan transgénicos, con lo cual se dio por concluida la oposición de la Organización Mundial de Comercio a dicho etiquetado bajo el argumento de que era una barrera al libre comercio.
Científicos y activistas también exigieron a la Secretaría de Salud actúe de inmediato en torno a la determinación de la Cofepris, pues – refirieron- la industria alimenticia utiliza dichos granos y oleaginosas para la elaboración de múltiples alimentos enlatados y aceites, incluidos los que consumen los bebés.
Fuente: La Jornada