Menos del 1% de los agricultores de todo el mundo cultivan transgénicos
La información con datos objetivos sobre la localización y número de cultivos transgénicos (organismos modificados genéticamente) es muy escasa tanto por parte de los Gobiernos de los países en los que se cultivan como por parte de la propia industria.
Pese a que se llevan cultivando más de 20 años, los cultivos transgénicos no sólo no cumplen con las promesas de las que llevan viviendo durante dos décadas (uso de menos agrotóxicos, mayor rendimiento y productividad, etc.) sino que además han ocasionado pérdida de biodiversidad, aparición de superplagas resistentes a los agrotóxicos, adquisición de varias patentes sobre plantas y semillas, pérdida de la fertilidad de la tierra, dejando los suelos pobres, así como a los agricultores que han tenido que endeudarse (miles de ellos acabaron suicidándose en la India) por tener que comprar los costosos agrotóxicos, las semillas y todo el merchandising para mantener a una industria sin escrúpulos. Incluso miles de agricultores han presentado demandas ante los tribunales por los abusos constantes e incumplimientos de estas compañías.
Según datos de la propia industria, menos del 1% de los agricultores de todo el mundo cultivan transgénicos y lo hacen principalmente en 6 países:
EEUU (40%), Brasil (23%), Argentina (14%), India (6%),Canadá (6%), China (2%) y en el resto del mundo (8%).
En América del Sur se cultivan principalmente algodón, soja y maíz transgénicos en Brasil, Argentina y Paraguay.
En Europa los cultivos transgénicos ocupan menos del 0,15% de la superficie cultivable.
España es el país europeo donde más transgénicos se cultivan, seguido de Portugal y Rumanía.
Cada vez son más l@s ciudadan@s que están informados sobre los efectos devastadores de este tipo de cultivos y rechazan tanto su producción como su integración en la elaboración productos alimentarios. Aunque en Europa hay una normativa de etiquetado de alimentos que tengan más del 0,9% de ingredientes transgénicos, muchas marcas comerciales no lo hacen, engañando a los consumidores.
Otra consecuencia del cultivo de los OMG es el empobrecimiento de aquellas zonas en las que se producen. Las comunidades rurales se han visto drásticamente perjudicadas por el aumento de enfermedades como cáncer, abortos espontáneos, malformaciones, etc. debidas al uso masivo de agrotóxicos. Además se han visto empobrecidas económicamente por los continuos pagos que deben hacer a la industria y por la baja producción de sus cultivos.
Fuente: ECOagricultor