Masacre en la presa Chixoy. La resistencia en Guatemala
Cuatro años de negociaciones para luego ver que las tierras y las casas donde serían reasentados no cumplían con lo pactado por lo que se sintieron engañados por el gobierno. Pero los intereses políticos y económicos ya estaban entretejidos. La intimidación a las comunidades fue terrible. A partir de 1979 hasta 1991 el personal del Banco Mundial realizó sus trabajos de supervisión en la región por lo que estuvo involucrado en las matanzas. ¿Cómo no saber de ellas?
La policía abrió fuego y asesinó a siete personas. En julio de ese año, dos representantes de la aldea aceptaron reunirse con representantes del gobierno. Llevaron consigo la única documentación sobre los acuerdos firmados con la empresa para el reasentamiento y la compensación que recibirían. Los cuerpos mutilados de ambos fueron hallados una semana más tarde. Los documentos de la relocalización nunca fueron recuperados. Corría el año de 1980 cuando la comunidad de Río Negro se tiñó de rojo. Quince años después los sobrevivientes reclaman la reparación de daños frente al Banco Mundial (BM). Y son ellos quienes serán los anfitriones de la III Reunión de la Red Latinoamericana contra las Represas y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua que se llevará a cabo del 17 al 21 de octubre de 2005. Ahí se darán cita las luchas de los pueblos indígenas y campesinos contra la nueva generación de proyectos de represas en el contexto de la privatización de la energía y el agua; del Plan Puebla-Panamá (PPP) y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La sede del encuentro latinoamericano tiene una historia de sangre y horror. Todo empezó para ellos en 1976 cuando bajaron del helicóptero funcionarios del gobierno guatemalteco en la comunidad de Río Negro para decirles que sus tierras y casas quedarían bajo el agua. Cuatro años de negociaciones para luego ver que las tierras y las casas donde serían reasentados no cumplían con lo pactado por lo que se sintieron engañados por el gobierno. Pero los intereses políticos y económicos ya estaban entretejidos. La intimidación a las comunidades fue terrible. A partir de 1979 hasta 1991 el personal del Banco Mundial realizó sus trabajos de supervisión en la región por lo que estuvo involucrado en las matanzas. ¿Cómo no saber de ellas?
En 1982 el ejército citó a la comunidad de Río Negro en la comunidad de Xococ. Los militaron reunieron a 73 mujeres y hombres y con la ayuda de los paramilitares éstos fueron torturados y asesinados. Una mujer se salvó y regresó a Río Negro donde a los pocos días llegan nuevamente los militares y paramilitares que, al no encontrar a los hombres que habían huido a las montañas, violaron a las mujeres y luego las asesinaron. Otras fueron muertas a garrotazos o golpeadas hasta la muerte con palos y culatas de rifles; otras más fueron decapitadas o degolladas. Los niños fueron amarrados por los tobillos y golpeados sus cabezas contra las rocas y los árboles. Setenta mujeres y 1067 niños fueron asesinados. Dos mujeres lograron escapar y dieciocho niños fueron tomados presos por los paramilitares.
En las semanas siguientes otros 82 habitantes de la comunidad fueron masacrados y 35 niños y niñas huérfanos se encontraban entre los 92 ametrallados y carbonizados en otra localidad cercana a la presa. Uno de los supervivientes contó cómo habían dado muerte a su mujer y a sus hijos ante sus ojos cuando preguntó a las autoridades ‘¿a dónde quieren que vayamos’? La respuesta fueron los disparos. Al final, alrededor de 400 mayas Achi entre mujeres, niños y ancianos perdieron la vida bajo la dictadura militar en 1985. Sólo hasta 1991 en el “Informe Confidencial de Consumación del Proyecto” del BM se señala que el 25% de las 1,500 personas que tuvieron que desplazarse fueron asesinadas antes de que se llenara el embalse. Y no sólo la presa Chixoy fue construida durante una dictadura militar, también otros dictadores de América Latina entrenados en la Escuela de las Américas usaron las masacres y la violencia para construir presas entre los años 50’s a 80’s. Sin embargo, hoy ya no son las dictaduras militares las que con violencia y asesinatos pretenden construir más represas, sino las democracias dictatoriales como las de México, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Brasil, Chile, Colombia y Argentina entre otros.
LOS INTERESES SOBRE LA PRESA.
Sabían que la presa era un fiasco, pero que representaba jugosas ganancias a las trasnacionales. Nunca se realizó un Estudio de Impacto Ambiental. En la construcción intervinieron el BM y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); las Agencias de Crédito a las Exportaciones (ACE’s) que condicionaron al gobierno guatemalteco a comprar los servicios de las trasnacionales de sus respectivos países; el gobierno italiano y su empresa Gogefar que según testigos sus camiones fueron utilizados durante las matanzas; el consorcio alemán Lahmeyer International (LAMI) y Hochtief; la empresa Motor Columbus y Swissboring de Suiza; y la International Engineering Company de Estados Unidos (actualmente Morrison-Knudsen). Ninguno aceptó responsabilidad alguna e incluso negaron las masacres.
En el estudio de factibilidad realizado por LAMI se eligió a los 1,500 indígenas que serían desplazados y aseguró que casi no habían habitantes en la zona del embalse. LAMI tenía conocimiento que la cavidad rellena de piedra caliza, la roca volcánica altamente fisurada y las activas fallas sísmicas a lo largo del río Chixoy no hacían viable la cortina. Sin embargo en su estudio de factibilidad realizado en 1974 recomendó al gobierno construir una represa hidroeléctrica de 130 metros de altura en el lugar llamado Pueblo Viejo. En 1976 Guatemala sufre un fuerte terremoto cuando el BID ya había aprobado el préstamo por 105 millones de dólares. Esto implicó un mayor gasto para realizar un nuevo estudio sismológico en el que se detectaron nuevas fallas a las que ya había. LAMI y el BM lo sabían, la represa no serviría.
Pero el lucrativo negocio no se podía detener. El nuevo diseño retrasó 15 meses la construcción y aumentó los costos en un 10% más. En 1977 con contratistas de ocho países más que se sumaron a la rapiña de las ganancias se dieron inicio las obras. LAMI obtuvo contratos millonarios por la asesoría técnica y por supervisar la mala construcción que ellos mismos diseñaron. De hecho, al iniciar la excavación para los cimientos se dieron cuenta que las rocas estaban saturadas de fallas y cavidades lo que implicó otro nuevo diseño que subió su costo en un 350% respecto al plan original. Más tarde otra falla en la represa volvió a duplicar el costo.
Por si fuera poco, el túnel de 26 Km. que trasvasaría el agua desde el embalse a la sala de maquinas, a cargo de la constructora alemana Hochtief, se derrumbó en dos ocasiones retrasando la obra otros 14 meses. Por fin en 1983 la represa Chixoy se inauguró y a los pocos meses se clausuró por su mala construcción. Nuevamente el proyecto se retrasó otros dos años con el fin reparar los daños que ocasionaron un costo de 57 millones de dólares más con el apoyo del BM.
En 1974, LAMI calculó en 270 millones el costo de la presa, pero quince años después el costo fue de 944 millones de dólares que el pueblo guatemalteco tuvo que pagar además de pagarlo con tantas vidas y un impacto ecológico irrecuperable. En total entre el BID y el BM suministraron al proyecto más de 300 millones de dólares en préstamos. El costo final de la presa equivalió al 40% de la deuda externa de Guatemala en 1988. En el Informe Confidencial del BM en 1991 también afirmó que “ Chixoy ha sido un desastre económico.” Pero también ha sido un desastre social, ecológico y técnico. Cada año 8 millones de dólares se gastan en el mantenimiento estructural de la presa y se cree que no durará más de 20 años: en algunas partes del embalse el sedimento ya está alcanzando la entrada al túnel.
La presa Chixoy se terminó en 1985, inundó 1,400 has, y su cortina mide 108 metros de alto con una capacidad de 300 MW que equivale al 70% de la producción originalmente planeada y se presume que proporciona el 65% de la energía en Guatemala.
La presa hidroeléctrica Aguacapa de 90 MW en el sur de Guatemala comenzó paralelamente a la construcción del Chixoy y con los problemas técnicos parecidos. Se tuvo que cavar más profundo de lo esperado para poder cimentar la cortina. Cuando el túnel se llenó se fracturó e inundó la sala de máquinas y tuvo que ser reemplazado. La represa tardó el doble de lo esperado en su construcción y costó 83% más del valor inicial estimado en 100 millones de dólares. Luego otro desastre destruyó una de las tres turbinas y desde entonces opera con un tercio menos de su capacidad planeada.
LA RESISTENCIA HOY.
El S. XXI ve nacer a un pueblo guatemalteco movilizado y más consciente. La defensa por la tierra, el agua, los ríos; contra las represas, las minas, los transgénicos, las privatizaciones, los tratados de libre comercio y otros ejes articuladores han ido construyendo el tejido social organizado.
Guatemala fue la cuna del nacimiento del Movimiento Mesoamericano contra las Presas en el año 2002. Fue en el departamento del Petén donde se dieron cita más de 300 personas de todo Centroamérica y de otros países del continente. Este proceso detonó una articulación sin precedentes entre pueblos y movimientos en defensa de la vida, el agua, las tierras y los ríos.
Para el 2003 los empresarios intentaron convencer a la población con el fin de construir represas hidroeléctricas en los ríos Colorado y Jones, en el municipio de Río Hondo, Zacapa. En el foro público la población se manifestó con mantas y carteles en contra del proyecto por representar una amenaza a su salud, a la biodiversidad y un constante riesgo por el peligro de colapsarse ante la amenaza de fenómenos naturales. Los empresarios pidieron perdón por haber realizado los estudios técnicos y de evaluación de impacto ambiental a espaldas de toda la población.
En 2004 en el Petén, durante una movilización contra las presas del Usumacinta dos indígenas mayas fueron atacados por un sujeto desconocido, quien a quemaropa, balaceó a Carlos Tiul Kaal, integrante de la Alianza por la Vida y la Paz de Petén (APVP) mientras que Ricardo Iiukak, de 18 años, sufrió cortadas en la mano izquierda. Días después el presidente mexicano Vicente Fox declaró en la capital guatemalteca que el Plan Puebla-Panamá no representaba ningún atropello para los pueblos.
Pero la lucha en Guatemala se fortalece y en 2005 nace el Frente Guatemalteco contra las Represas. En este mismo año las comunidades desplazadas por la presa Chixoy se convierten en sede del III Reunión de la Red Latinoamericana contra las Represas y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua. Si bien el pueblo guatemalteco tiene encima la presión de alrededor de 50 proyectos de presas de todos los tamaños, la resistencia no es menor. Mientras esta exista hay esperanzas de conservar la vida para todos y todas. El mensaje y la experiencia de tantas luchas contra las represas por todo el mundo es claro: mientras más avanza el proyecto de las presas, más difícil y mayores costos tiene detenerlas. El problema no es la presa en sí misma, sino el modelo de desarrollo que la sustenta. Por ello el Movimiento de Afectados por las Presas del Brasil (MAB, por sus siglas en portugués) han formulado claramente su estrategia: nadie pasa por nuestras tierras, y no negociamos nada. La tierra y la vida no tienen precio. ¡Otro mudo es posible!
Para más información véase: International Rivers Network (IRN), www.irn.org; McCully, Patrick, “Ríos Silenciados. Ecología y política de las grandes represas”, Proteger Ediciones, Traducción al español de Leticia Isaurralde, Argentina 2004; Castro Soto, Gustavo, “No seas Presa de las Represas”, Ciepac, México 2005; III Reunión de la Red Latinoamericana contra las Represas y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua, www.chixoy.org
Gustavo Castro Soto
CIEPAC, A.C.
Chiapas al Día N° 475