Margarida Maria Alves: una campesina que no huyó de la lucha
Recordamos la vida y la lucha de Margarida Maria Alves, dirigente sindical campesina brasileña asesinada el 12 de agosto de 1983.
En Paraíba, en el municipio de Alagoa Grande, Brasil, vivió y murió la dirigente sindical Margarida Maria Alves. Fue una de las primeras mujeres en ocupar un puesto directivo en un sindicato en el país y defendió durante toda su vida los derechos humanos y los derechos de las trabajadoras y trabajadores rurales. Durante los 12 años que estuvo al frente del Sindicato de Trabajadores Rurales de su municipio, entre 1971 y 1983, en plena dictadura militar, Margarida impulsó demandas laborales que comprendían el derecho al trabajo registrado y documentación para las personas campesinas, con un decimotercer salario, una jornada laboral de 40 horas semanales y derecho a vacaciones. Las denuncias de Margarida contra los abusos y el incumplimiento de los derechos de los trabajadores cometidos en los ingenios azucareros molestaron mucho a los terratenientes de la región. Las amenazas recurrentes llevaron a su asesinato el 12 de agosto de 1983.
Una vida entera de lucha
A los 22 años, Margarida y su familia fueron expulsadas de sus tierras en la zona rural de Alagoa Grande. Su migración forzada en beneficio de los grandes terratenientes despertó muy pronto su interés por la problemática de la tierra y la inseguridad en la que vivían sus vecinas y vecinos. En el sindicato, su primer puesto fue en la tesorería. En 1973, cuando tenía 40 años, fue electa presidenta, un hito en la organización sindical del país, predominantemente masculina. Fue reelecta sucesivamente en 1976, 1979 y 1982. En el video a continuación, subtitulado por Capire en portugués, inglés, francés y español, se puede ver un fragmento en que Margarida habla sobre las votaciones en las que fue electa.
Además de movilizarse por la profesionalización de las trabajadoras y trabajadores rurales, Margarida también luchó para que pudieran cultivar sus propias tierras y defendió la agricultura familiar y la reforma agraria. Luchó por el fin del trabajo infantil en las zonas rurales y para que todos los niños, niñas y jóvenes pudieran acceder a la educación.
Margarida creía que la educación era una importante palanca para la transformación social. Por ello, basándose en el modelo de educación que propuso Paulo Freire, fundó el Centro de Educación y Cultura del Trabajador Rural para combatir los altos índices de analfabetismo rural y brindar capacitación profesional a los habitantes de la región. Este modelo se difundió a los sindicatos de todo el país y contribuye al desarrollo rural y urbano de los agricultores familiares hasta hoy. Sobre la fachada de la casa de Margarida, transformada en museo en 2001, se encuentra su cita más famosa:
En Alagoa Grande, Margarida presentó más de 100 demandas laborales contra grandes terratenientes ante la Justicia del Trabajo. El principal objeto de esas denuncias fue la planta azucarera Tanques, la más grande del estado de Paraíba en ese momento. Hoy, tras décadas de lucha, la planta fue declarada un lugar de interés social para la reforma agraria y se convirtió en un asentamiento, una victoria muy emblemática para las y los militantes de la región.
Su asesinato ocurrió en la calle, en frente de su casa, donde estaban su hijo y su marido. Fue un asesinato político, como represalia al vigor de su lucha, como en tantos otros asesinatos y desapariciones de militantes rurales y urbanos que ocurrieron durante la dictadura militar, y que siguen ocurriendo hoy. En otro fragmento del video publicado, Margarida dice que continuará su lucha a pesar de las amenazas, que sólo dejaría de hablar cuando se muriera. El crimen contra Margarida, también denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nunca fue resuelto. Los asesinos de Margarida nunca fueron condenados por su muerte.
Margarida somos todas
Para mantener vivo el legado de Margarida, el 12 de agosto de cada año, los sindicatos de trabajadores rurales de diversas ciudades de Brasil recuerdan su lucha. Así, transformaron este día de duelo en el Día de Lucha contra la Violencia en el Campo y por la Reforma Agraria.
En 2022, el 12 de agosto también es la fecha de lanzamiento de la 7ª edición de la Marcha de las Margaridas, organizada por la Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas (Contag) y por varias otras organizaciones sindicales y movimientos de mujeres del país. La Marcha de las Margaridas se celebra desde el año 2000, siempre en la semana del asesinato de Margarida Maria Alves. La movilización nació el mismo año que la Marcha Mundial de las Mujeres y es una agenda fundamental para la organización del feminismo popular en Brasil. Por eso se ha convertido, en las últimas dos décadas, en la mayor movilización de mujeres rurales y trabajadoras de América Latina. Decenas de miles de mujeres del campo, los bosques y los ríos ocupan las calles de Brasilia cada cuatro años, expresando su gran diversidad y sus luchas por políticas públicas, la agroecología, la soberanía alimentaria, la democracia y la reforma agraria.
Para Mazé Morais, secretaria de Mujeres de Contag e integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres, la Marcha de las Margaridas tiene un «carácter muy potente de denuncia, de presión, de resistencia y de proposición a la vez. Para decir qué modelo de sociedad defienden las Margaridas, las mujeres». La Marcha de las Margaridas tiene fuerza en la agenda política de los movimientos porque es un espacio de reivindicación y resistencia y también de conquistas: “las conquistas que hemos tenido no benefician sólo a las mujeres. La clase obrera en su conjunto se beneficia de las conquistas que hemos logrado a lo largo de esas luchas, como la campaña de documentación para los trabajadores rurales, la asesoría técnica para las mujeres y la titularidad conjunta. Las mujeres que viajan a Brasilia conocen el significado de la Marcha de las Margaridas en sus vidas y el impacto de esta marcha en la vida de la clase trabajadora, especialmente de las mujeres”.
Fuente: Capire