Marchan miles en Cancún entre férrea vigilancia por tierra y aire

En busca de diálogo con ministros de los gobiernos que participan en la 16 Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 16), integrantes de Vía Campesina, Asamblea de Afectados Ambientales y de una veintena de organizaciones mexicanas marcharon de manera pacífica en este sitio turístico rumbo a la sede del cónclave mundial.

En mitin posterior al recorrido –fuertemente vigilado por policías federales que los siguieron por tierra y aire–, alrededor de 3 mil manifestantes escucharon el mensaje del embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón, y del asesor en el tema de cambio climático del gobierno de Paraguay, Miguel Lovera. Los delegados oficiales informaron que, una vez más, las naciones pobres se enfrentan a la imposición de los industrializados, particularmente Estados Unidos, Japón y la Unión Europea.

Esos bloques –dijo– se niegan a reducir sus emisiones de bióxido de carbono y pretenden mercantilizar la riqueza de los bosques para con ello trasladar a los países en desarrollo la responsabilidad de solucionar el problema del calentamiento global.

El numeroso grupo de campesinos e indígenas, entre ellos la ministra de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Nemesia Achacollo Tola, recibían con

beneplácito el mensaje porque –por primera vez en este tipo de manifestaciones– dos importantes delegados acudieron a ellos, y no al revés. De hecho, el presidente de Bolivia, Evo Morales, se reunirá con ellos este jueves.

Procedentes de países de América, Europa y Asia, respaldaron a Solón cuando les señaló que en los salones del cónclave internacional la pelea es muy dura; hay muchos intereses ahí. Nuestra fortaleza está en ustedes, en su voz.

El encuentro fue fructífero, no así las esperanzas de un arreglo positivo para la humanidad que pudiera surgir de la COP 16. Más allá de regular las emisiones de bióxido de carbono, habrá un proceso de compra en mercados específicos (bursatilización) y persiste la resistencia de los industrializados a seguir con el Protocolo de Kyoto (único mecanismo global para reducir la emisión de gases que alteran la temperatura del planeta). Además, no han tomado en cuenta la propuesta de los pueblos para crear un tribunal internacional de justicia climática y ambiental.

Por ello, justo al momento en que a unos kilómetros de distancia empezaban los diálogos de alto nivel en la cumbre y los discursos de funcionarios de Naciones Unidas, el balance para las organizaciones sociales no fue positivo. Las potencias mundiales no están tomando en cuenta el punto de vista de quienes son los primeros afectados de la alternación climática: campesinos e indígenas.

Fallecen 300 mil al año por la elevación de la temperatura

Advirtieron los delegados que por la elevación de la temperatura en menos de un grado centígrado ya ocurren 300 mil muertes al año y se acumulan más decesos y catástrofes.

La marcha de los opositores a la degradación de los recursos naturales empezó muy temprano en un ambiente festivo, donde las zampoñas bolivianas y los tambores haitianos amenizaron cada consigna. Antes de recibir las malas noticias acerca de la dificultad de la negociación, cada grupo pugnó por mayor equilibrio entre el hombre y la naturaleza, pero fue además el momento de protestar por la tragedia que en sus comunidades causan la minería, el desarrollo urbano, las semillas transgénicas, las represas, los basureros y hasta las discusiones urbanas (como la construcción de una supervía en la capital mexicana). Otra de las causas por las que luchan en todo el mundo es el rechazo a los créditos de carbono y las otras soluciones falsas al cambio climático que convierten en producto bosques, tierra, vida y agua.

La lista de peticiones de las organizaciones campesinas, sociales e indígenas es larga. Por ejemplo, demandan que Estados Unidos reduzca sus emisiones de gases a 50 por ciento de los niveles de hace 20 años, y por lo menos 95 por ciento de aquí a 2050. Parece un sueño, dijo una profesora rural de Bolivia, aunque, a paso firme en la vanguardia de la marcha, no se dio por vencida: “Hace algunos años, Evo era un líder cocalero y ahora es el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. La fe mueve montañas. Y a estos señores (del capital) les decimos que ‘lo que hacen con la mano no pueden borrarlo con el codo’”.

También por la mañana, pero en otra concentración en el centro de Cancún, alrededor de 2 mil integrantes del Diálogo Climático Espacio Mexicano –integrado por otras organizaciones civiles dedicadas a la protección del medio ambiente, como Oxfam y Greenpeace– también pidieron que los acuerdos de la cumbre incluyan las propuestas de las comunidades rurales.

Nunca vamos a vender nuestras tierras y nunca seremos desalojados de ellas, advirtieron indígenas guatemaltecos que llegaron a Cancún.

Integrantes de la Organización de Ejidos Productores Rurales señalaron que las últimas reservas forestales están en manos de las comunidades nativas, y así deben mantenerse.

Los manifestantes portaban mantas en las que se leía: No a los transgénicos. Banco Mundial, fuera del Clima.

Fotos: Servindi
Fuente: La Jornada

Temas: Crisis climática

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