Los parques no son una mercancía
Los parques naturales son custodios de nuestro pasado cultural, guardianes de los espíritus de los antepasados, son nuestra identidad
Darwin, en su mejor momento de inspiración, diseño tres premisas científicas que aun perduran: la herencia genética, las mutaciones por montones y la adaptación al entorno como premisa para el éxito de la población.
Las ganas no son una mercancía
Posteriormente unos científicos del norte, trabajando con los bisontes de Búfalo Bill, encontraron que ello no bastaba para lograr la reproducción exitosa de los seres vivos, que hacia falta el aporte emocional del entorno, y de la gallada, hacia falta “tener las ganas” y ello solamente se lograba estando contentos con su gente, en su sitio, respirando su aire, tomando su agua, comiendo lo nativo, y que todo ello se lograba mejor en donde uno había nacido, crecido, muerto y enterado.
Mas allá de Payande
Cuando andábamos peleando contra la minería del Cobre, descubrimos la quebrada más bella del Tolima, bajaba entre rocas emparentadas con el mármol, con transparencia increíble, sabor exquisito, y sonidos celestiales… que invitaba al disfrute: tomarla, bañarse y llevarla a la casa. En la quebrada nos encontramos a un señor mayor pero muy entero, muy amable, que recordaba con propiedad y nos compartía historias: resulta que desde cuando tenia memoria siempre había tomado agua de esa quebrada y a ello atribuía su fortaleza su salud y sacaba pecho afirmando que nunca se había enfermado de nada, que siempre llevaba a su casa en Ibagué unos cantaros de esa agua, que le alcanzaban para toda la semana … la ultima vez que lo vi estaba muy deprimido, acabado … ya los dueños de la mina del cobre –Promin- habían destruido la fuente de agua bendita, la habían considerado una mercancía.
Allá en la Guajira arriba
Después de la guerra de los Wayu con la Mina de Carbona hemos tomado conciencia que la felicidad de los vivos reposa en la paz de los muertos, que si revientan los cementerios, los espíritus de nuestros antepasados quedan a la deriva, vagando sin rumbo, como en penitencia.
Tenemos una señal barométrica
Es que todos nacemos condicionados por los factores climáticos: no es una pendejada la altura sobre el nivel del mar que nos marca de por vida, nos hace costeños, cachacos, andinos, etc. flacos, gorditos, altos, bajitos, todo ello es un condicionamiento somático… y el clima esta regido por la posición planetaria, por los centros de concentración especialmente en el trópico… es por ello que no podemos considerarlo una mercancía, no podemos dejar que se manipulen los ecosistemas que nos marcaron el pasado y nos labran el futuro.. más allá del presente.
En la relación suelo plantas, los nutrientes, sus cantidades, sus compuestos, contenidos de nutrientes, su presencia en la atmósfera, en el agua, depende de procesos milenarios que se reflejan en los productos que nos sostienen, alimentan y permiten nuestra reproducción, queremos insistir en que son relaciones sagradas y como tal debemos considerarla … no son una mercancía.
Patrimonio espiritual
No se puede permitir que los ecosistemas sagrados se promocionen en los supermercados, ni su función ecológica, ni sus determinantes espirituales, ni sus estados de ánimo, de esperanza y de amor real, ellos no son una mercancía.
Por GONZALO PALOMINO ORTIZ (*)
Especial para EL NUEVO DÍA
Fuente: Diario El Nuevo Día, Colombia