Los derechos humanos tras toda acción de la UE en materia de semillas
El lanzamiento del Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición 2016 de la UE ha posibilitado el primer debate público en el Parlamento Europeo sobre la dimensión internacional de las políticas y regulaciones de semillas, así como sobre el rol implícito de la UE.
El informe se presenta en un momento muy oportuno, entre los recientes acuerdos comerciales de la UE y con las gigantescas fusiones de la industria de las semillas en el horizonte (Bayer & Monsanto; ChemChina & Syngenta; DuPont & Pioneer), donde se corre el riesgo de arrebatar el poder y la autonomía a los pueblos (ver informe). El debate ha conseguido reunir a miembros de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil y ha dado luz sobre el hecho de que las semillas no son una mercancía que los campesinos compran y venden ni son tampoco un invento científico.
La europarlamentaria social-demócrata Maria Noichl abrió el acto, recalcando que la diversidad de las semillas es vital para garantizar la seguridad alimentaria y para la adaptación al cambio climático. Las semillas han sido cuidadas y desarrolladas por los campesinos durante milenios – desde Colombia y Guatemala atravesando Senegal y hasta Nepal – para alimentar a la mayor parte de la población mundial. La actual tendencia política es la de limitar cada vez más el acceso e intercambio de las semillas por parte de los campesinos, socavando la biodiversidad agrícola.
Falta de protección, un legado amenazado:
Tal y como fue manifestado por la eurodiputada de los Verdes Maria Heubuch, a través de los años, las discusiones han girado en torno a los intereses de la industria de las semillas en lugar de hacerlo en torno a “aquellos que producen los alimentos”. “No podemos permitirnos perder el legado del trabajo de los campesinos. Este es el origen de nuestra alimentación diaria y, por consiguiente, de nuestra propia existencia. Si limitamos a los campesinos, estamos corriendo el riesgo de perder los recursos genéticos y el conocimiento sobre la siembra, intercambio y almacenado de las semillas. Si los campesinos pierden, nosotros también perdemos,” advirtió.
La protección fue uno de los temas centrales durante el evento. Sofía Monsalve, Secretaria General de FIAN Internacional, estableció un paralelismo con las Directrices sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques y expresó la importancia de reconocer los sistemas consuetudinarios e informales. “Estos sistemas son completamente ignorados por el marco legal existente sobre la protección de las variedades vegetales, incluyendo los derechos de los criadores, y es un problema fundamental al que tenemos que prestar atención, tal y como se hizo con las Directrices sobre Tenencia”.
Del mismo modo, los eurodiputados recalcaron que las políticas deberían proteger y apoyar el sistema de semillas agrícolas: no es “apropiado” que la UE promueva la Convención Internacional para la Protección de Nuevas Variedades de Plantas (UPOV) en los países en desarrollo. En su lugar, es necesaria una regulación que proteja la selección, almacenado, mantenimiento, intercambio y venta de las semillas por parte de los campesinos, sin restringirlo para el uso comercial. Esto debería ser considerado en los acuerdos comerciales y en la protección de la propiedad intelectual.
Derechos humanos como guía:
En los enfoques basados en los derechos humanos, el acceso a las semillas, plantas y animales se enmarca dentro de una relación cambiante y conjunta con la naturaleza. Esto quiere decir que los sistemas campesinos, que sustentan la biodiversidad agrícola, deberían ser reconocidos, protegidos e impulsados por los estados.
Bernard Rey, representante de la Comisión para el DG DEVCO, afirmó que la Comisión Europea está comprometida en impulsar un enfoque de seguridad alimentaria y nutricional basado en los derechos humanos. Rey enfatizó el hecho de que la seguridad alimentaria sólo puede alcanzarse de un modo sostenible y reconoció el importante rol de las semillas en el tema. En su opinión, espacios de política como el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) son esenciales para promover la biodiversidad de las semillas.
En las observaciones finales, la eurodiputada Maria Heubuch enfatizó que los usos de la producción de semillas han pertenecido a los campesinos durante siglos. “Los campesinos nunca han dicho que aquello les perteneciera y nadie más pudiera utilizarlo. Ahora no podemos invertir esto y limitar el acceso de los agricultores mediante la restricción de sus derechos y del uso de la propiedad material e intelectual. Lo que yo veo aquí es un gran desequilibrio de justicia. Debemos luchar contra la mercantilización de las semillas y devolver su derecho a la tierra, al agua y a las semillas.”
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- Foto por Alex del Rey.
Fuente: FIAN Internacional