Los árboles neoliberales
El eucalipto es el perfecto árbol neoliberal- dice Jaime Avilés, columnista del diario mexicano La Jornada- porque crece rápido, mata todo lo que está a su alrededor y genera grandes ganancias para muy poca gente.
Esta descripción viene al pelo para describir lo que están haciendo las grandes corporaciones hoy con el ambiente en nuestra América.
En las pasadas dos ediciones de Claridad hablamos del Plan Puebla Panamá (PPP), un masivo plan neoliberal para convertir a México y Centroamérica en una gran zona de libre comercio, con incontables maquiladoras y "canales de tierra" para incrementar el comercio interoceánico. Este Plan tiene como componente ambiental el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), que vinculará cientas de áreas naturales protegidas en la región para formar una sola zona de conservación.
Grupos de sociedad civil, ecologistas e indígenas denuncian el Corredor como un truco de relaciones públicas para legitimar el PPP ante el sector ambientalista. Pero el CBM no es el único componente "verde" del PPP. También están las enormes plantaciones de árboles que ya se están sembrando en el sur de México.
De algunas de estas plantaciones se extraerá madera y pulpa de papel, mientras que otras servirán de "sumideros de carbono" para amortiguar y contrarrestar las emisiones de gases contaminantes de los automóviles y grandes industrias en los llamados países desarrollados. Esto es posible gracias al Protocolo de Kyoto, acuerdo internacional para enfrentar el calentamiento global causado por la contaminación atmosférica.
El Protocolo, mediante su Clean Development Mechanism (CDM), permite a países e industrias contaminar todo lo que quieran, siempre y cuando financien proyectos ecológicos en el tercer mundo que supuestamente compensarán por la contaminación creada. Estos proyectos incluyen la siembra de árboles en países tropicales.
¿Qué problema puede haber con eso? ¿Acaso los ecologistas no se la pasan despotricando para que se siembren árboles? Grupos ambientalistas como ACERCA y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales advierten que las plantaciones de árboles no son bosques, y que éstas presentan los mismos problemas ecológicos que los monocultivos agrícolas.
¿El bosque del futuro?
En la plantación la diversidad biológica del bosque es reemplazada por la uniformidad del monocultivo forestal: la misma especie de árbol plantada en extensiones de miles de hectáreas. En algunos países, como Chile, Indonesia, Suráfrica y Brasil, hay plantaciones que sobrepasan el millón de hectáreas.
El monocultivo, forestal al igual que agrícola, es por naturaleza muy vulnerable a plagas, por lo que
requiere del uso masivo de pesticidas. Además de ser nocivos a la salud humana, los pesticidas también le hacen daño a la vida silvestre, incluyendo insectos polinizadores y pájaros. Para hacer un monocultivo es necesario exterminar toda la vegetación que compita con la plantación, ya sean helechos, arbustos o árboles nativos. Para este fin se usan poderosos yerbicidas que también causan problemas ambientales y de salud.
Las plantaciones forestales industriales han sido descritas por sus críticos ecologistas como "bosques falsos" y "desiertos verdes", y algunos han comentado que los desiertos más áridos tienen más vida y biodiversidad. En ellas no se oye el cantar de los pájaros ni se ven mariposas ni hay la diversidad y densidad que uno asocia con el bosque.
Sólo se ven árboles de la misma especie, todos de la misma altura, en fila india, en patrones determinados por sofisticados sistemas de información geográfica. Las únicas personas que se pasean por ellos son los empleados que aplican químicos y los guardias de seguridad armados que velan porque los residentes locales no entren a buscar leña para sus fogones.
Dado lo estéril que es la plantación, se le aplican fertilizantes sintéticos, los cuales causan severos problemas ambientales, como la erosión. El coctel de pesticidas, yerbicidas, fertilizantes y terrenos
erosionados acaba sedimentando y envenenando los riachuelos y matando los peces y crustáceos que sirven de alimento para las poblaciones locales. Estos venenos los llevan los ríos al mar, donde contaminan la zona marítimo terrestre y matan corales.
Como si todo esto fuera poco, los árboles predilectos para estas plantaciones, como el eucalipto y el pino, son consumidores voraces de agua, un recurso ya de por sí escaso. Los cuerpos de agua cercanos se secan y no queda del líquido para la vida silvestre y la agricultura en las áreas circundantes. Esto se ha reportado y documentado alrededor de plantaciones en Chile, Tailandia, Brasil, India y Suráfrica.
¿Beneficios económicos? El Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales menciona que en el sur de Brasil tres plantaciones forestales se jactan de haber creado 7,000 empleos pero a costa de eliminar actividades agrícolas que generaban 13 mil empleos. Además, los pocos empleos que generan estas masivas plantaciones son temporeros y de condiciones de trabajo pésimas.
No en balde la descripción de Jaime Avilés con la que comienza este artículo.
Demagogia seudoambiental
Dice el profesor Andrés Barreda, de la Universidad Nacional Autónoma de México, que las plantaciones forestales industriales "en realidad no son los complejos ecosistemas que nombramos genéricamente como bosques sino monocultivos estrictos emplazados sobre
gigantescas áreas productivas (de varias decenas de miles de hectáreas) que vienen asociadas a la
necesaria expulsión de la población rural, al desempleo que se refuerza con la mecanización de la
producción forestal, al empleo intensivo de fertilizantes, pesticidas, herbicidas, etc, al desarrollo de plagas, al agotamiento y contaminación de los mantos freáticos, a la destrucción de la biodiversidad."
Con los sumideros de carbono, "se introducen directamente empresas transnacionales en los procesos comunitarios de gestión de los bosques. Se involucra a las comunidades dentro de una gran manipulación de escala mundial según la cual son las mismas empresas transnacionales que contaminan y que más amenazan con seguirlo haciendo, sin resolver ninguna de las causas
reales del calentamiento atmosférico, las que justamente se visten de hadas madrinas para el apoyo de las depauperadas comunidades campesinas."
"Así, quedan peligrosamente posicionadas en áreas clave de estos corredores biológicos, lo que no puede pasarse por alto en el actual proceso de privatización de las riquezas biológicas. Además, cualquier plantación forestal puede ser demagógicamente embellecida como un sumidero de carbono."
Protestas y alternativas
En Tailandia, Uruguay, Suráfrica, Malasia, México, Indonesia, Hawai, Brasil, Congo y Filipinas ya hay grandes movimientos de protesta contra la invasión de estas plantaciones y en pro de bosques comunitarios manejados en el interés de comunidades locales y de la sustentabilidad ecológica. Estas campañas no son en contra de las plantaciones per se o contra especies de árbol en particular sino contra un modelo forestal antidemocrático, impuesto desde arriba que sirve intereses comerciales por encima de otras consideraciones.
PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE PLANTACIONES DE ARBOLES:
Industrial tree plantations: a growing problem
http://www.sawac.co.za/articles/industrial.htm
Problems with plantations
http://www.fern.org/pages/climate/planta.html
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
http://www.wrm.org.uy/inicio.html