Los agrotóxicos que se usan en Uruguay son posibles cancerígenos
"Las investigaciones de la IARC han demostrado que dos herbicidas ampliamente usados en nuestro país son “posiblemente” cancerígenos. Estos resultados son parte de investigaciones de largos años y avalados por la Organización Mundial de la Salud".
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), órgano dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 22 de Junio de 2015 emitió su revisión sobre el agrotóxico 2,4-D ácido diclorofenoxiacético clasificándolo como posiblemente cancerígeno para los seres humanos (ver aquí).
Para ello, la IARC revisó la literatura científica más reciente y decidió clasificar al 2,4-D como "posiblemente cancerígeno para los seres humanos", un escalón por debajo de la categoría más definitiva "probablemente cancerígeno", pero dos por encima de la categoría "probablemente no cancerígeno".
En marzo, la IARC había clasificado a los agrotóxicos, glifosato, paratión, malatión, tetraclorvinfos y, en menor medida, diazinón, como "probablemente cancerígeno para los seres humanos. Si bien los dictámenes de la IARC no son reglamentarios del uso de agrotóxicos, son una base de información científica para ajustar las normativas sobre sus usos y restricciones.
La IARC señaló que decidió sobre la clasificación "posiblemente" porque había "evidencias insuficientes en seres humanos y evidencia limitada en animales de experimentación" de los lazos entre el 2,4-D y el cáncer.
Se dijo que los estudios epidemiológicos proporcionan "una fuerte evidencia de que el 2,4-D induce estrés oxidativo ... y pruebas moderadas de que el 2,4-D causa inmunosupresión ..."
El uso del 2,4-D se ha incrementado en la agricultura en los últimos años, debido a que tanto plantas silvestres como la propia soja transgénica, han adquirido una tolerancia significativa al glifosato. Por esta razón, la industria biotecnológica recomienda el uso de agrotóxicos como el 2,4-D y experimenta con semillas genéticamente modificadas con el objetivo de hacerlas tolerantes también a dicho agrotóxico.
Soja y maíz 2,4-D en Uruguay
Nuestro país no ha quedado atrás en el aumento de la tolerancia al glifosato de muchas hierbas y de la propia soja transgénica, razón por la cual cada vez hay más semillas transgénicas tanto de soja como de maíz con tolerancia no solo al glifosato sino que también al herbicida 2,4-D, clasificado por la IARC como “posiblemente cancerígeno”
Algunos ejemplos de lo que tenemos en Uruguay: Soja DAS44406-6 con tolerancia a los herbicidas a base de glufosinato de amonio, glifosato y ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D).
Esta semilla fue aprobada en setiembre 2014, para exportación. Esto quiere decir que se puede plantar en todo el territorio nacional aunque no está permitido que se distribuya la cosecha en el país sino que se exportará.
Soja MON89788xDAS68416-4, de la empresa Monsanto, con las mismas características de la anterior, tolerancia a los herbicidas a base de glufosinato de amonio, glifosato y ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D).aprobada en setiembre 2014, para producción de semilla de exportación.
Maiz MON89034xNK603xTC1507xDAS40278-9, con característica de resistencia a insectos lepidópteros, tolerancia a los herbicidas glufosinato de amonio, glifosato, 2,4-D y herbicidas FOP, con el objetivo de hacer evaluaciones de cultivares (se encuentra en evaluación, con el objetivo de aprobarse para ser comercializado). El herbicida FOP (Ariloxifenoxipropionatos) es graminicída con alta velocidad de penetración que detiene rápidamente el crecimiento de las malezas. .
Si no te gusta la sopa, dos platos
Las investigaciones de la IARC han demostrado que dos herbicidas ampliamente usados en nuestro país son “posiblemente” cancerígenos. Estos resultados son parte de investigaciones de largos años y avalados por la Organización Mundial de la Salud.
Si existe el peligro para la salud de las personas expuestas a estos venenos, ¿No sería prudente eliminar su uso? ¿Qué opinan los organismos correspondientes frente a lo demostrado por la IARC?
Se suele decir: “El que caya otorga”, en este caso sería: El que caya permite que cada vez más personas estén expuestas a sustancias “posiblemente cancerígenas”, y lo peor de todo, a sabiendas.
Fuente: RAP-AL Uruguay