Líder indígena deja legado imborrable de defensa del territorio y de los derechos de las mujeres

La líder indígena bribri Mariana Delgado Morales deja su huella como defensora del territorio, de los derechos de las mujeres y recuperadora de la espiritualidad bribri. Quienes la conocieron afirman que será recordada por su claridad en la reivindicación de las recuperaciones de tierras indígenas, por su valentía y por su dominio del derecho indígena que protege a los pueblos originarios.

Delgado  falleció el martes 3 de enero a sus 55 años, por complicaciones de salud.

Pertenecía al Clan Tubolwak del territorio indígena de Salitre. Sin embargo, nació en Brazo de Oro, de Cabagra, y se fue a vivir a Río Azul, en Salitre, cuando tenía 16 años, contó a UNIVERSIDAD su hermana Luzmilda Delgado.

“Fue una mujer que nunca se rindió, una persona que luchó hasta sus últimos días, dejando ese legado para su familia, para el territorio. Aún en sus momentos críticos, difíciles, ella siempre mantuvo su mente positiva. Ella siempre luchó, hasta que la vida se le fue”, dijo su hermana.

Muchos la conocieron a través de las luchas por las recuperaciones de tierras indígenas.

Fanny Reyes Ortiz, indígena Bröran del territorio Térraba e integrante de la Red de Mujeres Rurales, la conoció en el verano de 2014, cuando un grupo de Térraba visitó a la familia de Delgado, después de que ella y sus hijos fueran agredidos en la recuperación que estaban realizando.

“Estuvimos ahí tres días. Fue la primera vez que estuvimos en una recuperación. Fue una forma de solidarizarnos con todas las agresiones que ellos habían estado viviendo a inicios de año”, recordó Reyes.

“Era una mujer con mucha sabiduría, con mucha identidad de su territorio y que conocía el derecho que le asistía a las poblaciones indígenas y también en el tema de defensa de los derechos de las mujeres. Ha sido un orgullo que mediante este proceso tan justo como es la recuperación de tierras, pero que también ha sido tan violento, se nos haya permitido conocerla y escucharla. Ella ha sido para nosotros una fuente de información. Es una pérdida muy grande, porque era además una señora joven y también eso nos duele más”, expresó Reyes.

“Pensar en doña Mariana es vivir, es recordar su sabiduría ancestral, su sabiduría como mujer bribri, ese ejemplo, esa guía, ese consejo siempre presto a seguir en la lucha, esa opinión siempre con calma; pero con gran decisión. Siempre estuvo luchando, enseñando, dando el ejemplo, siempre llamaba a tomar con tiempo, con calma las decisiones importantes para su pueblo y otros pueblos originarios y también para organizaciones y personas que tuvimos el placer de conocerla”, declaró Gustavo Oreamuno Vignet, defensor de derechos humanos de Coordinadora de Lucha Sur Sur.

Delgado también fue parte de la Red de Mujeres Rurales y de su historia.

Alejandra Bonilla, de la Asociación Tinamaste, que ha acompañado el proceso organizativo de la Red de Mujeres Rurales desde su origen, dijo que recuerda a Mariana “como una mujer muy dulce, aunque siempre estuvo en la lucha”, y muy afable en sus relaciones.

“Era una mujer que escuchaba atenta lo que pasaba en otros lados, en otros entornos. Y estaba propiciando la recuperación de las tradiciones y de la espiritualidad bribri. Tenía una lectura crítica de estas formas fundamentalistas de religión que han penetrado en los territorios y eso la hacía tener una luz particular”, comentó Bonilla.

Delgado Morales fue investigadora comunitaria del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

Alejandra Bonilla también recuperó esta faceta de Delgado. “Me parece muy importante el papel que jugó aportando en el equipo de investigación sobre la situación de los territorios indígenas y también quiero destacar lo que ella, como mujer, había vivido y sufrido, por ejemplo, cuando marcan con un hierro para marcar ganado a su hijo”.

“Sabía que se estaban enfrentando a un racismo monstruoso. Como mujer fue muy valiente porque todo su quehacer en el proceso de investigación estaba siempre asociado a la recuperación del territorio y de la cultura bribri. Estaba mediado por todo esto que estaban viviendo. Y por supuesto no sólo se dan estas atrocidades, sino que se da el asesinato de Sergio (Rojas), que era muy cercano a ella también”, destacó Bonilla.

Las huellas que deja

Para Bonilla, las huellas que deja Delgado son varias. Primero, la decisión de defender su territorio, “porque eso estaba para ella en primer lugar”.

Segundo, la vinculación de la defensa del territorio con los derechos de las mujeres. “En muchas reuniones que tuvimos en la Red, ella no se inhibió para decir y reconocer que en el territorio y dentro de las relaciones que se heredaron de la dominación y del racismo había y sigue habiendo machismo. Creo que era muy importante esta lectura crítica”, señaló Bonilla.

Y tercero, su re-lectura de la espiritualidad y cómo se inserta este despojo de los territorios indígenas dentro de un sistema capitalista. “Mariana logra tener esta lectura crítica de la sociedad costarricense”.

Fanny Reyes espera el día de mañana “seguir recordándola y reivindicando esa lucha de ella por el territorio y por los derechos de las mujeres dentro de su territorio, siempre acompañándolas y buscando cómo denunciar diferentes manifestaciones de violencia hacia las mujeres”.

“Ojalá que esto que ella sembró, siga en la vida y en el diario vivir de las personas que la conocieron”, resaltó Reyes. “Siento que ella dejó esa semilla de defensa por los derechos de las comunidades y de las mujeres. Ella fue una mujer muy valiente y que no desistió de su lucha y la lucha junto a sus familiares”.

“Creo que su legado será para siempre, imborrable dentro del pueblo bribri, de los pueblos originarios, de las mujeres de pueblos originarios y más allá. Su amor transformador siempre nos acompañará y será una guía para la lucha y la resistencia”, dijo Gustavo Oreamuno.

Fuente: Semanario Universidad