La sombra del quebracho
A principios del siglo pasado, en Santiago del Estero (Argentina), millones de quebrachos colorados, poderosos árboles de la familia de los algarrobos, fueron quebrados buscando la calidad de su Madera -dura como el metal- para la construcción de las durmientes (o traviesas) de las vías férreas que permitieron la extracción de las riquezas de Argentina y Brasil hacia las antiguas metrópolis europeas
Más tarde continuó su depredación, siendo exportados para la producción de taninos, útiles en el curtido de pieles y otros procesos industriales.
Dice el historiador Raúl Dargoltz que, con los quebrachos talados esos años, se podría construir una escalera para subir y bajar de la Tierra a la Luna.
Y hoy, los últimos bosques de quebrachos pampeanos están siendo talados por terratenientes locales y grandes corporaciones internacionales que quieren ampliar el gran negocio del cultivo de soja.
La soja transgénica, en monocultivo, sin apenas utilizar mano de obra, se vende muy bien en Europa, para el engorde de nuestra ganadería.
Sólo España importa unos seis millones de toneladas anualmente. Al lado de los quebrachos, las familias campesinas santiagueñas, esclavizadas como hacheros de sus árboles y olvidadas cuando el negocio de la madera encontró mano de obra más barata junto a las mimosas africanas, están ahora siendo desalojadas de sus tierras (en muchas ocasiones ilegalmente) por esta expansión sojera.
Los años que dure el negocio de la soja sólo los aprovecharán los poderosos.
Después, el paisano volverá a sestear, quizá, a la sombra de un quebracho.
Gustavo Duch - Director de Veterinarios sin Fronteras.
Fuente: El Periódico, España