La revolucionaria herramienta de edición genética CRISPR-Cas9 podría provocar cáncer

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Es necesario replantearse la idoneidad de seguir avanzando en los ensayos clínicos que ya han empezado a realizarse, ante la posibilidad de que la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9 podría provocar cáncer.

El pasado 11 de junio, la revista Nature Medicine publicaba sendos artículos ( ver AQUÍ y AQUÍ ) presentando resultados que suponen una nueva traba para la aplicación clínica de la herramienta de edición genética CRISPR: El corte que Cas9 realiza en el ADN activa un gen, p53, que revierte la corrección o provoca la muerte celular, comprometiendo la eficacia del sistema en ambos casos. Las células en las que la corrección se realizaba correctamente y sobrevivían, lo hacían debido a una disfunción de p53, lo que sugiere que inhibiendo la acción de este gen podría aumentarse la eficacia de la edición. El problema es que p53 disfuncional está asociado a la aparición de cáncer, por lo que las células correctamente editadas podrían ser proclives al desarrollo de tumores.

“P53 es un gen que se activa sólo en situación de estrés, cuando hay daño en una célula. Es un detector de situaciones peligrosas, un sensor; por eso se le llama “guardián” o “policía”, porque cualquier alteración que haya en la célula, y hay muchas asociadas al cáncer, lo activa. Entonces, p53 bloquea o mata la célula alterada, impide su proliferación o división celular. […] Crucial a la hora de prevenir el cáncer, p53 es un gen anticanceroso que en circunstancias normales nos defiende de la enfermedad” ( Malen Aznarez Torralvo, El País, 2008).

Por ello, uno de los artículos concluye que cuando “las terapias que usan células editadas genéticamente se trasladen a la clínica, será fundamental garantizar que las células del paciente tienen un p53 funcional antes y después de la edición” (Haapaniemi E, Botla S, Persson J, Schmierer B y Taipale J. Nature Medicine, 2018, 11 de junio. doi: 10.1038 / s41591-018-0049-z). Si las células que sobreviven a la edición lo hacen porque p53 no funciona bien, introducirlas en el paciente podría llevarle a desarrollar un cáncer.

Este descubrimiento no implica que este efecto ocurra en todos los casos de edición genética o en todos los tipos de células, pues solo se ha comprobado en células madre adultas y en células de retina. Son necesarios más estudios para determinar cuáles son los tipos de células susceptibles de sufrir este resultado.

Estos resultados se suman al reciente hallazgo de que poseemos anticuerpos contra Cas9, lo que podría dificultar la aplicación clínica de la técnica, al minar su eficacia, o incluso suponer un riesgo para los pacientes, debido a la respuesta inmune (ver aquí).

Así, es necesario replantearse la idoneidad de seguir avanzando en los ensayos clínicos con CRISPR, que ya han empezado a realizarse ( ver aquí). En cualquier caso, deberán seleccionarse pacientes sin ninguna otra alternativa de curación o mejora y en números muy reducidos. Parece que todavía queda un largo camino por recorrer en los estudios preclínicos con CRISPR antes de que se pueda afirmar que su aplicación en humanos es segura. Esto no es sorprendente dado todo lo que aún desconocemos de nuestro genoma ( ver artículo “Huecos” en la secuenciación del genoma humano).

Fuente: Observatorio de Bioética - Universidad Católica de Valencia

Temas: Nuevas tecnologías

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