La juventud se moviliza contra los desafíos políticos mundiales

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"La juventud de La Vía Campesina conoce muy bien los problemas sistémicos y estructurales que menoscaban sus derechos. La soberanía alimentaria y la justicia climática, con la agroecología como solución transversal, son propuestas políticas que buscan un cambio de sistema".

Mientras campesinas y campesinos de todo el mundo se reúne en el País Vasco en ocasión de la VII Conferencia Internacional de La Vía Campesina, el espacio de decisión más importante del movimiento campesino internacional, uno de sus constituyentes fundamentales, la juventud, ya ha dado forma a su agenda política y ha propuesto soluciones a los problemas más urgentes a los que se enfrenta el campesinado en el mundo.

Durante dos días, antes de la apertura de la Conferencia el 19 de julio, los jóvenes campesinos y campesinas procedentes de 47 países distintos han debatido sobre temas como la soberanía alimentaria, los derechos de los y las migrantes, el comercio internacional, la justicia climática y la criminalización de los movimientos sociales. El debate se desarrolló en el marco de la IV Asamblea internacional de jóvenes de La Vía Campesina. Siendo la primera afectada por estos desafíos, la juventud campesina es la que mejor puede articular las respuestas.

En Europa, una granja desaparece a cada 3 minutos y la edad media de los agricultores es de 60 años. En el Reino Unido, solo el 1% de la población ejerce una actividad agrícola y entre ellos, solo el 4% tiene menos de 35 años. Una joven representante de Land Worker Alliance (la Alianza de los Trabajadores de la Tierra), miembro británico de La Via Campesina y campesina de tercera generación, subraya la importancia de que la juventud trabaje en la agricultura. “Es fundamental para nosotros inspirarnos en los modelos de regiones en las que la agroecología campesina florece. Podemos aprender de los ejemplos de América Latina y ustedes pueden ayudarnos a hacer que nuestro movimiento crezca.”

Durante la sesión de trabajo en un grupo sobre justicia climática y migración, los y las jóvenes han identificado la agroecología como una estrategia global para combatir las dos caras del mismo desafío que representan los cambios climáticos y las crisis migratorias. “En Guatemala, cruelmente, a los jóvenes rurales les faltan perspectivas y están listos a arriesgar sus vidas para llegar a México, a Estados Unidos o a Canadá, y los cambios climáticos no mejoran la situación”, cuenta una joven campesina miembro del Comité Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA). Explica que la estrategia elaborada por su organización en lo que se refiere a la agroecología, apoya en la cosmovision Maya, que le otorga una importancia particular al respeto y al cuidado de los recursos naturales. “Nosotros tenemos cada uno nuestras cosmovisiones y la agroecología es una manera de asegurar que perduremos de generación en generación”, ha añadido la joven. “Hoy nos toca a nosotros, a las jóvenes”.

En todas partes, la agricultura industrial y las falsas soluciones que ofrecen los proyectos de mitigación del cambio climático, son una amenaza para los recursos naturales mundiales. “En el sector de la pesca, somos testigos de una invasión de la revolución azul, que no es muy diferente de la revolución verde que la ha precedido”, informa una joven representante del Foro mundial de las poblaciones de pescadores (WFFP), un aliado invitado por La Vía Campesina para participar en la Asamblea de los jóvenes. “La agroecología está conectada con la defensa de los pequeños pescadores y la protección de sus territorios de pesca”, añadió. Colaborando estrechamente con el campesinado afectado por el acaparamiento de sus tierras, los pescadores que luchan contra el acaparamiento de los océanos están reforzando lazos de solidaridad fundamentales. Una de sus preocupaciones principales tiene que ver con Blue Carbon, el programa de mitigación del cambio climático basado en REDD+ (mecanismo de reducción de las emisiones ligadas a la deforestación y a la degradación de los bosques).

En el contexto indonesio, REDD+ ya ha afectado unas 96 mil hectáreas sólo en la provincia de Jambi, en Sumatra. Los campesinos y campesinas de allí que están activos en La Vía Campesina luchan contra este acaparamiento masivo de sus tierras, debido a la vez a la ocupación y las presiones ejercidas por el estado. En el marco de ese proceso, el Sindicato Campesino Indonesio (SPI) difundió una “Declaración de los derechos del campesinado y de los trabajadores y trabajadores rurales”. Actualmente este documento está a punto de comenzar una quinta fase de negociaciones en el Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra, y podría ser aceptado el año que viene. En la Asamblea de los jóvenes, fueron compartidos los rasgos principales de esta Declaración: medidas contra el acaparamiento de las tierras, la discriminación de género, la ausencia de una reforma agraria y de políticas de desarrollo rural, y la criminalización de los movimientos sociales.

La defensa de los derechos del campesinado y la salvaguardia de los ecosistemas van de la mano. La juventud desea reapropiarse del mundo rural, tal y como lo demuestra la recampesinización del campo, un proceso que trata de frenar la migración hacia las zonas rurales y el extranjero. La juventud de La Vía Campesina conoce muy bien los problemas sistémicos y estructurales que menoscaban sus derechos. La soberanía alimentaria y la justicia climática, con la agroecología como solución transversal, son propuestas políticas que buscan un cambio de sistema. “Pertenecer a este movimiento es una inmensa oportunidad para la juventud”, menciona un joven campesino europeo. “A través de nuestro enfoque anticapitalista, creamos cambios en nosotros mismos y en nuestro movimiento para, finalmente, cambiar la sociedad”.

Fuente: La Vía Campesina

Temas: Movimientos campesinos

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