La biodiversidad aparece como obstáculo para la norma ambiental del Mercosur

Después de siete años de negociación, los países del Mercosur todavía no han logrado establecer un acuerdo ambiental elemental para la región. El principal obstáculo para la conclusión de un protocolo ha sido el veto que Argentina insiste en imponer a algunos puntos de la negociación relacionados con biotecnología y la utilización de granos genéticamente modificados.

Brasil, Uruguay y Paraguay defienden la idea de que se dedique un capítulo especifico a los temas referentes a la biodiversidad, conforme ya fue aprobado por el subgrupo de trabajo No 6, del Mercosur (SGT-6). Según un funcionario del ministerio del Medio Ambiente de Brasil, el temor argentino es que eso pueda significar barreras para el comercio de sus granos, ya que el 80% de la producción argentina posee algún tipo de modificación genética, lo que no es permitido en Brasil.

Para el director de Relaciones Institucionales de la Fundación SOS Mata Atlántica , M C Mantovani, el establecimiento de un marco ambiental es determinante para el futuro de la integración, pero advierte que el alcance del acuerdo y la poca profundización de los temas, como el de las semillas transgénicas, pueden convertir el protocolo en un documento sin eficacia.

Además de la biodiversidad, el acuerdo debería trazar las directrices mínimas para temas como el de licencias ambientales, armonización de la evaluación de impacto ambiental, certificación ambiental de productos, uso sostenido de recursos naturales (bosques, atmósfera y agua) y estándar de calidad y de medida de protección ambiental.

Para el profesor del Centro de Desarrollo Sustentable de la Universidad de Brasilia, Eduardo Viola, los cuatro países del bloque poseen leyes de protección ambiental muy diferentes, tanto en lo que se refiere a eficacia como al alcance. "Brasil es el socio con la legislación mas avanzada, pero necesitamos parámetros comunes en la región", dice Viola, que califica el área ambiental como "la mayor diferencia relativa del Mercosur". Hace dos años, el subgrupo llegó a un texto final para el protocolo ambiental, pero cuando fue llevado al ámbito ministerial negociadores argentinos vetaron la firma, alegando que las cláusulas referentes a la biodiversidad limitarían la soberanía nacional para, por ejemplo, incentivar el cultivo de granos transgénicos.

En ese entonces los argentinos argumentaban que tratados internacionales, como la Convención de Biodiversidad de 1992, eran marcos jurídicos suficientes para la región y que el Mercosur no necesitaría un protocolo sobre un tema ya acordado internacionalmente. Otro motivo alegado por los argentinos es que el bloque no podría avanzar en la definición de un tema que en todo el mundo aún es blanco de intensos debates científicos, como es el de las semillas genéticamente modificadas.

Según un diplomático brasileño, el protocolo ambiental tendría importantes repercusiones para el comercio del bloque. "Los parámetros para los principios básicos de protección ambiental están entre las condiciones esenciales para que productos del Mercosur ganen mercados en el exterior". Para él, "el Mercosur no tiene como pelear una inserción internacional sin que sea habilitado como un bloque que respeta el medio ambiente".

Extraido del OBSERVATORIO AMBIENTAL AGROPECUARIO MERCOSUR
Centro Latino Americano de Ecologia Social - CLAES
No. 12 - Julio 19, 2000
www.ambiental.net/claes

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