"La oposición a la agroecología en la ONU deja muy mal parado al Gobierno Argentino"
En plena pandemia de coronavirus, donde la destrucción de ambientes naturales y la crisis climática tienen un rol (tristemente) protagónico, el mundo entero cuestiona el modelo agroalimentario hegemónico y se plantea (incluso desde la propia FAO) la necesidad de avanzar hacia otras formas de producción. Sin embargo sectores del agronegocio enquistados en distintas esferas del Estado y sus representaciones, sostienen posiciones en defensa de intereses (mega) corporativos y a contramano del bien común, rechazando el necesario impulso a la agroecología.
"La oposición a la agroecología en la ONU deja muy mal parado al Gobierno Argentino"
– Angel Strapazzon (MNCI-VC)
La indignación con esta posición de la representación del Gobierno Argentino en el Consejo de Seguridad Alimentaria (CSA) de la ONU, en contra del fomento a la agroecología, se extiende como reguero de pólvora en todo el país. En este contexto la “Carta al gobierno para exigirle que no se oponga a la agroecología en las negociaciones del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU”, impulsada por un conjunto de organizaciones, se transformó en el catalizador de la indignación contra semejante despropósito.
De entre la diversidad de voces de rechazo, es fundamental la de las organizaciones de la agricultura familiar campesina e indígena, que se han pronunciado claramente en rechazo a la posición actual y exigiendo que sea rectificada. Las iremos publicando; aquí compartimos las reflexiones de Ángel Strapazzon, referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), y del Movimiento Nacional Campesino Indígena – Vía Campesina (MNCI-VC).
Como movimiento queremos llamar duramente la atención al presidente, al ministerio de agricultura, a la cancillería; de que ahí está pasando algo que hace mucho ruido, y deja muy mal parada a la Argentina y a su gobierno. Es una vergüenza que mientras que aquí adentro estamos fortaleciendo, acompañando, optando y eligiendo por la agroecología; allá en FAO nos oponemos junto a gobiernos que expresan los intereses de las grandes corporaciones como los Estados Unidos y sus socios.
Ante todo la agroecología no es más que alguienes. Alguienes que son agricultores familiares, agricultores campesinos, pescadores artesanales, pueblos indígenas, comunidades sin tierra, sectores que están buscando acceder a la tierra. O o sea que es persona, es protagonismo, es grupo, es comunidad la agroecología; no es un objeto abstracto de estudio. Nosotros como Vía Campesina estuvimos como delegados en FAO, y ahí desde el año 2009 sobre todo, hasta el 2015, instalamos el debate sobre la agroecología como camino a la Soberanía Alimentaria y eso fue aprobado por el CSA de los Estados del Mundo. Por supuesto con grandes resistencias de los países poderosos, pero en ese tiempo los movimientos sociales fueron acompañados por gobiernos latinoamericanos, e impulsado por los representantes del gobierno argentino y brasileño que en ese momento tenía la presidencia del CSA.
Entonces hoy en día llama con mucha fuerza la atención que la representación del gobierno argentino en FAO se oponga permanentemente a la agroecología. Está claro que estamos ante una situación, no sólo contradictoria del Gobierno Argentino, sino antagónica. Porque no puede ser que se escuche a la presidencia y a los ministerios como el de agricultura impulsar la agroecología, reconocer permanentemente que sin las comunidades y los movimientos de agricultores, campesinos, indígenas, pesca artesanal, pastores, estemos garantizando gran parte del alimento para el pueblo, y que allá la representante del Gobierno diga lo contrario.
Nosotros a su vez en estos años hemos coordinado y somos miembros de 3 grupos de trabajo en lo que denominamos Plataforma Internacional por la Soberanía Alimentaria (IPC), que es una alianza y una plataforma mundial de más de 800 organizaciones de productores y proveedores de alimentos del mundo entero, de los 5 continentes. Hemos estado coordinando grupos de trabajo de acceso a la tierra, pesca, bosques, biodiversidad, y hemos creado el grupo por la agroecología; también participamos en el grupo sobre fitogenéticos, todo lo que son semillas por ejemplo. O sea que conocemos toda esa trama, de esto que parece pequeño en un mundo tan golpeado por la propaganda de los agronegocios y las corporaciones de la alimentación. Los que garantizamos los alimentos del mundo somos sin ninguna duda la agricultura campesina del mundo, que producimos el 72% de los alimentos, y estos son datos que reconoce la propia FAO.
Yo tenía un gran amigo que fue asesinado en Burkina Faso por defender el ambiente y que estuvo un tiempo con nosotros en el MOCASE que decía que “no hay historias pequeñas, hay ojos pequeños” y yo creo que los grandes Estados del mundo (poderosos) tiene ojos pequeños, para ver que los que hacemos agroecología, esa profesión perenne, milenaria y ancestral, contemporánea, moderna y futura, revolucionaria, es la que va a eliminar el hambre en el mundo de una vez, y va a garantizar alimentos sanos cuidando el planeta, pueblos, etnias y la vida. Tengamos conciencia que somos una historia inmensa, los que nos dedicamos todos los días a la agroecología, porque tenemos ojos y corazón gigantescos.