La gran agricultura no alimenta al mundo
Se ha generado una gran controversia acerca de quién alimenta al mundo. Es de conocimiento general y aceptado, que la agricultura campesina e indígena, la pesquería artesanal y a ganaderia en pequeño dan de comer a la mayoría de las personas en el mundo.
Esto fue reconocido por la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) y muchas otras agencias internacionales. Pero ahora FAO publicó un informe afirmando que la pequeña agricultura sólo alimenta a un tercio de la población mundial. Un grupo de ONGs, incluido GRAIN, envió una carta a FAO refutando esta conclusión con base en las numerosas omisiones y falsos supuestos que contiene el informe, y reafirmando que quienes producen alimentos en pequeña escala siguen alimentando al mundo.
Si fuera cierto que las productoras y los productores de alimentos en pequeña escala alimentan a sólo un tercio de la población, entonces significaría que las grandes explotaciones agrícolas alimentan a los otros dos tercios. El argumento usado para sostener tal supuesto es que las grandes propiedades agrícolas son más productivas y eficientes que las pequeñas propiedades agrícolas. Esto es absolutamente discutible. Numerosos estudios han mostrado que campesinas y campesinos en pequeña escala no sólo son producen más por hectárea de tierra, sino que protegen de mejor manera la biodiversidad, producen alimentos más diversos y de mayor calidad nutricional, crean más empleos y mantienen más personas vinculadas a la tierra.
Pero además del debate sobre la productividad hay otro asunto que a menudo pasa inadvertido: ¿qué es lo que realmente producen las grandes explotaciones agrícolas? Las grandes explotaciones agrícolas producen materias primas agrícolas, principalmente para los mercados internacionales. Se centran en productos con los cuales pueden obtener las mayores ganancias. Esto incluye plantaciones de cultivos que las personas no comen (algodón, caucho), cultivos usados para alimentación animal y biocombustibles industriales (maíz industrial, soja), o cultivos que proveen ingredientes para alimentos altamente procesados y no saludables, como el aceite de palma, soja y azúcar. Ninguno de estos es un alimento de buena calidad nutricional.
Un interesante informe realizado por Emily Cassidy y sus colegas del Instituto del Ambiente de la Universidad de Minessota, analizó en qué se utilizan los cultivos. Concluyeron que, a nivel global, solamente 55% de las calorías provenientes de los cultivos va directamente a la alimentación de las personas, 36% va al ganado y 9% es usado para producir biocombustibles. En Estados Unidos, donde dominan las grandes explotaciones, la situación es mucho peor: sólo 27% de las calorías provenientes de los cultivos alimentan directamente a las personas y 67% al ganado. Un 40% del cultivo principal en EUA, el maíz, es para biocombustibles y se utiliza en el funcionamiento de automóviles. La mayor parte del segundo cultivo más grande, la soja, es para alimentar animales. Por el contrario, en India, donde el sector agrícola y de abastecimiento de alimentos está dominado por pequeños productores, casi el 90% de las calorías provenientes de cultivos va directamente a la alimentación de las personas.
Uno podría argumentar que las calorías que alimentaron al ganado también son una contribución a la dieta humana en la medida que comamos carne y lácteos. Pero la carne y los lácteos son una forma extremadamente ineficiente de producir alimentos. Es necesario cerca de 100 calorías provenientes de granos para producir, por ejemplo, solamente 12 calorías de pollos o 3 calorías de carne vacuna. En cualquier caso, tener en cuenta las calorías no es una forma apropiada de medir la productividad de los alimentos. Como todos sabemos, la cantidad de calorías no es necesariamente igual a la cantidad de comida saludable. Para muchas personas es lo contrario.
La publicación de Cassidy tiene una interesante propuesta: en lugar de medir rendimientos en toneladas por hectárea, debiéramos ver las personas que se alimentan con una hectárea. Ellas y sus colegas hicieron los cálculos y concluyeron que las fincas altamente “productivas” de los EUA alimentan a 5.4 personas por hectárea, casi lo mismo que en India (5.6 personas) y mucho menos que China (8.4 personas).
La división entre producción de comida vs producción de alimento animal/biocombustibles tiene un claro sesgo, en tamaño y geografía. Como lo muestra el mapa de National Geographic (abajo), la mayoría de los cultivos para alimento animal y biocombustibles se producen en áreas donde dominan las grandes explotaciones agrícolas: EUA, Europa y algunos de los grandes países exportadores de América Latina.
La mayor parte de los cultivos que se producen para comida están en África, India, partes del Sudeste de Asia y los países de América Latina de bajos ingresos —todos dominados por la pequeña agricultura.
La conclusión es clara: las grandes explotaciones agrícolas no alimentan al mundo. Alimentan al bolsillo de los inversionistas y de los comercializadores de materias primas, alimentan a automóviles y vacas, y alimentan la industria de alimentos altamente procesados y de la comida chatarra.
Fuente: GRAIN