La UE, responsable de al menos un 16% de la deforestación asociada al comercio internacional
Después de Alemania e Italia, España ocupa el tercer puesto en el ranking de países de la Unión Europea con mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a las importaciones alimentarias desde América Latina. Así lo concluye el informe «25 preguntas y respuestas sobre el Acuerdo UE-Mercosur», elaborado por el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), que deja al descubierto la realidad detrás de las promesas de desarrollo sostenible realizadas desde organismos como nuestra secretaría de Estado de Comercio o la misma Comisión Europea.
Según estimaciones de un artículo publicado en la revista One Earth, las exportaciones de materias primas a la UE están detrás de la deforestación de 120.000 hectáreas al año en los países que conforman el bloque del Mercado Común del Sur (Mercosur), con la Amazonia como víctima más mediática. Sin embargo, las consecuencias van más allá, y afectan a biomas como el Cerrado, región brasileña en la que se encuentran acuíferos y cuencas hidrográficas de vital importancia para toda Latinoamérica.
Con la pandemia aún dando coletazos, cobran relevancia las palabras de María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asegura que el 70% de los brotes epidémicos tienen alguna relación directa con la degradación de ecosistemas.
El informe de OMAL acude a diversas investigaciones para desgranar el alcance del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, con conclusiones como las que ofrece un estudio de la comisión de expertos independientes de Francia, que apunta hacia una pérdida de 700.000 hectáreas –principalmente en la mencionada Amazonia– en los seis años posteriores a la aplicación del acuerdo. En esa misma línea, el Instituto Amazónico de las Personas y el Medio Ambiente (Imazon) afirma, directamente, que las cláusulas comerciales firmadas incrementarán la deforestación, puesto que suponen una mayor demanda de productos agrícolas hacia suelo europeo.
La prohibición de aranceles y gravámenes para ciertas materias primas, junto con otros incentivos para el comercio entre ambos bloques, ampliará el volumen del suministro, pudiendo derivar en un crecimiento de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al comercio de ocho productos agrícolas, según la ONG especializada en sistemas alimentarios Grain.
Sin embargo, todo esto puede quedar invisibilizado a efectos del Pacto Verde Europeo, puesto que entre sus casi 50 medidas, solo una hace referencia a las políticas comerciales de la Unión, con un mecanismo fronterizo de sanción vinculado al carbono. Además, OMAL asegura que algunas de las ventajas facilitadas por el Acuerdo UE-Mercosur pueden convertirse en una forma de subsidio a las emisiones de CO2 que deje sin efecto ese intento de control en frontera.
El informe advierte sobre la posibilidad de que las medidas de reducción de la contaminación en los Estados europeos no sean más que una deslocalización de la misma a través de relaciones comerciales como las establecidas con los países de América Latina. Y es que entre el 26% y el 33% de las emisiones de CO2 a nivel mundial proceden de actividades relativas a los mercados internacionales.
En concreto, esta externalización tiene mucho peso en la UE, segundo importador global en términos de deforestación y emisiones ligadas a ella, con una cifra estimada ⎼por WWF⎼ de 203.000 hectáreas y 116 millones de toneladas de CO2 originadas a causa de su actividad comercial más allá de las fronteras propias, lo que representa –como mínimo– un 16% del total de la deforestación asociada al comercio internacional.
Y España no es una excepción: un artículo publicado en ICE, Revista de Economía, calculaba que prácticamente la mitad (49%) de las emisiones de CO2 generadas para satisfacer el consumo en el Estado español durante el año 2014 se produjeron en otros países.