La Cumbre sobre Biodiversidad de la ONU comienza sin que los países hayan hecho los deberes
“La inacción no es una opción”, ha señalado este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante los líderes mundiales reunidos en la Cumbre sobre Biodiversidad de las Naciones Unidas que se celebra estos días telemáticamente debido a la crisis del coronavirus. Sánchez pronunciaba esas palabras el mismo día en que el Tribunal Supremo admitiese a trámite una denuncia de Ecologistas en Acción, Greenpeace y Oxfam Intermón precisamente por la inacción del Gobierno español ante la emergencia climática.
“La sexta extinción masiva ya está aquí. Entre 2001 y 2014 se extinguieron 173 especies de vertebrados, 400 en los últimos cien años. En circunstancias normales, esa desaparición habría llevado 10.000 años“, apuntaba el mandatario ante una audiencia en la que no estaban dos de los principales líderes globales: el presidente estadounidense Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro, las caras que hoy simbolizan el negacionismo y la falta de compromiso ante la crisis climática y de biodiversidad.
Greenpeace recordaba al mundo las sonadas ausencias al colocando frente al edificio de la ONU en Nueva York dos esculturas de hielo de los dos mandatarios. La imagen de ambos derritiéndose lanzaba un mensaje claro: “Los presidentes de ambas naciones están impulsando activamente una agenda antiambiental, alimentando la crisis de la biodiversidad y amenazando los derechos de los pueblos indígenas”, apuntan desde la ONG ambientalista.
“Las administraciones de Trump y Bolsonaro son las caras de la extinción, ya que impulsan agendas radicales que están destruyendo la naturaleza, provocando el colapso de la biodiversidad y agravando la emergencia climática”, declaraba esta mañana Arlo Hemphill, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace USA. “Necesitan ser conscientes del colapso ambiental y prestar atención a lo que la ciencia está diciendo. Los líderes mundiales deben actuar de inmediato para poner fin a la deforestación, proteger al menos el 30 por ciento de nuestros océanos y poner fin a las emisiones”.
Objetivos incumplidos
La quinta edición del informe Perspectiva Mundial sobre la Biodiversidad Biológica, publicado recientemente por la Secretaría del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica, señala que no se han logrado ninguno de los objetivos del Plan Estratégico para la Biodiversidad Biológica —más conocido como Metas de Aichi—, el marco de acción autoimpuesto por la comunidad internacional en 2010, de una década de duración, para salvar la riqueza natural de la Tierra.
El documento señala que “la humanidad se encuentra ante una encrucijada con respecto al legado que deja a las generaciones futuras”, con una biodiversidad que disminuye a ritmos jamás vistos en decenas de miles de años. Como recuerdan las organizaciones ecologistas, el colapso de los ecosistemas tiene claras y conocidas causas: la agricultura insostenible, la sobrepesca, la quema de combustibles fósiles y la crisis climática, la destrucción del territorio, y otras formas extractivas de desarrollo.
La cita tiene previsto establecer nuevos objetivos globales entre los que se encuentra la protección total del 30% de la superficie oceánica, “un objetivo que los científicos consideran crítico para prevenir lo peor del colapso de los ecosistemas en los océanos y evitar un cambio climático desbocado”, indican desde Greenpeace.
Aunque las naciones del mundo han fracasado en la salvaguarda de la biodiversidad del planeta, si se analizan los 60 elementos específicos de las Metas de Aichi, siete se han logrado y 38 muestran avances. Es el caso del descenso de la tasa de deforestación, que ha disminuido un tercio en la presente década en relación con la anterior, o la ampliación de la superficie protegida del 10% al 15% entre 2000 y 2020 en el caso de la terrestre y de un 3% a un 7% en la marítima.
Fuente: Red Eco Alternativo