Insuficiencia renal, cáncer o leucemia: los mexicanos pagan con su salud décadas de abuso medioambiental

Idioma Español
País México

Mientras Audi fabrica la versión híbrida del modelo Q5 en el estado de Puebla, centro de México, los pobladores de la zona temen que la explotación de los pozos de la planta que ahí tiene la alemana conviertan sus tierras en un desierto.

En el estado de Veracruz, costa atlántica mexicana, los vecinos de Jáltipan de Morelos sienten asfixia o, directamente, la muerte cuando a la una de la tarde aún hay una neblina de vapor y gases tóxicos que salen del basurero de coque, el residuo de la refinación del petróleo.

En el municipio de La Cofradía, en el estado de Jalisco, centro de México, se ha reportado un 40% de discapacidad psíquica en la población, posiblemente derivado de los tóxicos.

Insuficiencia renal; cáncer de hígado, de riñón, de piel y de estómago; leucemia; artrosis; malformaciones al nacer, derrames cerebrales… Todas son afectaciones a la salud que la devastación ambiental de la industria en México está provocando a sus ciudadanos.

En el país azteca, el aire contaminado puede llegar a ser más letal que el crimen organizado. En 2017 se registraron 31.174 homicidios en el país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía del país. En ese mismo año, 48.100 muertes fueron asociadas a la contaminación del aire, según el reporte Estado Global del Aire, del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud, de la Universidad de Washington.

Parte de este ecocidio lo testimoniaron observadores internacionales y científicos que participaron en el Toxi Tour México, entre el 2 y el 11 de diciembre, convocado por la organización Asamblea Nacional de Afectados Ambientales del país, entre otras. Varios de ellos declararon estar literalmente en “shock”.

“Este viaje me ha abierto los ojos”, dijo una de las invitadas, la senadora del estado de Minesota (Estados Unidos) Patricia Torres Ray. “Entendí por qué muchos de nuestros hermanos mexicanos están dispuestos a arriesgar sus vidas para cruzar la frontera sur de los Estados Unidos”, añadió, una vez finalizado este tour por seis de las regiones más abusadas ambientalmente de México.

“Tenemos que exigir a nuestras compañías que están internacionalizadas que cumplan con los más altos estándares ambientales”, afirmaba el diputado de EHBildu Mikel Otero, también invitado. “Empresas vascas conocidas y no tan conocidas están siendo ayudadas por nuestros gobiernos económica, fiscal y diplomáticamente”, añadía.

La situación es tal que los integrantes de esta caravana por el medio ambiente se reunieron estos días con el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) mexicano, Víctor Manuel Toledo, para pedirle que se declaren esas seis regiones en situación de emergencia ambiental.

“Ofrezco llevar todo esto al presidente de la República”, se comprometía el secretario. “El tema legal no es nada fácil. Tenemos la declaración ecológica, porque no existe la figura de emergencia ambiental”, añadía, a pesar de que en la sala había integrantes de colectivos que llevan años pidiendo una declaración así. Este jueves, el secretario presentó los seis casos en la conferencia de prensa matutina que cada día da el presidente López Obrador.

Toledo explicó a los activistas, científicos y políticos presentes en la reunión que si bien el gobierno que preside Andrés Manuel López Obrador es declaradamente antineoliberal, va llevar un tiempo derruir lo que se erigió durante 30 años de políticas neoliberales.

Los presupuestos generales de la federación para el año que entra poco van a contribuir a acelerar las cosas. La misma Semarnat hizo público un comunicado denunciando que desde hacía años se les iban recortando los recursos públicos, hasta el punto que en 2020 solo una milésima parte (0,1%) del PIB del país se destinará al cuidado del medio ambiente, según afirmaron organizaciones que suscribieron la queja del secretario Toledo.

Tratados de libre comercio, libre de restricciones

“Una declaratoria de emergencia ambiental conlleva la parálisis de una cantidad de inversiones importantísimas en la región, y es algo que no se puede permitir”. Esta fue la respuesta del secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales entre 2006 y 2012, Juan Rafael Elvira Quesada, a la petición de declarar la emergencia ambiental en la zona del río Santiago, en el estado de Jalisco, según parafraseaba uno de los activistas que hizo el reclamo, Alan Carmona.

Las espumosas aguas del río Santiago lo han convertido en un de los más contaminados del país. Su corriente es destino final de los residuos de más de 300 industrias en el corredor industrial Ocotlán-El Salto, uno de los más importantes del país.

Ahí hay metalmecánica y metalúrgica, químico-farmacéutica, electrónica, automotriz y de alimentos y bebidas. Hasta 1.090 sustancias tóxicas se han identificado en las aguas del río Santiago, en un estudio del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Los integrantes de la caravana del Toxi Tour coincidieron en apuntar a la desregulación que han impuesto los tratados de libre comercio que México ha suscrito en las últimas décadas.

México es uno de los países con más tratados comerciales con el mundo. El ser el nexo de unión entre América del norte y del sur, y del océano Atlántico y del Pacífico, hace que el país sea una plataforma de importación y exportación estratégica, con acuerdos de libre comercio suscritos con la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, y países de la cuenca del Pacífico, entre otros.

“Los tratados de libre comercio se basaron en ofrecer como ventaja comparativa la mano de obra (barata) y la desregulación ambiental. En el caso de México, se convirtió en un paraíso industrial”, afirma el fundador de la organización Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, Andrés Barreda.

El también investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) puso énfasis en la necesidad de empezar a crear una cultura protectora del medio ambiente en el país.

“Si ahora la secretaría de Salud nos dijera que va a empezar a enviar médicos a esas regiones, no serviría de nada. No hay ninguna universidad de México, con excepción de la de Nuevo León, en que la carrera de medicina tenga la especialidad de toxicología”, afirmaba. “Es un escándalo”, concluía Barreda.

Fuente: Público 

Temas: Agrotóxicos, Corporaciones

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