Implicancias de las negociaciones en el ámbito de la OMC

Idioma Español

Informe en oportunidad de la 6º Conferencia Ministerial de la OMC Hong Kong, del 13 al 18 de diciembre de 2005: "Estamos ante un nuevo desafío que debemos asumir, al tiempo de considerar propuestas alternativas que no tengan como epicentro una integración basada en el libre comercio, los intereses del capital concentrado, la depredación de nuestros recursos naturales y el avasallamiento de los derechos de los pueblos"

Javier Echaide, enviado a Hong Kong por la Autoconvocatoria No al ALCA (capítulo argentino de la Alianza Social Continental) y miembro de ATTAC-Argentina

Introducción

Para entender las implicancias de las actuales negociaciones en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio ( OMC) y las consecuencias de la última reunión de ministros de comercio de los países miembros que se hizo en Hong Kong, es necesario hacer una recapitulación, aunque sea muy breve, sobre el proceso en el que viene el sistema multilateral de comercio.

La OMC nació en 1995, en pleno auge de las políticas neoliberales a nivel mundial. Recordemos que en 1994 se iniciaban las Cumbres de las Américas organizadas por la OEA, pero llamadas por EEUU para lanzar su propuesta de establecer el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) como integración hemisférica. Pero también es en 1994 cuando entra en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA), cuyas negociaciones habían empezado tan sólo dos años antes, y que despertó el levantamiento de los zapatistas en México.

No obstante a que es una institución de corta vida, la OMC es heredera directa del GATT, un sistema de regulación y disminución progresiva de aranceles para el comercio internacional nacido en 1945.

El objetivo de la OMC es de servir como foro de negociaciones comerciales para la liberalización progresiva del comercio internacional. Esto quiere decir que la OMC no es un acuerdo, sino un conjunto de acuerdos, un sistema de alta complejidad técnica, en donde cada tema [1] se negocia por separado, y que siempre va en avanzada y nunca en retroceso. Por eso es progresivo. Sus negociaciones siempre buscan elevar los compromisos asumidos por los países en cada reunión y en favor del libre comercio. Obedece, por ende, a los mismos principios ideológicos que en los tratados bilaterales de libre comercio (TLC) o regionales (como el ALCA), como por ejemplo las cláusulas de trato nacional de mercancías, el trato a la nación más favorecida, el acceso a mercados, etc. Todos estos principios están también dentro del ALCA y es otra forma que asume el libre comercio pero con más cantidad de actores a nivel global (no sólo esta EEUU, sino también la UE, China, India, Sudáfrica y Japón entre los 150 países que son miembros).

Pero también la intención de la OMC es de convertir en términos de mercancía a cosas que aún no están dentro del mundo del comercio, como lo son la educación y la salud, el agua potable, etc.

De Seattle a Cancún

El proceso de liberalización de la OMC tuvo un duro golpe en Seattle en 1999, durante una de las Conferencias Ministeriales (reuniones de ministros de comercio) en la que se pretendía lanzar la “Ronda del Milenio” con intención de profundizar aun más el proceso de liberalización. La reunión fracasó tanto por las contradicciones internas de la institución, como por las masivas movilizaciones que se realizaron en contra de la OMC en las calles de esa ciudad estadounidense.

Ello derivó a que las negociaciones se pospusieran al año 2001 y se llevaran a un lejano país en medio de la península arábiga: a Doha, capital de Qatar, un país gobernado por un régimen monárquico fuertemente represor; factores que impidieron organizar una fuerte resistencia a dicha reunión. No es casual entonces que la reunión de 2001 (que fue previa a los atentados del 11 de septiembre) resultara exitosa para las negociaciones y que se lograse lanzar desde allí un fuerte programa de liberalización comercial bajo el eufemístico nombre de “ Ronda para el Desarrollo”.

Esta es la ronda de negociaciones que se desarrollan en la actualidad: la agenda de Doha para el “desarrollo”...

No obstante, en la Ministerial siguiente de 2003, la OMC sufrió un nuevo embate en Cancún que socavó las bases de legitimidad de la institución. Allí se dieron sita los movimientos sociales de todo el mundo, ONGs, organizaciones sindicales, religiosas, campesinas, de la más diversa índole para expresarse en contra de las pretensiones de la OMC de mercantilizar la vida. Fue entonces que se acuño la frase de “ descarrilar la OMC”. Nuevamente las contradicciones internas se produjeron junto con las grande movilizaciones en el exterior, lo que condujo a que no se arribara a un acuerdo, ni una declaración final, ni una plan de acción o agenda de trabajo para el futuro. Dentro de las negociaciones se formaron dos coaliciones de países: en materia de agricultura, el “Grupo de los 20” o G-20 entre los países en desarrollo agroexportadores, y el G-90 entre los países menos adelantados para los temas de acceso a los mercados. La formación de estos grupos balanceó las negociaciones, fuertemente conducidas hasta entonces por EEUU, la UE y los demás países del G-7 (todos ellos desarrollados y los más ricos del mundo). Las protestas se hicieron sentir, especialmente desde los sectores campesinos, debiendo recordar la inmolación de un campesino surcoreano frente a las puertas donde se realizaba la Ministerial.

El éxito en las movilizaciones fue tal que muchos analistas entendidos coinciden en que la OMC no podría sobrevivir a un nuevo fracaso como en Cancún...

A partir de Cancún, las negociaciones sufren un período de estancamiento que coincide también con el estancamiento de las negociaciones en el ALCA. Tengamos en cuenta que la Ministerial de Cancún se hizo meses antes de que organizáramos las 1ras Jornadas de Consulta Popular en nuestro país contra el ALCA, la deuda y la militarización, y que sería la segunda Consulta más importante del continente siguiendo la realizada en Brasil.

¿Cómo se llega a Hong Kong?

El actual Director General en la OMC, Pascal Lamy (francés, conservador, ex Comisario de la UE, y fuerte enemigo de procesos de integración regionales dentro de los países en vías de desarrollo, como el MERCOSUR) impulsa a mitad de año varias tareas:

1) Auspicia la formación de un pequeño grupo de países con la intención de no repetir el fracaso de Cancún y de consensuar las bases necesarias de antemano a la Asamblea Plenaria de la Ministerial, que sería en Hong Kong, para ver cómo “destrabar” las negociaciones. Se forma el núcleo de “ 5 partes interesadas” compuesto por EEUU, la UE, Australia, India y Brasil (estos dos últimos miembros del G-20).

2) Envía también una serie de preguntas a los ministros de comercio de los países miembros para intentar identificar los puntos débiles en las argumentaciones que estancaron las negociaciones, y propiciar un nuevo acuerdo en Hong Kong. Estas preguntas fueron criticadas por numerosas organizaciones sociales a nivel internacional como capciosas...

3) Responde a una carta abierta firmada por ONGs y organizaciones sociales (en donde criticaron fuertemente las negociaciones en materia de servicios) a las que las tildó de “desconocer” los fundamentos del acuerdo de servicios y de malinterpretar las negociaciones. Con ello descalificó las opiniones de la organizaciones sociales e ignoró sus reclamos, algo que no sucede por primera vez dentro de la OMC...

4) Redacta un borrador de acuerdo para ser firmado en Hong Kong. Este borrador posee dos versiones (una en julio, y otra “corregida” en noviembre) y anexa tres capítulos que serían los temas clave para las negociaciones en la Ministerial de Hong Kong: agricultura (Anexo A), acceso a mercados no agrícolas -AMNA o NAMA en inglés- (Anexo B) y servicios (Anexo C).

“Ningún trato es mejor que un mal trato”

Generalmente las Conferencias Ministeriales suelen iniciarse con un alto nivel de acuerdo arribado previamente. La Ministerial de Hong Kong comenzó sus sesiones el día 13 de diciembre de 2005 sin ningún acuerdo previo, lo cual podía hacer peligrar nuevamente la reunión como en Cancún. De hecho, las principales pretensiones de los países desarrollados era de avanzar en materia de servicios (firmar el Anexo C) y los países en desarrollo pretendían discutir los subsidios agrícolas garantizados por el borrador del Anexo A.

Mientras tanto, las organizaciones sociales y ONGs autoconvocadas en Hong Kong, tras analizar los aspectos incorporados al borrador de acuerdo y haciendo seguimiento de las negociaciones de la OMC, se manifestaban públicamente diciendo que “ Ningún trato es mejor que un mal trato” ( No deal is better than a bad deal, en inglés) y al grito de “ Abajo la OMC” ( Kong yee say mao, en chino cantonés).

Hasta último momento, delegaciones como las de Sudáfrica, Venezuela, Cuba, Filipinas, Indonesia, Kenya; y en una menor medida los países del Caribe (CARICOM), Benín, Malawi o Uganda declaraban la imposibilidad de arribar a un acuerdo en los términos en que se estaban planteando las negociaciones. El riesgo de “descarrilar la OMC” nuevamente como Cancún estaba presente, y la institución no podría afrontar un nuevo fracaso... Es por eso que la dirección de la OMC haya avanzado tan fuerte para lograr la meta de arribar a un acuerdo en esta Ministerial.

Generalmente en una Conferencia Ministerial suceden reuniones plenarias al final de cada día y un sinnúmero de reuniones bilaterales o plurilaterales entre países. Este es el funcionamiento normal. Pero paralelamente se dan un tipo de “reuniones chicas” llamadas “reuniones del salón verde” ( green rooms). Estos green rooms son reuniones secretas, a puertas cerradas, en donde nunca se conocen sus discusiones, y donde suelen producirse presiones y sellarse tratos no muy claros. Los green rooms se hacen entre los países desarrollados con algún país en desarrollo invitado como “interesado” en el tema a tratar.

La ministerial de Hong Kong sesionó con solamente tres reuniones plenarias (de las cuales una fue la de apertura y otra la de cierre de la Ministerial) y con green rooms todas las noches (las últimas dos durante la noche completa), lo cual demostró el alto grado de presión que los países del G-7 realizaron y el poco grado de consenso que tenía el borrador.

Hubo 4 movilizaciones populares (el 11, el 13, el 17 y el 18 de diciembre) que convocaron a alrededor de 10.000 personas; y diversas actividades que se desarrollaron en el parque central de Hong Kong (el Victoria Park), entre las que pudimos dar experiencia de la campaña en Argentina contra el ALCA, la deuda, la militarización y la pobreza, y pudimos hacer referencia a la Cumbre de los Pueblos que organizamos en Mar del Plata en forma relacionada con lo que ocurría en Hong Kong.

En la noche del día 17/12 se llamó a un green room con la clara intención de llegar a un acuerdo definitivo para firmar al día siguiente en la clausura de la Ministerial. Frente a dicha reunión secreta, los movimientos sociales nos convocamos a una movilización que fue impedida por las fuerzas policiales locales y que desató incidentes que fueron aplacados con gases lacrimógenos, “gas pimienta” y bastonazos. La represión policial tuvo como resultado unas 70 personas heridas y 900 detenidos, entre los que se encontraron 800 miembros de la delegación coreana de la Vía Campesina.

Un acuerdo a espaldas de los pueblos

Sin importar la batalla que se daba en las calles, las delegaciones oficiales de los gobiernos arribaron finalmente a un “acuerdo de mínima” que fue presentado por la OMC como “ que devuelve la ronda a su cauce después de un período de hibernación” [2] ...

El acuerdo incluso fue arribado sin consultar no solamente a las organizaciones que se manifestaban o que estaban inscriptas dentro del “espacio para la sociedad civil” de la OMC, sino también sin consultar a la enorme mayoría de los países menos adelantados y del G-90, que fueron considerados como si fuera uno solo, al tiempo que los países del G-7 eran representados de manera individual. Esto constituye en un nuevo escándalo que no hace mas que manifestar lo poco que tiene la OMC del “funcionamiento democrático” que augura en sus documentos oficiales y su página en internet [3] .

El acuerdo de Hong Kong consistió en:

Agricultura: se arribó a una promesa de los países desarrollados en eliminar los subsidios agrícolas a la exportación para el año 2013, es decir recién para dentro de 8 años. Los países del G-20 pretendían que fuera mucho antes, pero Brasil accedió al piso ofrecido por EEUU, en un principio para el 2010. Esto despertó una fuerte crítica de la UE, ya que rompía los compromisos internos asumidos dentro de la Política Agraria Común (PAC) que fijaba un límite para el 2013. Finalmente se puso a esa fecha como la fecha del “acuerdo”. Esta promesa está sujeta a condiciones puestas por los propios países desarrollados y aunque ha sido anunciada con fanfarrias por la OMC, solamente supone el 3.5% del gasto total de las ayudas internas en agricultura de la UE u otros países desarrollados. No hay ni la más mera crítica al sistema de subsidios permitidos por la OMC (el sistema de “cajas”) ni las dudosas prácticas que viene haciendo la UE y otros países desarrollados con dicho sistema. Tampoco se tocaron los subsidios internos que provocan dumping en los países subdesarrollados por parte de las multinacionales. Se acordó que las negociaciones continuarán el 30 de abril de 2006 en Ginebra.

Algodón: El tema de la producción del algodón fue abordado específicamente y se acordó la eliminación de todos los subsidios a la exportación para fines del 2006. Sin embargo, este “sacrificio” como fue que se presentó por parte de EEUU, solamente representa un 10% de su gasto total en ayuda interna.

NAMA: Con el acceso a mercados no agrícolas, no hubo demasiados avances para los países en desarrollo, que pretendían conservar sus niveles de acuerdo frente a los recortes que pretendían los países desarrollados. Se definieron mecanismos técnicos pero sin determinar su implementación, por lo que se encomendó profundizar las bases a las que se llegaron en Hong Kong para la reunión de Ginebra del 30 de abril de 2006.

Servicios: Junto con la declaración se firmó el Anexo C, tan criticado por las organizaciones sociales. Se eliminan o se reducen sustancialmente las exenciones del trato de la nación más favorecida (NMF) y se aceleran las reducciones restantes en ese ítem, aunque sin determinar mayores precisiones en este punto. Pero se acordaron plazos para la presentación de listas de ofertas de servicios para liberalizar, cuya fecha final es del 31 de octubre de 2006. El borrador que se firmó en las negociaciones, se efectuó a discreción del Consejo de Comercio en Servicios de la OMC y sin ninguna consulta previa a los países miembros -mucho menos de organizaciones sociales-, y debía requerir del consenso de los 150 países miembros para quitar o modificar algún párrafo. Inclusive los plazos u objetivos a alcanzar han sido rechazados públicamente por muchas delegaciones, lo que originó que muchas delegaciones solicitaran que esos temas fuesen quitado o mínimamente figurasen entre corchetes. Nada de eso se consideró. El borrador se presentó como algo previamente acordado. También se retiró la declaración que los países en desarrollo habían dado de un nuevo párrafo sobre los principios que debería reforzar la actual arquitectura del acuerdo de servicios (el AGCS) -que avanza en la liberalización de la educación, la salud y el agua potable-. Esto fue argumentado como elementos de carácter excluyente a los intereses de los países no desarrollados y de una falta de transparencia en sus métodos.

Propiedad Intelectual: Se estableció un sistema de notificaciones y registro de indicaciones geográficas para vinos y bebidas espirituosas (casos como el del Champagne, cuyo nombre proviene de una región de Francia), aunque las negociaciones sobre este punto y sobre el general del tema de propiedad intelectual no pudo terminarse, por lo que se seguirá en los plazos establecidos en la Ministerial de Doha.

El “Paquete para el Desarrollo”: Para poder arribar al acuerdo, se ofreció a los países subdesarrollados un “paquete para el desarrollo” ( development package) en el marco de la denominada “Ronda para el Desarrollo” de Doha. Sin embargo, este “paquete” estaría compuesto por partidas de dinero en efectivo -denominada “ayuda por comercio” ( aid for trade)- afectado para la compra de computadoras e infraestructura para el comercio y la exportación y no para el desarrollo productivo de los países del Tercer Mundo; o también por partidas en forma de nuevos préstamos que los países subdesarrollados deberían contraer. Esto último podría significar una reformulación de los mecanismos de endeudamiento externo en precisos momentos en que se anuncian pagos definitivos al FMI para cancelar deuda externa... No obstante, estas ofertas fueron hechas cuando nadie dentro de los países oferentes (la UE principalmente) sabe de dónde saldrá el dinero y quién será el responsable en pagarlo.

En el plenario de cierre, Venezuela y Cuba fueron los únicos dos países que expresaron formalmente sus reservas sobre los anexos referente a NAMA y servicios; aunque por los mecanismos técnicos ello no pudo quebrar el consenso requerido para que resultara la declaración ministerial.

Sin duda el acuerdo vuelve a poner a la OMC sobre sus rieles, pero no resultó suficiente para llegar a lo pretendido por el G-7. Aún persisten las contradicciones internas que pueblan tanto la OMC como otros ámbitos de negociación -como el ALCA- por lo que la estrategia tanto norteamericana como ahora europea, es de avanzar en sus objetivos de libre comercio subiendo los pisos de la OMC, dentro de las negociaciones como firmando acuerdos bilaterales (TLC Chile-EEUU, y el recientemente firmado TLC Perú-EEUU, negociación TLC EEUU-CAN) o regionales (CAFTA, TLC UE-México, y la negociación del TLC UE-MERCOSUR) que hagan elevar el piso de manera “natural”. Pero lo que no se logró fue mantener el descarrilamiento logrado en Cancún. No obstante eso, está claro que los consensos arribados han sido por debajo del nivel esperado. Por eso es que se autoriza a “cerrar los detalles” a la reunión que habrá el 30 de abril en la sede de la OMC, en Ginebra; y es también por estas razones que hayan declaraciones de expertos que demuestran el alto grado de cuestionamientos que tiene la institución al decir que “ lo mejor de la OMC es que no fracasó”...

Es evidente que el acuerdo de Hong Kong, si bien no resultó suficiente para las expectativas más liberalizadoras, posee un fuerte contenido simbólico al eludir el fracaso de Cancún. Con este acuerdo de base, la OMC se presenta ahora como “de vuelta al ruedo”, aplazando para definir el 30 de abril de 2006 las discusiones en detalle de lo acordado. Debe tenerse en cuenta que la “Ronda de Doha” debe cerrarse antes del 2007, fecha en que vence la autorización que el Congreso Norteamericano le ha dado a George W. Bush para negociar sin consultas tratados de comercio internacionales ( fast track). En consecuencia, se espera que el 2006 sea un año intensivo de trabajo para los ámbitos de negociación.

A nivel internacional son muchas las organizaciones sociales convocadas en contra de la OMC, los TLCs y el libre comercio, pero resalta la falencia de América Latina en manejar y militar estos temas. La Alianza Social Continental y la Campaña Continental contra el ALCA han tomado nota de esta falencia. Estamos ante un nuevo desafío que debemos asumir, al tiempo de considerar propuestas alternativas que no tengan como epicentro una integración basada en el libre comercio, los intereses del capital concentrado, la depredación de nuestros recursos naturales y el avasallamiento de los derechos de los pueblos.

Atentamente,

Javier Echaide
Integrante de ATTAC-Argentina y de la Autoconvocatoria No al ALCA (Capítulo Argentino de la ASC) Enviado argentino a Hong Kong

[1] Dentro de los temas en negociación se desatacan no solamente cuestiones arancelarias (que venían negociándose dentro del GATT), sino que con la OMC se han agregado: servicios, inversiones, agricultura, propiedad intelectual, acceso a mercados, solución de controversias, textiles, etc. Muchos de estos temas coinciden con los capítulos de los borradores del ALCA.
[2] Declaraciones del Director General de la OMC, Pascal Lamy, al finalizar la Ministerial de Hong Kong.
[3] www.wto.org

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