Impenetrable chaqueño: comunidades qom rechazan el acuerdo porcino con China
Megagranjas porcinas, desmonte para sembrar y abastecerlas, plantaciones de banana y mango son algunas de las propuestas que impulsa el gobierno de Chaco, con complicidad de autoridades locales. Sin cumplir con el proceso de consulta previa y los estudios de impacto ambiental. La comunidad Qom Meguesoxoche proponen un proyecto productivo sustentable con el monte, pero temen ser sacados por la fuerza.
“Liberación del territorio. 140 mil hectáreas, propiedad Qom Meguesoxoche.” La pancarta sintetiza el reclamo de las 36 comunidades qom que rechazan el acuerdo porcino con China. Habitan el territorio comunitario ubicado en la localidad de El Espinillo, en el Impenetrable chaqueño. Les pertenece de manera ancestral y por título, pero denuncian que eso puede estar en peligro por el acuerdo que firmó el gobierno de Jorge Capitanich con la firma Feng Tian Food para instalar megagranjas porcinas, entre otros proyectos. “No queremos que vengan los chinos al territorio de los Qom. No hubo consulta previa, no hay respeto por nuestra cultura. Este es un territorio virgen, que bastante lucha nos llevó preservarlo. No queremos que vengan con las granjas por 20 años, ¿para qué? ¿Qué va a quedar para mis hijos, mis sobrinos, mis nietos?”, pregunta Ercilia Celin dirigenta qom de El Algarrobal.
Las preguntas que lanza Ercilia no obtuvieron respuesta luego de una semana de cortes que las comunidades originarias junto a los habitantes criollos de El Espinillo realizaron en varios puntos de la localidad: en el puente La Sirena y en los ingresos al pueblo en la zona conocida por el interflujo de los ríos Teuco y Bermejito. Una semana permanecieron a la espera de respuestas del gobierno provincial, pero también del intendente local y presidente de la Asociación Civil Meguesoxoche, Zenón Cuellar, representante legal de las comunidades e impulsor del acuerdo que sus representados rechazan y al que responden pidiendo un proyecto productivo sustentable para preservar el monte.
“Hablan que van a traer dinero, pero no se especifica el convenio que van a firmar. El pueblo de Espinillo lo está repudiando. Él está incumpliendo legalmente con el derecho a consulta previa y cuando se le pregunta por el impacto ambiental no sabe qué responder. Es solo por ambición, plata y poder”, lamenta Félix Medina, dirigente qom de Pozo del Rancho sobre el rol que está cumpliendo Cuellar, elegido por las comunidades de El Espinillo en 2019.
Hasta el momento lo que las comunidades saben sobre el acuerdo para que las empresas chinas lleguen con sus capitales al Impenetrable es a través de los medios de comunicación locales y por contactos individuales con algunos integrantes de las comunidades, sobre todo a los más ancianos. No se cumplió con la consulta previa, libre e informada que ordena el Convenio 169 de la OIT ni con el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), presente en la Constitución y reconocido en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
El convenio nunca fue traducido ni se presenta con intérpretes para quienes a penas hablan español, denuncian. Las megagranjas porcinas son parte del acuerdo oficial anunciado, pero también se habla de plantaciones de banana, mango y desmonte para sembrar el cereal que consumirán las megafactorías.
En octubre del año pasado, cuando el acuerdo porcino impulsado por el gobierno nacional tuvo que quedar congelado ante la contundente reacción social bajo el lema “Basta de falsas soluciones”, Capitanich abrió la nueva estrategia de desembarco para esos capitales chinos, acuerdos provinciales. El de Chaco fue con la empresa Feng Tian Food, una intermediaria de reciente creación integrada por el ex secretario de Agricultura del kirchnerismo, Lorenzo Basso.
Lo que se conoció de ese convenio fue el proyecto de instalar tres plantas, con cinco granjas de producción porcina cada una, para alcanzar un total de 12.000 madres. El argumento “sostenible” indica que no se trata de megafactorías de 100 mil madres. Los estudios a nivel internacional muestran los impactos generados en la salud y el ambiente por el nivel de desechos, la gran cantidad de agua utilizada, los gases liberados y los cócteles de químicos aplicados a los animales, que generan resistencia bacteriana.
La organización de las comunidades de El Espinillo coincidió con declaraciones del embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, que confío en el avance del acuerdo porcino con China. “Las comunidades vivimos en el monte con un aire puro de nuestra masa boscosa que beneficia hasta la Ciudad de Buenos Aires”, responde Félix desde El Espinillo y Ercilia completa: “La sequía nos afectó y estamos mezquinando el agua, pero tenemos los ríos para abastecernos. Cuando vengan los chinos van a contaminarlos”.
“Los acuerdos comerciales con China en territorio chaqueño generan una profunda preocupación porque sea producción porcina, sea mango, sea soja o banana implican el avance sobre el monte nativo, sobre las personas que trabajan y habitan en él”, advierte Carla Colombo, integrante de la organización Somos Monte, que acompaña a las comunidades. “En Chaco, los funcionarios y funcionarias dicen estar trabajando por un Chaco sustentable e inclusivo, pero la realidad es que nadie encara la situación socioambiental de raíz”, lamenta.
“Esto es tierra comunitaria”
“Somos 36 comunidades y esto es tierra comunitaria”, reafirma Ercilia buscando explicación al silencio ante los reclamos por parte de Cuellar, pero también del titular del Instituto de Aborígen Chaqueño, Orlando Charole. Las diferencias llegaron al punto de que el vicepresidente de la Asociación Civil Meguesoxoche, Enrique Ramírez, fue expulsado por oponerse al avance del acuerdo y se abrió una demanda judicial contra quienes conservan la representación legal de las comunidades.
“Estamos en asamblea permanente porque la llegada de las empresas chinas es una amenaza para nuestra comunidad y nuestros hijos. Son empresas, tienen otra cultura que desconocemos”, advierte Medina sobre la continuidad de la organización tras levantar, por el momento, la modalidad de los cortes de ruta y explica que las reuniones continúan paraje por paraje, monte adentro.
Félix señala que se recorre cada paraje de las 140 mil hectáreas que conforman el territorio comunitario Qom-Meguesoxoche y precisa que también hay otras 10 mil hectáreas en las que viven comunidades con título individuales de 50 o 100 hectáreas sobre las que ya se está avanzando para conseguir firmas de convenios.
“A algunos ancianos los hicieron firmar sin conocer el convenio, cuando no saben ni leer ni escribir”, lamenta Félix y denuncia: “Cuellar contrato más policía para que circule dentro del territorio. Dentro de 15 o 20 días vamos a estar custodiados.Tenemos miedo que nos vayan a sacar por la fuerza. No nos queda más que estar en asamblea permanente y seguir luchando”.
Defensa del monte con un proyecto productivo sustentable
En las hectáreas pertenecientes al Pueblo Qom, las comunidades crían ganado menor y mayor, realizan apicultura y producen sandía y zapallo, entre otros actividades de autoabastecimiento. “El gobierno tiene que acompañar a los pequeños productores. Para ampliar la producción campesina, para que los mismos pobladores de la comunidad ocupen el territorio, no que vengan los chinos a instalar sus granjas, pero para su beneficio”, propone Ercilia esperando que algún funcionario escuche.
Desde Pozo del Rancho, Félix completa: “Si el gobierno quiere podemos hacer un proyecto sustentable dentro del territorio: tenemos materia prima, campo vírgen. Pero hagamos proyectos sustentables, ¿porque vamos a dejar entrar a los chinos que tienen otra cultura y van a contaminar los ríos Teuco y Bermejito”.
El pedido de difusión del conflicto vuelve a conectarse con las movilizaciones de mediados del año pasado que reclamaban: “basta de falsas soluciones” frente a la Casa Rosada. “Solicitamos a los medios y a las organizaciones ambientalistas que lo hagan visible: van a entrar por Chaco y no sabemos dónde van a terminar”, alerta Félix.
“En Chaco, los funcionarios y funcionarias dicen estar trabajando por un Chaco sustentable e inclusivo, pero la realidad es que nadie encara la situación socioambiental de raíz”, advierte la integrante de Somos Monte e insiste en el reclamo de las 36 comunidades del Espinillo: “Seguimos reclamando la consulta previa e informada a las comunidades y los estudios de impacto ambiental, en colaboración con las comunidades implicadas, para analizar la incidencia social, cultural y espiritual de lo que se pretende realizar en estos territorios. No pueden seguir avanzando de manera arbitraria y autoritaria porque las comunidades ya no creen en estas falsas soluciones”.
Fuente: Agencia Tierra Viva