Hidrovía Paraná-Paraguay: Respuesta a Declaraciones del Dr. Lacalle

Como organización de ecología-social miembro de la Coalición Regional Ríos Vivos que ha cuestionado fuertemente el proyecto Hidrovía Paraná-Paraguay, consideramos necesario responder públicamente a las insultantes declaraciones del Dr. Lacalle.

 

La Coalición Ríos Vivos está integrada por grupos ambientalistas, técnicos, pueblos indígenas, pescadores artesanales y numerosas organizaciones no gubernamentales de Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay. Ríos Vivos no se opone al uso del Paraná y el Paraguay como vías de navegación, tal cual se ha hecho desde tiempos remotos. Rechaza y se opone a cualquier intervención estructural sobre los ríos, que altere su naturaleza y suponga una transformación ecológica y socialmente negativa. Este cuestionamiento estuvo siempre basado en estudios independientes que manifestaron que las obras de ingeniería previstas afectarían no sólo el Pantanal (ecosistema rico en biodiversidad que juega un rol fundamental en la regulación del ciclo hidrológico), sino también el ciclo hidrológico de la cuenca en su conjunto y a los recursos naturales que permiten la sobrevivencia de muchas poblaciones ribereñas. En ese sentido Rios Vivos siempre planteó lo que hoy afirma el delegado del gobierno brasileño, Ministro Pedro Fernando Bretas Bastos, referente a que "los barcos deben adaptarse a los ríos y no los ríos a los barcos".

Sorprenden las declaraciones del Dr. Lacalle porque una de las empresas impulsoras del proyecto es la Cargill Inc., corporación estadounidense dedicada al comercio de granos. Sin dudas los ecologistas siempre hemos luchado por un desarrollo propio, autónomo, que responda a las necesidades de nuestros pueblos a partir de un gestión sustentable de los bienes de la naturaleza. No así los gobiernos de nuestro país, que una y otra vez han estado al servicio de intereses externos, como sucedió en el Gobierno del Doctor Lacalle cuando intentó imponer las privatizaciones, como sucedió cuando Uruguay se sumó al grupo de Miami liderado por EE.UU. durante las negociaciones del Protocolo de Bioseguridad (Protocolo de Naciones Unidas para controlar el comercio de transgénicos, al que el gobierno uruguayo se oponía), ó como sucede hoy en da cuando el gobierno está dispuesto a vender nuestro patrimonio para ingresar al ALCA.

Lo que no sorprende es que el Dr. Lacalle se ensañe con los ecologistas, quiénes impidieron que durante su gobierno se aprobara el convenio nuclear con Canadá, que pretendía abrir las puertas a una tecnología sumamente cuestionada por sus impactos ambientales irreversibles. Pero no sólo la oposición al proyecto nuclear de Lacalle marcó la historia del movimiento ambientalista en nuestro país, sino también la oposición a su proyecto de convertir nuestro país en una gran plantación de monocultivos forestales que transformarían nuestros ecosistemas naturales de pradera y amenazarían la actividad agropecuaria, la riqueza de nuestros suelos, la biodiversidad y el ciclo hidrológico.

Dr. Lacalle, ya no es tan fácil convencer a los/as uruguayos/as de que los ecologistas nos preocupamos por los animalitos y de que respondemos a intereses que vienen de afuera (hoy se nos acusa de estar al servicio de EE.UU., otras veces de estar al servicio de Europa), ya que a lo largo de nuestra historia hemos demostrado estar profundamente comprometidos con el futuro de nuestro país, lo que implica la gestión sustentable de los recursos naturales base de los procesos productivos y priorizar la calidad de vida de nuestra gente.

REDES Amigos de la Tierra
República del Uruguay.

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