Greenpeace denuncia la venta ilegal de arroz transgénico en China
La organización ecologista Greenpeace denunció el 11 de mayo, la venta ilegal de arroz transgénico, prohibido en China, en supermercados urbanos del país, así como otros alimentos modificados genéticamente no identificados en las etiquetas.
En un comunicado, Greenpeace reclamó al Ministerio de Agricultura chino que retire del mercado aquellos alimentos que contengan ingredientes modificados genéticamente de forma ilegal y que investigue su procedencia.
Asimismo, los ecologistas pidieron al Ministerio de Agricultura una mayor transparencia en lo relacionado con los alimentos transgénicos y le instaron a que desarrolle las regulaciones sobre esta materia.
Como resultado de una investigación realizada en supermercados de Pekín, Shanghái y Cantón entre enero y marzo, Greenpeace seleccionó productos con arroz, soja y maíz vendidos en esos establecimientos y los llevó a un laboratorio independiente para que fueran examinados.
Los resultados de esas pruebas mostraron que se estaba vendiendo arroz modificado genéticamente, señaló Greenpeace.
En China, además de su venta, es ilegal el cultivo de arroz transgénico, a diferencia de la soja o el maíz.
Por otra parte, en 14 de los 43 productos analizados, casi un tercio, se hallaron trazas de transgénicos de las que no se informaba en la etiqueta, denunció el grupo ecologista.
Greenpeace ha abierto tres procesos judiciales contra el Ministerio de Agricultura chino en los últimos seis meses solicitando una mayor información sobre los cultivos transgénicos y sobre la producción y venta de alimentos alterados genéticamente.
"No hay consenso científico sobre la seguridad de los transgénicos. Por eso, un correcto etiquetado alimentario es tan importante", dijo Wang Jing, la jefa de la campaña sobre Alimentación y Agricultura de Greenpeace en Asia Oriental, en el comunicado.
La activista añadió que las autoridades chinas "están negando a los consumidores el derecho a saber qué ingredientes transgénicos hay en la comida que compran" y exigió una mayor supervisión y transparencia.
Fuente: La Vanguardia