G8 = verdes palabras vacias
Ecologistas en Acción denuncia que, un año más, la cumbre del G8 sirve para que esta institución lance mensajes políticamente correctos y se lave la cara, mientras las políticas reales que alimenta son profundamente insostenibles.
Un año más el G8 cierra su cumbre con grandes promesas vacías. Este año, al igual que el anterior, el eje central de la declaración final ha girado en torno a la lucha contra el cambio climático. En esta ocasión la promesa ha sido la reducción de las emisiones de los países más enriquecidos del planeta en un 50% para 2050. Todo ello en el marco de las negociaciones que se están llevando a cabo en Naciones Unidas y si estos compromisos incluyen también a “países emergentes” como China o India.
Ecologistas en Acción considera que esta medida no tienen ninguna credibilidad, ya que no viene acompañada de plazos intermedios de reducción de emisiones ni de políticas concretas para alcanzarla.
Además, la organización ecologista duda que sea creíble la lucha contra el cambio climático del G8, cuando el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero históricas han sido causadas por estos países, que siguen emitiendo el 40% de las emisiones totales. Por otro lado, los miembros del G8 se caracterizan por no haber ratificado el Protocolo de Kioto (Estados Unidos), haber zancadilleado al máximo su puesta en marcha (Canadá, Rusia) y/o estar muy lejos de cumplirlo (Italia, Japón).
Por último, y más grave, el G8 ha hecho un llamamiento a aumentar la puesta en circulación de petróleo para disminuir los precios del mismo. Para la organización ecologista es patente la incompatibilidad entre afirmar a un tiempo que se lucha contra el cambio climático y que se tiene que quemar más petróleo.
El G8 ha demostrado históricamente que las promesas mediáticas que realiza no las lleva a cabo. Un ejemplo es el incumplimiento del aumento de la “ayuda” hasta 50.000 millones de dólares anuales a África a partir de 2010 que realizó en la cumbre de Greenagles. En la reunión de este año s@l s@citlop más influyentes del planeta han demostrado que no van a cumplir esta promesa que hicieron a bombo y platillo. Todo ello en un contexto internacional de alza del precio de lo alimentos creciente, que está afectando ya al sustento básico de las capas de la población más desfavorecidas.
Ante el problema de la crisis alimentaria mundial, el G8 apuesta por más libre comercio, justo la receta que ha causado los problemas actuales. La crisis alimentaria, para la organización ecologista, sólo se podrá resolver haciendo una apuesta por economías más localizadas y basadas en la producción ecológica, igual de productiva a corto plazo y mucho más a medio y largo que la agricultura industrial.
Ecologistas en Acción denuncia la agenda oculta del G8, esa que no se lanza en los comunicados finales pero que es la base de las reuniones de este cónclave y que se demuestra en las políticas adoptadas por organismos como el FMI, BM, OMC o la UE, todas ellas controladas por el G8. Esa agenda promueve el libre comercio mundial con un gasto creciente de petróleo y un incremento del cambio climático; la privatización creciente de los recursos naturales; y sigue alimentado la economía financiera, que es una de las causas fundamentales de la crisis que vivimos.
Las políticas que sí tendría que haber puesto en marcha el G8, a juicio de Ecologistas en Acción, deberían haber sido las de transición hacia un mundo post-petrolero, ahora que empezamos a acercarnos a su agotamiento y sus efectos sobre el clima son cada vez más dramáticos. Y un mundo post-petrolero tendrá que ser un mundo en el que se abandone la obsesión por el crecimiento continuo y se entre en la senda de la sostenibilidad, es decir, de vivir mejor con menos.
Fuente: Ecologistas en Acción