Francia se opone a la renovación del uso del glisofato en la UE
Desde la Comisión Europea han insistido en que, llegado el caso, no darían su visto bueno si no hay una mayoría cualificada de Estados miembros a favor de sus propuestas, porque «la responsabilidad debe ser compartida».
La renovación de la autorización del glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, se presenta complicada en la UE. Por un lado, la delegación francesa ha manifestado su intención de votar en contra de la propuesta presentada por la Comisión Europea. Por otro, los alemanes mantienen una posición ambigua.
Los servicios de Bruselas han planteado renovar esa autorización por un periodo de diez años y la votación de los Estados miembros tendrá lugar a principios de octubre. Desde la Comisión Europea han insistido en que, llegado el caso, no darían su visto bueno si no hay una mayoría cualificada de Estados miembros a favor de sus propuestas, porque «la responsabilidad debe ser compartida». A la vista de las posición de Francia (en contra) y Alemania (abstención) es muy difícil que se consiga esa mayoría. La autorización actual del glifosato termina a finales de este año y es fruto de una prorroga «in extremis» de la que había con anterioridad, a la espera de que se tome una decisión definitiva.
Mientras tanto, las organizaciones agrarias europeas, incluidas las españolas, han insistido por activa y por pasiva en que debe adoptarse una decisión clara para que el uso del glifosato quede autorizado definitivamente en la UE, y rechazan que sea sólo por diez años. Recuerdan que no hay pruebas científicas concluyentes sobre los potenciales efectos cancerígenos de este producto.
También han señalado ante los Gobiernos de los Estados miembros y ante la Comisión Europea que los agricultores comunitarios se encuentran en una posición de desventaja frente a sus colegas de países terceros, que sí pueden usar el glifosato y otros productos fitosanitarios que están prohibidos en la Unión Europea. Asimismo, argumentan que cada día que pasa se reduce el número de principios activos que se pueden utilizar en el mercado comunitario para luchar contra las plagas. Mientras tanto, las organizaciones ecologistas destacan los potenciales efectos cancerígenos de este herbicida y piden que se prohíba su uso en los campos comunitarios.
Este va a ser uno de los asuntos más polémicos, a la vez que trascendentes, en el comienzo de este curso de política agraria en la UE, al que se da hoy y mañana el pistoletazo de salida, con la reunión informal del Consejo de Ministros de Agricultura que se celebra en Tallin (Estonia). Los responsables de la PAC hablarán, sobre todo, de la gestión de los riesgos, que debería contemplarse en la futura PAC. Entre los instrumentos que se barajan figura potenciar la llamada reserva de crisis para hacer frente a los problemas de precios que surjan o a las alteraciones graves de mercado provocadas por factores diferentes a las cotizaciones. Otro instrumento que se podría utilizar son los fondos procedentes de las mutualidades y también los pagos directos que se otorgan actualmente. Respecto a la reserva de crisis, la presidencia de Estonia ha preguntado a los ministros si debería acumularse el dinero que no se use durante unos años para disponer de más fondos y poder actuar así en una crisis grave de mercado con más efectividad. Los ministros de Agricultura de la Unión Europea abordarán asimismo el escándalo de los huevos contaminados con fipronil.
Fuente y foto: La Razón.es